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Un libro homenajea a 'Tex Avery' el creador de Bugs Bunny y el Pato Lucas

  • Cruz Delgado Sánchez destaca su importancia en la historia del cine
  • "Si Hitchcock personifica el suspense, Avery es el cartoon", asegura

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Fragmento de la portada de 'Tex Avery', de Cruz Delgado Sánchez
Fragmento de la portada de 'Tex Avery', de Cruz Delgado Sánchez

Perdonad que hayamos comenzado con una pequeña mentira, Tex Avery (1908 - 1980) no fue el diseñador de Bugs Bunny, pero sí el que definió su personalidad,  incluyendo la famosa frase “¿what's up, doc.?” (¿qué hay de nuevo viejo?). Y lo más importante, fue el creador del estilo surrealista y alocado que definió los dibujos animados de la Warner, en contraposición al realismo de los de Disney. Por eso, está considerado el creador de cartoons más importante de la historia; y uno de los cineastas más influyentes, no solo en el cine de animación, sino en el cine, a secas.

Y por fin tiene un libro en español que le hace justicia: Tex Avery (Cátedra), escrito por Cruz Delgado Sánchez,  hijo de otro mito de la animación, Cruz Delgado (creador de series como Don Quijote, Los Trotamúsicos o Los viajes de Gulliver).

"Tex Avery -asegura Cruz Delgado Sánchez- es el director de cartoons por excelencia, entendiendo el cartoon como un género dentro del cine de animación que consiste en cortometrajes de unos siete minutos, basados principalmente en el humor, y que fueron originalmente creados para ser un complemento en los cines a las películas de imagen real".

"Él no fue un pionero en sentido estricto -continúa Cruz Delgado-, puesto que ya existían los cartoons antes de que él surgiera como director, pero consiguió crear un estilo inconfundible y sacar el máximo provecho a las posibilidades cómicas y narrativas que ese medio de expresión le ofrecía. Es uno de esos casos en que un director personifica un género. Si Hitchcock fue el suspense o Ford el western, Avery es el cartoon".

"Desgraciadamente aún no se le ha hecho justicia, como a la inmensa mayoría de los grandes cineastas de animación (Disney sería la excepción y aún así suele ser bastante menospreciado) y por ello creo que son necesarios libros que analicen su obra".

El "Estilo Warner"

Avery cambió los cartoons, para siempre, como nos explica Cruz Delgado: "Inicialmente casi todos los estudios de los años treinta del siglo pasado tenían un estilo muy similar, se imitaban los unos a los otros. Cuando Disney empezó a triunfar con películas que buscaban cada vez un mayor realismo y perfección en la animación y apostando por historias clásicas, todos querían seguir ese estilo. Entonces fue cuando Avery y otros directores del estudio Warner como Friz Freleng, Chuck Jones o Frank Tashlin (que luego se pasó a la imagen real) prefirieron antes que imitar a Disney en algo en lo que era el líder, apostar por un estilo de humor más agresivo y una animación más exagerada, orientada a un público que no fuera necesariamente infantil o que incluso tuviera gags más apreciables por un espectador adulto. En pocas palabras eso es el llamado “estilo Warner”, aunque luego también fue asimilado por otros estudios como Metro-Goldwyn-Mayer (en el que también trabajaría Avery),  Walter Lantz o incluso ocasionalmente por el propio estudio Disney".

También fue pionero en introducir otros elementos en la animación: "Habitualmente la violencia y el sexo son los dos elementos más llamativos de la obra de Avery -asegura Cruz Delgado-, y los más recurrentes, pero a mí me parecen meramente anecdóticos, aunque no puedan pasarse por alto".

"Creo que es mucho más importante destacar otros factores esenciales en su obra que he analizado en mi libro como el humor absurdo y a veces surrealista que practicó, la autoconsciencia de muchos de sus personajes de que estaban en una película (con todo el juego cómico que eso le daba), la utilización del propio medio cinematográfico con fines humorísticos y, sobre todo, una peculiar manera de escenificar los gags basado en un perfecto dominio del "timing" o medida del tiempo de cada acción, de lo cual Avery ha sido un maestro insuperable.

Bugs Bunny, el Pato Lucas, Droopy y el Lobo

"Porky fue el personaje con el que Avery inicia su carrera pero ya estaba creado con anterioridad -asegura Cruz Delgado-; nunca se sintió cómodo con él para el tipo de humor que quería practicar y pronto lo abandonó. El Pato Lucas (o Daffy) sí que es una creación totalmente suya y encarna a la perfección el prototipo de criatura averyana excéntrica e imprevisible que luego le sirvió como pauta para otros personajes como Bugs Bunny que, aunque no fue diseñado por él, podemos decir que la esencia de su personalidad fue fijada por Avery y luego desarrollada por otros directores".

Sin embargo, como nos cuenta Cruz Delgado: "Avery se caracterizó siempre por preferir trabajar con historias libres de personajes fijos ya que estos le obligaban a seguir unas pautas que podían hacerle caer en la rutina. Aún así, en su etapa en la Metro desarrolló tal vez sus dos personajes más personales (los de Warner los compartía con otros directores) y ambos totalmente opuestos aunque complementarios: Droopy es un perro parsimonioso e indolente que no se altera por nada mientras que el Lobo es un ser hiperactivo, de carácter agresivo y que siente una irrefrenable atracción por las mujeres pelirrojas. Precisamente Avery siempre supo sacar el máximo partido cómico a la contraposición de los dos personajes, jugando con el contraste rápido-lento".

El estilo "Avery"

Con esos personajes, y muchos otros, Avery se dedicó a explorar todas las posibilidades de la animación, dando lugar a un estilo muy reconocible. "Básicamente el estilo Avery y sus innovaciones es todo lo mencionado en las respuestas anteriores -comenta Cruz Delgado-. En cuanto al timing, es importante en cuanto que tal vez sea uno de los primeros directores que se da cuenta de lo decisivo que es para la narrativa de un cartoon y del que fue un maestro. El timing, en términos de animación, está en relación con el número de dibujos utilizados para una acción y con cuántos fotogramas ha de estar un dibujo fijo en pantalla, y el dominio de este recurso es determinante para que un gag funcione o no funcione".

Con la llegada de la televisión, Avery también colaboró en la pequeña pantalla, aunque con peores resultados: "Inicialmente, la influencia de Avery en los productos televisivos fue más bien escasa -comenta cruz Delgado-, puesto que estos se basaban más en los diálogos que en la acción ya que se fue generalizando una animación limitada exenta de movimientos, y eso estaba en las antípodas del estilo Avery. Además, su humor agresivo no encajaba bien en los códigos de autocensura de las cadenas de televisión y algunos de sus cartoons dejaron de emitirse. Cuando colaboró en alguna serie con Hanna-Barbera, al final de su carrera, se vio obligado a aplicarse esa misma autocensura y el resultado no fue muy brillante".

La influencia de Avery: de 'Roger Rabbit' a 'Rasca y Pica'

"Como cuento en mi libro -asegura Cruz Delgado-, la de Avery tal vez sea una de las influencias más grandes que ha habido en la animación (a pesar de que dejara de dirigir cartoons en 1955) e incluso en la imagen real. Por quedarse con lo más llamativo, gags que se basan en exageraciones extremas como ojos que saltan de sus órbitas o mandíbulas que se caen hasta el suelo de sorpresa son herencia directa de los films de Tex Avery, y eso lo hemos visto en el cine, en la televisión, la publicidad... Por no hablar de cómo se ha imitado hasta la saciedad su manera acelerada de escenificar los gags o el juego cómico con la música y los efectos sonoros".

"No obstante, el verdadero reconocimiento a la obra de Avery no llegó hasta hace unos veinticinco años aproximadamente en forma de películas que recuperaban y homenajeaban su estilo como ¿Quién engañó a Roger Rabbit? o La Máscara, o series de televisión como Los Simpson (los segmentos protagonizados por Rasca y Pica).

Por cierto que este detallado estudio de la vida y la obra de Avery, no ha surgido por casualidad, sino que es producto de un trabajo de años. "El libro nace a partir de mi tesis doctoral pero he cambiado mucho su estructura y contenidos para que se ajustara al tipo de libros que Cátedra dedica a cineastas. Básicamente, lo he dividido en una semblanza biográfica de Avery (lo que no ha sido fácil de documentar ya que apenas hay gran información personal suya), un análisis detallado de cada uno de los títulos de su filmografía (sin olvidar sus trabajos publicitarios y televisivos) y una tercera parte dedicada a estudiar su estilo y su influencia posterior".

Cruz Delgado Sánchez también es autor del libro Chiripitifláutico ¡...Es Don José! (Diábolo Ediciones), sobre el famoso programa de TVE y nos ha avanzado sus próximos proyectos, que también se centran en la animación: " En estos momentos se está maquetando un libro dedicado a Hanna-Barbera que escribí hace tiempo con mi amigo Pedro Delgado Cavilla y que finalmente va a ser editado por Diábolo Ediciones, probablemente saldrá para la próxima Feria del Libro de Madrid. Tengo intención de seguir escribiendo sobre otros cineastas de animación de los que hasta ahora no ha habido bibliografía en español. Estoy ya trabajando en un libro sobre Chuck Jones, que tal vez sea el director de cartoons más importante después de Tex Avery".