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La ESA ultima el lanzamiento de Sentinel-1A, un satélite que vigilará la Tierra

  • Es el primer satélite de una misión de monitorización terrestre
  • Tiene un radar que ofrecerá imágenes en cualquier condición meteorológica
  • Se lanza el jueves a las 23:02 hora peninsular española

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Traslado del primer satélite Sentinel a la plataforma de lanzamiento.
Traslado del primer satélite Sentinel a la plataforma de lanzamiento.

La Agencia Espacial Europea (ESA) lo tiene todo a punto para lanzar el primer satélite del proyecto Copérnico, 'observador' de la Tierra. Se trata del Sentinel-1A y se lanza este jueves a las 23:02 hora peninsular española (21:02 h UTC) desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou (Guayana Francesa).

El satélite, que irá a bordo de la séptima nave rusa Soyuz, tiene como objetivo controlar el estado del mar, la atmósfera, la superficie terrestre y el clima, y ofrecerá apoyos a servicios de seguridad y emergencia, según ha informado la ESA.

Preparativos del Sentinel-1A

Sentinel-1A ya está encapsulado bajo la carena del lanzador en el Puerto Espacial Europeo. Está previsto que el conjunto se traslade a la plataforma de  lanzamiento, donde se instala sobre el vehículo Soyuz, que ya se encuentra en posición vertical.

Antes, el satélite ha pasado algo más de un mes en el complejo de lanzamiento. En ese tiempo ha sido sometido a una larga serie de rigurosos ensayos y  comprobaciones, ya que los técnicos tenían que verificar que no había sufrido ningún daño durante su viaje desde Francia.

Los últimos preparativos han consistido en llenar los tanques de combustible. Según revela la ESA, es una tarea muy peligrosa que requiere que los técnicos utilicen unos ‘trajes de escape’ especiales

Por último, el satélite se ha acoplado a la etapa superior Fregat del lanzador y finalmente se encapsuló  bajo la carena protectora.

Como reconoció hace unos días el Responsable del Proyecto Sentinel-1 para la ESA, Ramón Torres: "Tras haber estado trabajando para la misión Sentinel-1 desde hace más de siete años,  estos últimos días antes del lanzamiento son muy gratificantes”.

Objetivo del satélite

La misión consiste en una constelación de dos satélites idénticos, y la ESA prevé lanzar en 2015 el Sentinel-1B. El que se lanza este jueves, el 1A, está equipado con un radar avanzado que proporcionará imágenes diurnas y nocturnas de la superficie terrestre, y en cualquier condición meteorológica. 

Esta misión tiene previsto mejorar numerosos servicios, como la medida de la extensión de hielo en el Ártico; el mapeo rutinario del hielo marino; la vigilancia del medio marino -incluyendo derrames de crudo y detección de navíos-; la monitorización de movimientos en la superficie terrestre; la gestión del suelo, el agua y las selvas.

Los satélites también serán decisivos para facilitar las labores de los  equipos de ayuda humanitaria y de respuesta ante desastres naturales,  distribuyendo mapas actualizados de las zonas afectadas y el apoyo en emergencias humanitarias.

Cuando el resto de satélites esté en órbita cubrirán el planeta  completo cada seis días, y transmitirán sus datos a estaciones de tierra  distribuidas por todo el mundo.

Tras el lanzamiento

Después de lanzarse, los primeros días en órbita de Sentinel-1A serán frenéticos. Los equipos de control vigilarán el satélite día y noche, ya que sus primeras horas en el espacio son "especialmente críticas", como ha subrayado la ESA.

El momento de la separación será el comienzo de la fase LEOP, la fase de lanzamiento y operaciones iniciales, en la que el ESOC, el centro de operaciones de la ESA en Darmstadt, Alemania, tomará el control del satélite.

Los controladores de la misión desplegarán los dos paneles solares que suministrarán energía eléctrica al satélite y abrirán las dos mitades de la antena del radar, dos procesos que estarán intercalados para evitar que los distintos componentes choquen entre sí.

La gran complejidad de esta secuencia requiere que durante las primeras 11 horas en órbita los ingenieros controlen cada paso de forma individual, en lugar de llevar a cabo una secuencia automática de despliegue, como ocurre normalmente en otras misiones con un diseño más simple.

Durante la fase LEOP los ingenieros también trabajarán las 24 horas para encender los sensores de estrellas y los receptores GPS, y para evaluar el estado del satélite tras el lanzamiento.