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Corea del Norte refuerza los controles fronterizos para evitar las deserciones, según Seúl

  • Más de 26.000 norcoreanos han escapado hacia el sur en las últimas décadas
  • Las deserciones parecen haberse acentuado desde la ejecución de Jang

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Seúl advierte del refuerzo de los controles fronterizos en Corea del Norte para evitar las deserciones
Imagen de la zona desmilitarizada de la frontera en las dos Coreas (Archivo).

Las autoridades de Corea del Sur han alertado de que Corea del Norte ha endurecido los controles fronterizos para evitar la huida de sus ciudadanos desde la reciente ejecución de Jang Song-thaek, tío del líder Kim Jong un y ex número dos del régimen. 

Los guardias norcoreanos encargados de vigilar la larga frontera de más de 1.400 kilómetros que separa al país de China se han puesto en alerta máxima para detener a todo el que trate de escapar, según ha informado la agencia surcoreana Yonhap, que cita a un alto funcionario de Seúl.

La fuente también ha asegurado que Pyongyang ha enviado a sus agentes a China para que cooperen con las autoridades locales a la hora de detectar a los norcoreanos que hayan desertado y enviarlos de vuelta a su país.

Inestabilidad tras la ejecución de Jang

Este supuesto aumento de celo en la vigilancia fronteriza llega después de la purga y ejecución de Jang Song-thaek y de algunos de sus colaboradores, acontecimiento inesperado que ha supuesto el mayor cambio político en el Estado comunista desde la muerte de Kim Jong-il hace poco más de dos años.

Las autoridades de Corea del Sur creen que la ejecución de Jang, anunciada el pasado día 13, puede haber generado inestabilidad política en el seno del régimen, aunque el extremo hermetismo de Pyongyang hace difícil comprobar este supuesto.

Miles de desertores cada año 

Miles de norcoreanos tratan de huir cada año a la más próspera Corea del Sur y para ello emprenden un largo periplo de miles de kilómetros que comienza atravesando la frontera china. 

Los desertores deben evadir los controles policiales, ya que China no reconoce su estatus de refugiados y los repatría forzosamente, y recorrer miles de kilómetros hasta alcanzar un tercer país, generalmente Tailandia o Laos, donde piden asilo en la embajada surcoreana,  que tramita su viaje a Seúl.

Más de 26.000 norcoreanos han logrado escapar de su país en las últimas seis décadas e instalarse en Corea del Sur.