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El rey destaca el esfuerzo de los militares en "un entorno económico de gran complejidad"

  • Subraya que el Ejército mantiene la capacidad operativa pese a los recortes
  • Es su primer acto oficial fuera de Zarzuela tras su última operación

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El rey destaca el esfuerzo de los militares en "un entorno económico de gran complejidad"

El rey ha agradecido "el enorme esfuerzo que hacen las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad y defensa de nuestra patria en un entorno económico de gran complejidad", en su discurso en el Palacio Real con motivo de la celebración solemne de la Pascua Militar.

El jefe del Estado ha animado a las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil a perseverar en su "ejemplaridad", a "seguir transmitiendo confianza y serenidad", a "continuar trabajando unidos por la seguridad y el bienestar del conjunto de los españoles" y a ser "los primeros en ofrecer y los últimos en recibir".

En sus palabras, don Juan Carlos se ha declarado "plenamente consciente" del "enorme esfuerzo" que realizan los militares, tras un "duro año", por "mantener las capacidades" necesarias para garantizar la defensa de España y ha advertido de que es "imprescindible" continuar avanzando por la senda que permita obtener "el máximo rendimiento de los recursos".

Tras agradecer el "patriotismo", la "solidaridad" y la "generosidad" demostrada por los miembros de las Fuerzas Armadas y del Instituto Armado, el jefe del Estado ha proclamado: "Nuestra sociedad responderá siempre a vuestra generosidad con su reconocimiento y admiración, como reflejan las encuestas; y yo, como siempre, sentiré el orgullo de ser vuestro jefe".

Don Juan Carlos, que ayer cumplió 76 años y reaparece este lunes en su primera actividad oficial fuera de la Zarzuela tras la intervención quirúrgica en la cadera del pasado 21 de noviembre, ha caminado con dos muletas hasta la puerta del palacio que se abre a la Plaza de la Armería donde le han recibido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los ministros de Defensa, Pedro Morenés, y de Interior, Jorge Fernández Díaz.

El jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante Fernando García Sánchez, también ha dado la bienvenida en ese lugar, el Zaguán de Embajadores, al rey, a doña Sofía y a los príncipes, que han llegado en automóvil directamente hasta el interior del palacio y han accedido a pie desde allí a la plaza.

21 salvas de honor

El monarca ha caminado hasta una alfombra roja instalada en la plaza a pocos metros de la denominada Puerta del Príncipe y, apoyado en una sola muleta, ha presidido desde ese lugar la parada militar, en la que una formación de la Guardia Real le ha rendido honores y don Juan Carlos ha escuchado el himno nacional y las 21 salvas de honor.

Tras la ceremonia militar, nuevamente con la ayuda de dos muletas, ha accedido a continuación con doña Sofía y los príncipes al interior del palacio, donde los cuatro han utilizado el ascensor llamado "de Carlos III" para saludar en la saleta Gasparini al resto de la cúpula militar y otras autoridades y representantes militares.

De acuerdo con el nuevo protocolo para esta ceremonia inaugurado hace un año, no formaba parte de la línea de saludos el conjunto de representantes de las Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, de la Guardia Civil y de la Hermandad de Veteranos, de modo que los reyes y los príncipes se han encontrado con el resto de invitados en el Salón del Trono.

Allí, don Juan Carlos ha seguido la tradicional alocución del ministro de Defensa y ha pronunciado su discurso de pie ante un atril, antes de trasladarse al Salón de Columnas para asistir a una breve recepción.

Desde el siglo XVIII

El formato reducido de la ceremonia que se estrenó en 2013 ha eliminado también la tradición por la que el rey, en su calidad de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, imponía en el Salón del Trono las condecoraciones concedidas a miembros de las comisiones militares.

La celebración militar con la que se inaugura la agenda política nacional en este nuevo año tiene su origen en el siglo XVIII, cuando Carlos III felicitó a las tropas españolas que recuperaron la localidad menorquina de Mahón, que estaba en poder de los ingleses, el 6 de enero de 1782.

Como prueba de aprecio a sus Ejércitos, Carlos III ordenó a virreyes, capitanes generales y demás jefes que en el día de la Epifanía reuniesen a las guarniciones para felicitarles en su nombre.