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Obama llega a Arabia Saudí para reparar las relaciones bilaterales

  • Se ha reunido con el rey, Abdalá bin Abelaziz
  • Los acuerdos con Irán y la ayuda a los rebeldes sirios, las grandes diferencias
  • Amnistía Internacional pide a Obama que exija respeto a los Derechos Humanos

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El presidente de Estados Unidos, Baraack Obama, junuto al príncipe Salman bin Abdulaziz al Saud a su llegada a Riad,
El presidente de Estados Unidos, Baraack Obama, junuto al príncipe Salman bin Abdulaziz al Saud a su llegada a Riad,

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha llegado este viernes a Riad, Arabia Saudíprocedente de Roma,  para reunirse con el monarca saudí, Abdalá bin Abelaziz, según ha informado la agencia local de noticias SPA. Tras su llegada a la capital, el presidente estadounidense se ha dirigido a la localidad de Rauda Jarim, a 100 kilómetros al noreste de Riad, donde se ha reunido con el soberanoAmnistía Internacional exige a Obama que aproveche para abordar la situación de los derechos humanos.

Durante la reunión, el presidente de Estados Unidos han tratado de rebajar las tensiones surgidas tras el acuerdo nuclear del Grupo 5+1 con Irán, rival de Arabia Saudí, y el modo de abordar el conflicto sirio.

La política hacia los rebeldes sirios

Arabia Saudí quiere que Estados Unidos cambie su posición hacia los grupos rebeldes sirios y en particular la reticencia de Washington a suministrar armamento como misiles tierra - aire.

Rey Abdullah y la familia saudí creen que sería una estratégica imprescindible para poner fin al régimen de Bachar al Asad para bloquear lo que ven como una amenaza de dominación iraní en los países árabes, una visión que comparte Washington.

Sin embargo, el asesor adjunto de Seguridad Nacional estadounidense, Ben Rhodes, ha asegurado que la actual coordinación con el reino respecto a la política hacia el conflicto en Siria había mejorado sustancialmente.

"Eso es parte de la razón por la que creo que nuestra relación con los saudíes se encuentra en una posición más fuerte ahora de lo que fue en otoño cuando tuvimos algunas diferencias tácticas sobre nuestra política hacia Siria", ha apuntado a los periodistas durante el viaje presidencial, informa Reuters.

El viaje de Obama coincide con una situación de crisis política abierta en el Golfo, concretamente entre Catar y el bloque formado por Arabia Saudí, Baréin y Emiratos Árabes Unidos, después de que éstos retiraran este mes a sus embajadores de la capital catarí.

Se trata de la segunda visita que realiza Obama a su aliado energético en el Golfo, después de su viaje de 2009 en un contexto político y social completamente distinto, previo a las repercusiones regionales de los levantamientos populares de la llamada Primavera Árabe, principalmente en Egipto y Siria.

Los derechos humanos en Arabia Saudí

Mientras, varias ONG’s han exigido al presidente Obama que aproveche el viaje para abordar la situación de los derechos humanos en el país árabe y el que rompa el habitual silencio estadounidense a ese respecto.

“Es esencial que el presidente Obama envíe un mensaje enérgico al gobierno saudí para hacerle saber que sus graves violaciones de derechos humanos y su discriminación sistemática son inaceptables”, ha apuntado ha señalado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África en un comunicado. “No enviarlo supondrá menoscabar los principios de derechos humanos que Estados Unidos afirma defender”.

Para AI, “esta visita es una oportunidad para que el presidente demuestre que va a dejar de sacrificar el respeto de los derechos humanos básicos, incluidas la igualdad y la ausencia de discriminación, por los intereses económicos y políticos”.

La ONG apunta que la visita del presidente estadounidense se produce en un momento en que Arabia Saudí ha intensificado la represión contra los activistas de los derechos humanos e introducido una ley antiterrorista que criminaliza prácticamente toda forma de disidencia pacífica.

También recuerda que la tortura y otros malos tratos bajo custodia son comunes y se cometen con impunidad y los tribunales admiten de manera habitual “confesiones” obtenidas mediante tortura. Además, apunta la ONG, los trabajadores y trabajadoras migrantes y la comunidad musulmana chií del país también sufren discriminación generalizada y sistemática, mientras que el reino ha realizado recientemente deportaciones masivas de inmigrantes para fomentar el empleo nacional.