Enlaces accesibilidad

'Planeta Tierra', un relato sobre la búsqueda de la feminidad y la propia identidad

  • Es el debut en la novela gráfica de la alemana Aisha Franz
  • Una historia sobre las tres mujeres de una misma familia

Por
Fragmento de la portada de 'Planeta Tierra', de Aisha Franz
Fragmento de la portada de 'Planeta Tierra', de Aisha Franz

Aisha Franz

Nace en Fürth (Alemania), en 1984. Estudió Comunicación Visual en la Escuela de Arte y Diseño de Kassel, donde se especializó en ilustración y narrativa gráfica. Desde su graduación en 2010 trabaja como ilustradora freelance y dibujante de cómics en Berlín, habiendo colaborado con numerosos fanzines y revistas europeas, como el barcelonés 'Colibrí'. 'Planeta Tierra' es su primera novela gráfica. http://www.fraufranz.com/

Planeta tierra (La Cúpula) nos descubre a un nuevo talento del cómic, la joven alemana, Aisha Franz, que con su debut en esta novela gráfica, nos sorprende con una apasionante historia sobre tres mujeres de una misma familia y sus relaciones entre ellas y con el mundo que las rodea. Un interesante análisis sobre la feminidad en el mundo moderno, la búsqueda de la propia identidad, la soledad, los sueños o la sexualidad. Una pequeña joya, con momentos poéticos, que nos hace depositar muchas esperanzas en el talento de esta artista.

"Planeta Tierra cuenta la historia de tres mujeres -una madre y sus dos hijas- que viven en una pequeña ciudad desoladora sin demasiadas perspectivas o cosas que hacer -nos cuenta Aisha desde Alemania-.  Cada una está perdida o, mejor dicho, aislada en su mundo, con sus problemas o frustraciones: se encuentran en puntos muertos de sus vidas enfrentadas a problemas y cambios elementales que intentan manejar, cada una a su manera".

Las protagonistas

Aisha nos describe así a las tres protagonistas: "La hija menor, una niña solitaria y soñadora, se encuentra en el umbral de la pubertad sin entender bien lo que está pasando a su alrededor -asegura Aisha-. Un día se encuentra con un extraterrestre, y lo esconde en su cuarto. Empieza una inocente amistad entre ellos, pero como ella está cambiando y dejando atrás la inocencia infantil, aprendiendo lentamente lo que significa ser mujer, esa amistad se irá  transformando, igual que el cuerpo y la perspectiva de la joven protagonista".

"La hermana mayor -continúa la autora-, acaba de terminar el colegio y está buscando su papel en la película de la vida. También ella está atrapada entre una infancia entre algodones y los temores que conlleva la madurez. Lo único que tiene claro es su deseo de huir de ese lugar desolador para no terminar como su propia madre. Mientras tanto, trata de solucionar su confusión a través de sus primeras experiencias sexuales".

"La madre de ambas se enfrenta a sus propios sueños fracasados, atrapada en un modelo de vida que nunca eligió. Melancólica, se acuerda de su juventud llena de ilusiones, del momento en que encontró a su primer amor, de quien se quedó embarazada demasiado pronto y de cómo cada paso la condujo inexorablemente hacia un destino que nunca deseó. Hasta que un día se encuentra cara a cara con su alter ego: se trata de ella misma en otra versión de su vida, una versión mejor. La frustración y la desesperación van creciendo, y siempre con la misma pregunta presente: ¿es posible una segunda oportunidad?", nos comenta Aisha.

Más íntimo que autobiográfico

"Cuando empecé a desarrollar la historia -confiesa Aisha- no tenía planeado que fuera autobiográfica pero pronto caí en la cuenta de que la niña protagonista me recordaba mucho a mí cuando tenía esa edad. Yo también soñaba con encontrarme a un extraterrestre, tenerlo como amigo y empecé a investigar por qué era así".

"El personaje de la hermana fue ganando más importancia y espacio porque también ella representa un episodio complicado e importante de mi propia vida. Nunca escribí un guión completo para Planeta Tierra, sino que fui desarrollando la historia paso por paso. Así es como se volvió algo muy personal, íntimo, con trazos semiautobiográficos".

En cuanto a los temas, Aisha asegura que: "No pensé en tratar temas concretos en un primer momento, pero los que surgieron como la feminidad, la búsqueda de la propia identidad, la sexualidad, etc., son temas que se nos presentan y nos acompañan a todos, sobre todo durante la adolescencia y en esa etapa entre sentirse protegido y hacerte responsable de tu propia vida. Pero también ahora, con casi treinta años, me doy cuenta de que esos temas no pierden nunca importancia. ¡No lo hago intencionadamente pero parece que siempre se cuelan en mi trabajo!"

"Temas intensos con estilo naif"

Llama la atención el contraste de los dibujos, casi infantiles, con los temas tan serios de los que trata esta novela. pero este contraste no es casual: "Primero fueron los dibujos -asegura Aisha-. Antes de empezar con los cómics, siempre me había interesado mostrar cosas "fuertes" en un estilo simple, "feo", naif. Me gustaba ese contraste, porque ya me había aburrido de dibujar sólo cosas "bonitas". Para Planeta Tierra funcionó bien, sobre todo porque me permitió trabajar de forma rápida y concentrarme en la historia en lugar de en los dibujos".

En cuanto a sus influencias Aisha confiesa que: "Creo que debe de ser una mezcla de muchas cosas: lo que tengo alrededor, recuerdos, observaciones…, pero también películas, literatura y música. Las películas de Ingmar Bergman me inspiraron mucho por esa forma tan lenta y sensible de contar las cosas; La campana de cristal de Sylvia Plath me conmovió bastante por el tema de la desesperación en la búsqueda de algo o de uno mismo, un tema que estaba tratando en mi libro. Y la música siempre me ayuda con el ambiente, la atmósfera de ciertas escenas".

"E.T.  siempre fue y será una de mis películas favoritas. De esa película nació mi deseo cuando era niña de encontrarme con un alien, o por lo menos ver a un ovni. Ya no es tan fuerte ese deseo, por cierto. Prefiero a mis amigos reales en el planeta Tierra".

Su arte nace de la intucición

Aisha no tiene ningún problema en confesar sus carencias: " Voy a ser sincera: la simplicidad del reticulador de las páginas se debe a un apuro. No sabía cómo hacerlo de otra manera o, mejor dicho, no sentí la necesidad de hacer el esfuerzo para una organización de páginas "más profesional". Por otro lado, eso me ayudó a jugar con el timing, y así la lectura funciona un poco como una animación. Para que la narración respirara, añadí por medio las páginas a sangre".

"En cuanto a mi dibujo, es una pregunta difícil porque nunca he necesitado definirlo. Hasta creo que es mejor no hacerlo, ya que consigues más libertad. Lo que puedo decir es que es bastante espontáneo e intuitivo. No me gusta pensar antes de poner el lápiz sobre la hoja. Y no me gusta mucho borrar los errores -aunque es difícil definir qué es un error y qué no-, son bienvenidos".

Sus proyectos

Antes de esta estupenda novela gráfica, a Aisha la conocimos en España por sus colaboraciones en el fanzine Colibrí. "Como con casi todas las colaboraciones en antologías extranjeras, son contactos que surgen de los diferentes festivales de cómics y fanzines. A Sergi Puyol, editor de Colibrí, y a los de la editorial Apa Apa los conocí en el festival de cómics de Helsinki. Nunca había visto su trabajo antes, y ellos también se interesaron bastante por los trabajos de los artistas alemanes".

"De momento no existe ninguna publicación regular de formato parecido a Colibrí en Alemania. Sí hay diferentes antologías con tradición, como Spring y Orang (aunque éste último lamentablemente ya se ha cancelado), pero tienen un concepto un poco diferente. Lo que sí hay bastante son fanzines autopublicados por cada artista. Se van juntando grupitos para distribuir o compartir stands en distintos festivales; así surgió la idea del colectivo de distribución que tengo con otros amigos y artistas de Berlín: The Treasure Fleet".

Por último, la joven nos ha avanzado sus proyectos: "Después de haber viajado bastante y colaborado en pequeños proyectos durante el año pasado, estoy trabajando en mi siguiente novela gráfica. Todavía no hay fecha y obviamente ya no avanzo tan rápido como cuando hice Planeta Tierra siendo estudiante: toca ganar dinero y, lamentablemente, como en la mayor parte del mundo, los cómics todavía no permiten ganarte la vida, pero, por suerte, eso nunca será un argumento para impedirme seguir con ese trabajo".