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Argentina no logra un acuerdo con los 'fondos buitre' que bloquean el pago a otros acreedores

  • La situación deja al país en una situación de impago selectivo de deuda
  • El FMI considera que la situación no tendrá "consecuencias externas"
  • Bancos argentinos daban garantías millonarias para una suspensión cautelar

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El ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, habla durante una rueda de prensa en la sede del Consulado de Argentina, tras una reunión de mediación.
El ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, habla durante una rueda de prensa en la sede del Consulado de Argentina, tras una reunión de mediación.

Tras consumirse el plazo para renegociar la parte de la deuda argentina correspondiente a los llamados fondos buitre, dependientes de la legislación europea y estadounidense, Argentina no ha logrado llegar a un acuerdo con los fondos especulativos que litigaron en los tribunales de Nueva York. De este modo, la sombra de la suspensión de pagos se cierne sobre la economía del país sudamericano.

Según ha comunicado el mediador judicial Daniel Pollack, Argentina ya habría entrado en una particular suspensión de pagos, lo que ha rechazado su ministro de Economía en una rueda de prensa.

La situación, particularmente atípica, consiste en un impago selectivo, una suspensión de pagos técnica que, según la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, no tendría "sustanciales consecuencias externas (...) dado que el país lleva fuera de los mercados financieros largo tiempo".

Con este desacuerdo, también se ha descartado la oferta de los bancos argentinos (dependiente de una suspensión cautelar) que, según fuentes del sector consultadas por Efe, propusieron al Gobierno de Cristina Fernández una garantía de pago millonaria a los fondos especulativos para lograr evitar el cese de pagos.

Ni acuerdo, ni suspensión cautelar

Según ha informado el ministro de economía Axel Kicillof, presente en las reuniones, no ha sido posible lograr ni un acuerdo ni una suspensión cautelar, que sirivese para desbloquear el pago del último vencimiento de capital e intereses al 92,4% de los acreedores que aceptaron resstructurar deuda, con quitas de hasta el 65%, en los canjes de 2005 y 2010.

El Gobierno argentino giró los fondos a finales de junio pero las entidades bancarias mantienen suspendido el desembolso por orden judicial bajo la cláusula "pari passu", que obliga a un pago simultáneo a todos los bonistas, con o sin quitas, o, en su defecto da prioridad de pago a los acreedores litigantes (1%).

A mediados de junio, el Tribunal Supremo de Estados Unidos validó la sentencia del magistrado de Nueva York que obligaba al Estado argentino a abonarles 1.330 millones de dólares por su deuda, cantidad que asciende a 1.500 millones si se añaden los intereses.

Los bancos no logran evitar el cese

La decisión de este jueves deja a Argentina en una situación que su ministro de economías ha calificado de "insólita" y que ha dado al traste con la propuesta de garantía planteada por la Asociación de Bancos de Argentina (adeba), que integra a 27 entidades bancarias de capital nacional.

La oferta, calculada por los medios locales en unos 250 millones de dólares, habría facilitado la posibilidad de prolongar la decisión hasta enero, cuando ya habría vencido la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers o derechos sobre de deuda futura), que establece que los que aceptaron reestructurar la deuda pueden exigir mejoras su a los que la rechazaron se les paga más.

¿Cuáles serán las consecuencias de la suspensión?

Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), "aunque la suspensión de pagos siempre es lamentable" parece que no tendrá "sustanciales consecuencias externas de manera general" ya que Argentina "lleva fuera de los mercados financieros un largo tiempo". Así lo afirmó este miércoles la directora gerente de la institución en un encuentro con un reducido grupo de corresponsales.

No obstante, Lagarde reconoció que el impago de Argentina "tendría consecuencias sobre "los futuros procesos de reestructuración de deuda" a nivel internacional, cuyos "principios" habría que "revisar".

Por su parte, el mediador ha asegurado que los efectos podrían ser "inciertos". "Un cese de pagos no es una simple cuestión técnica, sino un hecho real y doloroso que causará daño a gente de carne y hueso: a los argentinos de a pié, a los bonistas que aceptaron el canje y a los holdouts (los que reclaman el 100%)", ha señalado Pollack que no ha querido atribuir responsabilidades ni buscar culpables.

Además, la agencia de calificación Standard & Poor's ha rebajado la deuda argentina antes incluso de que se cumpliese el plazo límite marcado para la negociación. Una calificación que mantendrá hasta que el país realice los pagos comprometidos.