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El Eurogrupo pacta un 'cortafuegos' para apoyar al fondo común de resolución bancaria

  • No se aclara cómo funcionará esa red de seguridad ni si recurrirá al MEDE
  • El preacuerdo se abordará en el Ecofin de la UE de este miércoles
  • Los flecos que quedan tratarán de concretarse en la cumbre de jueves y viernes

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El Eurogrupo pacta un 'cortafuegos' para apoyar al fondo común de resolución bancaria

Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro han pactado en la madrugada de este miércoles las bases para el funcionamiento del mecanismo común de reestructuración o liquidación de bancos con problemas. El pacto valida el preacuerdo diseñado por los cinco países más grandes del euro en sus reuniones previas, en el que se propone dejar en manos de los Estados la decisión última de cerrar una entidad y crear un fondo de resolución común para afrontar quiebras bancarias. Además, han acordado algo que no incluía ese diseño a cinco: el establecimiento de un cortafuegos, una red de seguridad a la que acudir en casos de problemas bancarios cuando el fondo común de resolución aún no esté plenamente operativo o no sea suficiente.

Este miércoles, los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, el Ecofin, analizará lo aprobado aunque, posiblemente, la decisión final dependa del Consejo Europeo que reúne a los líderes de la UE el jueves y viernes. De momento, el Parlamento Europeo ya ha mostrado su rechazo a gran parte de lo negociado entre los Estados y el presidente del BCE, Mario Draghi, ha advertido de que si el mecanismo es muy complejo, "no funcionará".

El cortafuegos sin definir

El llamado cortafuegos no se ha definido con claridad y es probable que su funcionamiento quede pendiente de concretar para los dos próximos años, ya que el engranaje del mecanismo de resolución no entrará en vigor hasta 2016.

Las diferencias entre los Estados están en que se pretende que dependa del fondo de rescate europeo, es decir, del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), aunque Alemania se muestra reticente, ya que no quiere que ese fondo establecido con dinero público sirva para cubrir reestructuraciones bancarias.

Al término de la reunión, al ser preguntado si el MEDE jugará un papel en ese cortafuegos, el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha respondido afirmativamente, y ha asegurado que el instrumento será "eficaz y viable". "Hemos llegado a un entendimiento común sobre los cortafuegos para un mecanismo común de resolución, lo que es un resultado muy importante".

"De hecho, esta noche hemos logrado un avance crucial en la construcción de la unión bancaria y hemos allanado el camino para unas Navidades tranquilas", ha indicado el comisario finlandés.

Así, los países del euro han consensuado la creación de un fondo común de resolución nutrido con contribuciones de los bancos de la eurozona, que aportarán 5.500 millones de euros cada año durante diez años a partir de 2016.

Mientras dure ese período transitorio, habrá una red de fondos  nacionales, es decir, que cada país sufragará los costes por eventuales  problemas en su sistema financiero. Sin embargo, se prevé que  gradualmente vayan sufragándose de forma conjunta en un mecanismo que exigirá firmar un tratado intergubernamental, es decir, fuera de los instrumentos comunitarios fijados en los Tratados de la UE.

Reticencias de Alemania

Sin embargo, la espinosa cuestión que tenían que resolver los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona era cómo afrontar un problema importante durante la fase inicial, si el fondo y los compartimentos todavía no tendrán todavía suficientes recursos.

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha afirmado que el Eurogrupo ha "avanzado en buena medida", pero ha recordado que el acuerdo final habrá que negociarlo este miércoles a Veintiocho, en el Ecofin. Berlín defiende que no se pueda utilizar el MEDE como cortafuegos libremente y sin limitaciones, por lo que aboga por que los Estados miembros que necesiten ayuda para reestructurar o liquidar entidades pidan un préstamo al fondo de rescate europeo, igual que ha hecho España.

Así, en referencia a esa red de seguridad, el borrador de la declaración estudiada por los ministros del euro indica que, para el caso de que el fondo común no esté todavía financiado en su totalidad y surjan quiebras, debe haber un "sistema de financiación puente" que queda sin aclarar, ya que solo se indica que "estará inicialmente disponible a través de los recursos nacionales o el MEDE, sobre una base caso por caso".

Además, en el texto se indica que se diseñará y desarrollará un "cortafuegos común" para que actúe en ese período transitorio, sin definir más detalles.

Schäuble ha recalcado antes de llegar al Eurogrupo que "no habrá una línea de crédito general para todo el mundo. Eso no lo habrá".

Mientras, su homólogo francés, Pierre Moscovici, defendía todo lo contrario y explicaba que "habrá un cortafuegos y será un cortafuegos común". Según el titular de Economía francés, ese sistema "puede tomar varias formas, que quedarán  pendientes de precisar en los próximos años, pero el principio ha  quedado claramente establecido y ninguna forma está excluida".

Moscovici ha aclarado que se ha establecido el principio del cortafuegos,  precisado los recursos y diseñado "la primera modalidad", la que estará  vigente mientras se constituye el fondo común de resolución y ha  adelantado que ese instrumento podría incluir préstamos al fondo común de resolución, aunque también puede haber otras fórmulas.

Las decisiones importantes, en manos de los Estados

Además, para aplicar y guiar el mecanismo común de resolución bancaria, se propone crear una autoridad común de resolución integrada por un consejo ejecutivo y otro plenario -en los que la  Comisión Europea y el Banco Central Europeo serán observadores- que  tomen las decisiones sobre la reestructuración y liquidación de los  bancos, mientras que las instituciones europeas "solo ejercerán un control posterior" de las mismas.

Así, la Comisión Europea examinaría si las decisiones del consejo  ejecutivo son aceptables o no según la jurisprudencia europea y, si no  reacciona dentro de un determinado plazo, las decisiones de ese órgano  "entrarán en vigor automáticamente". Si no está de acuerdo,  el Ejecutivo comunitario tendría que remitir el caso a los Veintiocho,  que puede oponerse con mayoría simple a la decisión de la autoridad  única o pedir que la enmiende. Si no reacciona, la decisión de la  autoridad será válida.

El consejo ejecutivo estará formado por un director y cuatro miembros  independientes, además del país o los países afectados por una  resolución bancaria, mientras que en el consejo plenario estarán  sentados los 28 Estados miembros, pero sus modalidades de votación todavía no están cerradas y hay varias opciones sobre la mesa.

El mecanismo común de reestructuración y liquidación de entidades es el segundo pilar de la unión bancaria, despúes del primero que supuso acordar el de supervisión común que dirigirá el Banco Central Europeo (BCE).

Esa unión bancaria es crucial para poner fin a la actual fragmentación del sistema financiero de la eurozona, que está castigando sobre todo a empresas y bancos de países como España, que pagan intereses más altos por su financiación que otras homólogas en Estados menos golpeados por la crisis económica. Sin embargo, tal y como ha avisado el presidente del BCE, Mario Draghi, la unión bancaria es "necesaria, pero no suficiente" para acabar con esas diferencias entre países, ya que se requieren mayores avances en la unificación de las políticas económicas y fiscales.