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Dos tercios de los barcos europeos deberán abandonar Mauritania al no cerrarse un acuerdo

  • Mauritania pedía doce millones como compensación, la UE ofrecía tres
  • 40 barcos, en su mayoría gallegos y canarios, deberán abandonar el caladero
  • El resto, unos 25, podrán continuar pescando con normalidad hasta diciembre

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Las dos terceras partes de los barcos europeos -unos cuarenta, en su mayoría gallegos y canarios- que faenan en el caladero mauritano deberán abandonarlo al no haber alcanzado un acuerdo los negociadores europeos y mauritanos tras dos días de negociaciones.

Los europeos proponían a los mauritanos una compensación de tres millones de euros para que esos barcos, que pescan gambas y pequeños pelágicos, pudieran faenar hasta diciembre, pero los mauritanos pedían 12 millones, por lo que no se pudo llegar al acuerdo, según han explicado a Efe fuentes del equipo negociador mauritano.

Sin embargo, el resto de barcos que faenan en ese mismo caladero -un total de 25- sí podrán continuar pescando con normalidad hasta diciembre, fecha de expiración del acuerdo bilateral según mantiene Mauritania.

El acuerdo se firmó en 2012

La cuestión de la fecha del acuerdo era crucial para los mauritanos, pues insistían en que había entrado en vigor el 1 de agosto de 2012, aunque no fue ratificado hasta el 8 de octubre de 2013 por el Parlamento Europeo y algunos barcos no llegaron al caladero hasta diciembre.

Al final, parece que fue el criterio de Mauritania el que se impuso, pues los negociadores europeos llegados a Nuakchot propusieron pagar una "compensación" a cambio de que los barcos que habían llegado el 1 de agosto pudieran pescar seis meses más, pero la cifra no ha convencido a los mauritanos.

De este modo, se abre un periodo de nuevas negociaciones en el que no está claro si las partes renovarán el acuerdo en términos parecidos a los actuales o significará la salida definitiva de los europeos del caladero mauritano.

El sector pesquero español, principal beneficiario del acuerdo, había criticado duramente a los negociadores europeos en 2012 por no haber tenido en cuenta los intereses del sector concernido y haber negociado de espaldas a ellos.