Enlaces accesibilidad

Paco León completa el díptico sobre su madre con "Carmina y Amén"

  • Málaga acoge el decimoséptimo Festival de Cine Español
  • Vuelve a dirigir para completar el díptico dedicado a su madre, Carmina Barrios
  • A escondidas, de Mikel Rueda, ha sido la segunda cinta proyectada

Por
Paco León se hace profesional en su segunda película "Carmina y amén"

El actor Paco León ha vuelto a dirigir para completar el díptico dedicado a su madre, Carmina Barrios, con Carmina y amén,  que es un paso hacia la "profesionalización" tras el carácter experimental de la primera entrega, y ahora se jacta de haber pagado a todo el equipo, incluso a la protagonista.

"En la otra película me quedé muy descontenta, por tantos sofocones como había pasado y que no me dieran un duro. En esta me han pagado bien y a tiempo", bromeaba Carmina Barrios tras la presentación de la cinta en la sección oficial a concurso del decimoséptimo Festival de Cine Español de Málaga.

Tras morir su marido súbitamente un sábado, Carmina decide no dar parte de la defunción hasta el lunes para cobrar la paga que él tenía pendiente, y permanece esos dos días en su casa acompañada del cadáver y de su loro Bárcenas, ocultando el hecho a las vecinas.

"Expectativas altísimas"

Para Paco León supone una responsabilidad las "expectativas altísimas" generadas con la película, después de haber competido también en Málaga con Carmina o revienta,  que era "como un experimento hecho con dos cámaras de fotos en once días".

"Animo a todo el mundo a que haga películas con lo que tenga, pero la idea de una industria del cine no es hacer películas con 50.000 euros y pidiendo favores, sino que todo el mundo cobre, recuperar la inversión y, si es posible, que se gane dinero", ha señalado.

La idea de una industria del cine no es hacer películas con 50.000 euros

Al preguntársele si habrá más entregas, ha subrayado que "la idea era cerrar un díptico, y se eligió el título con ese amén tan conclusivo para que quedara claro y no empezara una saga".

No entregó el guión a ningún actor

Sobre su trabajo como director, ha explicado que le interesaba "investigar los límites entre el texto escrito y el improvisado", y por eso no entregó el guión a ningún actor, y en cada escena el texto "se buscaba a través de improvisaciones".

La inspiración para escribir el guión le llega "de lo más cercano", porque recuerda su infancia "en un bloque de pisos en el que todas las vecinas se convertían en una especie de microuniverso con intrigas palaciegas, y en la película hay sexo, violencia y drogas en esa comunidad de vecinos".

Después de que su debut como director se viera en cines y en Internet de forma simultánea, Carmina y amén se estrenará exclusivamente en salas, pero está estudiando junto a los productores "la manera de que la película la pueda ver la mayor gente posible".

La propia Carmina Barrios confiesa que le han llegado algunas propuestas y está "leyendo guiones", aunque a ella le gustaría rodar siempre a las órdenes de su hijo, que "ha trabajado y sufrido mucho con esta película, hasta casi costarle una enfermedad".

También repite en el reparto María León, para quien ha supuesto "un viaje maravilloso y un crecimiento" el trabajo de "investigar para sacar las otras marías posibles".

A escondidas, una serena mirada a la homosexualidad

Por su parte, A escondidas, la segunda cinta proyectada en la competición de largometrajes del Festival de Cine de Málaga retrata un momento en la vida de dos chicos de catorce años, justo en ese tiempo en el que "te buscas a ti mismo, tratas de construirte como persona y tu mundo está un poco difuminado".

Así lo explica su director, el bilbaíno Mikel Rueda, un experto en Comunicación Audiovisual que compitió en San Sebastián en 2010 con Estrellas que alcanzar, su proyecto de postgraduado de la New York Film Academy, y que ahora ha conmovido a Málaga con esta serena visión de la homosexualidad más incómoda, dice, "la de antes de los 18".

Sin violencia, sin sexo, y con una ternura fuera de dudas A escondidas muestra el proceso de amistad, enamoramiento y separación de dos chicos en el País Vasco, uno de ellos, inmigrante que vive en un centro de acogida, y el otro, miembro de la típica cuadrilla que se reafirma humillando al diferente.

"Es la presión del entorno"

"Es la presión del entorno", aclara el director en una rueda de prensa celebrada tras la proyección de la película.

"Parece que hemos avanzado legalmente, pero con los chavales, sobre todo, queda mucho que hacer, a las generaciones que vienen les cuesta mucho hablar de homosexualidad; la presión del grupo hace sufrir mucho a los adolescentes. Lo mismo pasa con la inmigración, están entre nosotros, pero que no vivan a mi lado", reflexiona el vasco.

La presión del grupo hace sufrir mucho a los adolescentes

Con Germán Alcarazu y el atlético actor marroquí Adil Koukouh (que el viernes provocó escenas de histeria entre las fans que aguardaban su llegada al festival) como protagonistas principales, la historia se arma con tres veteranos que aportan solvencia y le dan aún más verdad a la historia: Álex Angulo, Ana Wagener y Ramón Agirre.

"Me costó mucho", explica el joven debutante en la serie El príncipe, refiriéndose al único beso comprometido que da a su compañero Alcarazu, a quien se le hizo "fácil" su papel de Rafa porque es tan sensible con él, han dicho ambos a la prensa.

Poca violencia y poco sexo

Según Rueda, hay poca violencia y poco sexo -"ya llegará el momento del sexo para los protagonistas", apunta- y mucho cariño, reforzado por una banda sonora elegida personalmente por el realizador.

Rodada en 16 milímetros con la idea de dar cercanía al espectador, porque Rueda cree que el formato digital "aleja", y deliberadamente desordenada, al tiempo que desenfocada en ocasiones para que el espectador sienta en la butaca la misma confusión que los jóvenes cuando empiezan a conocerse, ha explicado Rueda.

"Sus mundos están tan difuminados, ellos están tan fuera de foco y pasan tan de lado por la vida que, cuando se encuentran y se ven reflejados el uno en el otro y se gustan, empiezan a gustarse a sí mismos", ha señalado el director que ha tardado siete años en conseguir la financiación necesaria.

Esa reflexión, esa normalización de la homosexualidad adolescente que tan limpiamente muestra la película, provocó el agradecimiento de una periodista que, en la sala de prensa, pidió un aplauso a la valentía del director para tratar un asunto que, según dijo, vendría muy bien ver en los institutos españoles, lo que hizo que a Rueda se le saltaran las lágrimas.