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China celebra el 120º aniversario del nacimiento de Mao

  • El presidente, Xi Jinping, impone mayor austeridad en las celebraciones
  • Los dirigentes actuales reconocen los errores pero siguen respetando su figura

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Retrato del presidente Mao Zedong en la puerta de Tiananmen cerca de la Ciudad Prohibida en Pekín
Retrato del presidente Mao Zedong en la puerta de Tiananmen cerca de la Ciudad Prohibida en Pekín.

El presidente de China, Xi Jinping, el primer ministro Li Keqiang y otros máximos líderes del régimen comunista han visitado este jueves el Mausoleo de Mao Zedong, en el centro de la Plaza de Tiananmen, para rendirle tributo en el 120º aniversario de su nacimiento, que se conmemora con multitud de actos en todo el país.

Xi y el resto de la cúpula comunista han efectuado tres reverencias, una tradicional muestra de respeto en la cultura china, ante el cuerpo embalsamado del Gran Timonel, que descansa en el Mausoleo construido en 1977, un año después del fallecimiento del fundador de la República Popular.

Aprovechando el aniversario, muchas televisiones chinas han comenzado a emitir series y programas especiales basados en la vida de Mao, y dos películas de gran presupuesto sobre su figura se estrenan esta semana.

El aniversario se celebra también con decenas de exposiciones, simposios y actos conmemorativos en toda la geografía nacional, especialmente en Shaoshan, el lugar de nacimiento de Mao en la provincia central de Hunan, donde se han gastado más de 200 millones de euros en los preparativos para la efeméride.

Celebraciones "simples y pragmáticas"

Sin embargo, el presidente Xi advirtió este año, durante una visita a Hunan, que las celebraciones serían "solemnes, simples y pragmáticas", y de hecho algunos de los actos más importantes, como una gala en honor a Mao que se iba a celebrar en el Gran Palacio del Pueblo (sede del Legislativo), han sido cancelados.

Ello muestra, según los observadores, la contradictoria relación que el régimen chino mantiene con su fundador, pues por una parte lo honra por haber encabezado la revolución que culminó con la fundación de la República Popular en 1949, pero por otra admite que cometió grandes errores.

Entre ellos destacan las hambrunas que causó la desastrosa política económica del "Gran Salto Adelante" (1958-61), en las que murieron millones de personas, o el caos social y político de la Revolución Cultural (1966-76), dos hechos que para el régimen son aún tabúes y en los que no se permite profundizar demasiado.

La línea oficial siempre repetida es que Mao "cometió un 70% de aciertos y un 30% de errores".

Importancia histórica

Los medios oficiales se concentran estos días, en todo caso, en la importancia histórica de Mao para que China acabara con siglo y medio de feudalismo y colonialismo por parte de países occidentales y de Japón.

"Bajo el liderazgo de Mao, el pueblo chino cambió su destino a través de la revolución", señala en su editorial de este jueves el diario Global Times, ligado al Partido Comunista de China.

La celebración de este año ha coincidido, precisamente, con una nueva polémica con Tokio por la visita del primer ministro, Shinzo Abe, al santuario sintoísta de Yasukuni, considerado un símbolo del imperialismo japonés.