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Louis de Funes, cien años de risas a la francesa

  • El actor era hijo de un noble sevillano emigrado a París
  • La gran juerga (1966) fue durante 42 años el film más visto en Francia
  • En 2015 volverá a aparecer en una película de animación en 3D

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Louis de Funes, imagen de 1974
Louis de Funes, imagen de 1974

Víctor Pivert, Leopold Saroyan, el comisario Juve o el gendarme Cruchot. Son personajes ya inmortales en la memoria del cine cómico, pero el alma de todos ellos tiene un solo nombre: el del actor francés Louis de Funes. Este jueves, día 31 de julio, se cumple el centenario de su nacimiento.

A modo de extraña metáfora, Funes vino al mundo entre rayos y truenos, el 31 de julio de 1914, justo cuando estallaba la Primera Guerra Mundial. De origen español, su padre fue un noble sevillano emigrado a París, y su madre, la hija de un notario gallego.

Cien años después, Francia rinde homenaje a una de sus grandes figuras de la comedia cinematográfica. Más de 120 millones de espectadores han disfrutado de sus andanzas en celuloide, y sus películas se agarraron con fuerza a las carteleras.

Como ejemplo, el film La gran juerga (Gérard Oury, 1966), en el que formaba un inolvidable dúo con André Raimbourg, más conocido como Bourvil, permaneció durante 42 años como la película francesa más vista, con más de 17 millones de espectadores, antes de ser destronada en 2008 por Bienvenidos al Norte (Dani Boon, 2008).

Fidelidad desde todas las edades

La popularidad que aún conserva la obra del cómico se debe a que “es un actor inter-generacional, y sus películas han reunido a las familias delante del televisor”, ha explicado a la agencia France Press Sophie Adriansen, autora del libro Louis de Funes - ¡Mire aquí!.

Nacido en los suburbios parisinos, con una economía familiar en crisis, pasó por diversos oficios antes de dedicarse a la interpretación. Tras una temporada trabajando como pianista en un bar, hace su primera aparición en un papel que le facilita el actor Daniel Gélin.

El futuro cómico soportará una travesía de constantes papeles secundarios hasta que el reconocimiento apunta con La travesía de París (Autant-Lara 1956). El éxito definitivo llegará con El pollo de mi mujer (Jean Girault, 1963) y Fantomas (André Hunebelle,1964).

El nombre de Funes siempre estará asociado al del director Gérard Oury. Ambos firmaron títulos inolvidables como El cornudo (1965, 11,7 millones de espectadores), La gran juerga (1966) o Las aventuras de Rabbi Jacob (1974, 7,3 millones de entradas vendidas).

Tras una primera crisis cardíaca en 1975, confirma la sólida fidelidad de su público triunfando con Muslo o pechuga (1976), en la que interviene Coluche, y Votad al señor alcalde (1978), ambas dirigidas por Claude Zidi. Su última aparición sería en 1982, con la cinta El loco, loco mundo del gendarme de Aboyantz y Jean Girault.

Finalmente, los latidos del mago de la risa en francés se apagaron el 28 de enero de 1983 tras un último ataque. Como dijo en su día su colega Depardieu, "hacer reir cansa el corazón".

Funes vuelve

A menudo maltratado por la crítica, los medios y los intelectuales, Louis de Funes permanece en el corazón de los franceses. Curiosos y admiradores acuden al museo recientemente instalado en el viejo castillo que el actor poseía cerca de Nantes. Allí se conservan como reliquias de la comedia el sombrero de Rabbi Jacob o la peluca del director de orquesta de La gran juerga.

Pero Funes vuelve, como el Cid. La magia de la moderna animación en 3D le devolverá en 2015 un cuerpo desde el que poner el mundo patas arriba, otra vez. Se trata de la primera película de animación del director Jamel Debbouze, con la colaboración del hijo del actor, Olivier de Funes.

Y para conmemorar el centenario, el popular semanario francés Charlie Hebdo le dedicará un número especial el 6 de agosto para el cual la familia De Funes ha cedido material procedente de los archivos personales del cómico.