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Robots recolectores para trabajar con las cosechas

  • Los avances tecnológicos van confiando en los robots las tareas de recolección
  • Son máquinas rápidas que pueden comercializarse a precio razonable
  • Aunque muchos son 'robots de invernadero' otros pueden trabajar en campo abierto

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El robot del proyecto Crops recolectando hortalizas en un invernadero

Un proyecto a nivel europeo llamado Crops se dedica desde hace años al desarrollo de robots autónomos capaces de trabajar con las cosechas en invernaderos y a campo abierto con el objetivo de hacer las tareas propias de la recolección y el cuidado de las plantas de forma autónoma.

Algunos de ellos parecen salidos de Naves misteriosas (1972) aquella vieja de película de ciencia ficción en la que unos simpáticos robots se encargaban de mantener los cultivos del interior de unas grandes naves espaciales.

Funcionamiento del robot recolector

El robot recolector WP5 es un buen ejemplo de cómo funciona todo el montaje: cuenta con una plataforma, motores para moverse y una unidad central de control.

La parte más importante es el brazo articulado robótico, que el sistema de control manipula para localizar los frutos y verduras y recogerlos con todo cuidado. En esa labor se ayuda de cámaras de vídeo.

Para recoger pimientos, por ejemplo, el robot comienza por moverse hasta la posición más adecuada, extiende el brazo y observa con las cámaras la escena, reconstruyendo la planta en 3D.

Un sistema de visión artificial calcula la posición de las verduras, pero también puede analizar su color para comprobar si han llegado al momento adecuado de madurez. Una pinza articulada se encarga de sujetar y tirar de la fruta para recogerla igual que haría una persona.

Prototipo en pruebas

De momento los prototipos funcionan a una velocidad ligeramente inferior a la que se consideraría normal al entrar en producción para evitar dañar las plantas o a algún operario mientras todavía se encuentran en la fase de desarrollo. Por eso los vídeos de demostración parecen un tanto más lentos de lo que sería deseable.

Estos robots funcionan como tantos otros bajo un sistema operativo Linux y usando ROS (Robotic Operating System), un software en el que desarrolladores de todo el mundo han ido añadiendo funciones típicas de estos aparatos y que puede usarse para un desarrollo más rápido, por ejemplo de los sistemas de movimiento, reconocimiento de objetos o sensores.

Algunos de los modelos del proyecto Crops, como este, funcionan en invernaderos y sitios donde puede haber mayor control sobre el entorno. Pero también se trabaja en versiones de exterior para otro tipo de cosechas, ya sean campos de labranza o incluso el monte, donde podrían realizar otras labores de mantenimiento.

Algunos de ellos son prácticamente tractores que se conducen solos, utilizan radar, posicionamiento mediante GPS y otras tecnologías.

Los agricultores y recolectores pueden ver en estos aparatos una amenaza o una oportunidad. Según los cálculos de Crops, la versión definitiva del robot sería capaz de recolectar unos 10 pimientos por minuto (uno cada 6 segundos) y sería rentable si su precio total bajara de los 200.000 euros más o menos, calculándole una vida útil de unos cinco años.