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Al Sisi dice a EE.UU. que no intercederá por los periodistas de Al Yazira condenados en Egipto

  • EE.UU. había pedido al presidente egipcio que indultara a los condenados
  • La ONU cree que el "objetivo real es la libertad de expresión"
  • La sentencia ha causado estupor y rechazo en la comunidad internacional

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La sentencia de un tribunal egipcio que el lunes condenó a penas de siete y diez años de cárcel a varios periodistas, tanto nacionales como extranjeros, ha provocado una fuerte protesta internacional, pero el presidente egipcio ha asegurado que no interferirá en los asuntos de la justicia.

Estados Unidos, uno de los principales donantes económicos de Egipto, instó a su presidente, Abdelfatah al Sisi, a que proteja la libertad de expresión e indulte a los tres periodistas de Al Yazira que permanecen en prisión: el australiano Peter Greste, el canadiense de origen egipcio Mohamed Fahmy y el egipcio Baher Mohamed. Otras quince personas, trabajadores de la cadena catarí y de otros medios, fueron juzgadas en ausencia.

"Pedimos al Gobierno egipcio que perdone a estos individuos o conmute sus sentencias para que puedan ser liberados inmediatamente", pidió la Casa Blanca en un comunicado en el que solicitó también "clemencia" para todos los condenados por motivos políticos.

El presidente egipcio, sin embargo, se ha manifestado este miércoles y ha asegurado que las autoridades no deben interferir en los procesos judiciales.

"Golpe al proceso democrático en Egipto"

La Casa Blanca indicó que procesar a periodistas por dar información "que no coincide con la narrativa del Gobierno de Egipto, desprecia las normas más básicas de libertar de prensa y supone un golpe al progreso democrático en Egipto".

Lo más "perturbador" de este veredicto, según el comunicado del Gobierno de EE.UU., es que se produce en el marco de una serie de procesamientos judiciales y veredictos que son "incompatibles" con los "preceptos básicos" de los derechos humanos y de la democracia.

"Esto incluye el procesamiento de manifestantes pacíficos y críticos con el Gobierno y una serie de sentencias a penas de muerte en juicios que no cumplen, ni siquiera en apariencia, con el debido proceso", indicó la nota oficial.

Estupor en Australia

Los padres del australiano Peter Greste, residentes en Brisbane, siguieron el veredicto por televisión y posteriormente dijeron estar devastados.

"Es un tiempo muy oscuro no solo para nuestra familia sino para el periodismo en general. Estamos devastados, impactados y desanimados. No somos habitualmente una familia que use los superlativos, pero tengo que decir que me falta vocabulario para expresar lo conmovidos que estamos", dijo Juris Greste, padre del periodista, quien compareció en rueda de prensa acompañado de su esposa, Lois.

"El periodismo no es un crimen y no deberían estar entre rejas. Es tan simple como eso. Este hombre, nuestro hijo Peter, es un periodista premiado. No es un criminal", añadió.

El Gobierno australiano citó al segundo de la embajada egipcia en Camberra, para presentarle sus quejas, ya que el embajador se encontraba en El Cairo. Gestos similares hicieron los gobiernos de Reino Unido, Holanda y Canadá.

"Estoy organizando otra conversación con el ministro de Exteriores [Sameh] Shoukry para registrar nuestra profunda preocupación respecto al caso y a la sentencia", explicó, en declaraciones a la cadena local ABC, la ministra de Exteriores, Julie Bishop.

Según Bishop, Australia pedirá también la intervención de Al Sisi, al igual que ha hecho EE.UU.

Por su parte, el Gobierno canadiense expresó su "preocupación" y "consternación" con la sentencia. "Canadá solicita al Gobierno egipcio que proteja los derechos de todos los individuos, incluidos los periodistas, en sintonía con el espíritu de la nueva constitución de Egipto y el deseo de todos los egipcios de un país totalmente democrático", declaró Lynne Yelich, secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y Consulares.

La ONU muestra su alarma

La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, se mostró "consternada y alarmada" por los incesantes ataques contra periodistas y activistas de la sociedad civil, algo que a su entender les impide actuar con libertad.

"Estoy especialmente preocupada por el rol del sistema judicial en esta represión", señaló la Alta Comisionada en un comunicado.

Pillay se lamentó de la "cotidianeidad" de los ataques a estos colectivos, y recordó que al menos seis periodistas han sido asesinados en Egipto desde agosto de 2013.

"Los cargos contra los periodistas son demasiado vagos y por lo tanto refuerzan la creencia de que el objetivo real es la libertad de expresión", indicó la funcionaria.

Pillay exigió la liberación inmediata de los tres periodistas condenados y solicitó al Gobierno que revise las leyes por las cuales los reporteros han sido condenados. "La reputación de Egipto, y especialmente la de su sistema judicial, están en entredicho", concluyó.