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Republicanos y demócratas logran un acuerdo que da estabilidad fiscal a EE.UU. hasta 2015

  • El gasto público se reducirá de forma automática en 63.000 millones de dólares
  • Parte del ahorro saldrá de recortes en planes de pensiones y presupuesto militar
  • Obama cree que es un "buen primer paso" hacia el logro de un consenso amplio

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Acuerdo presupuestario en EE.UU. para evitar otro cierre de la administración
Los senadores Patty Murray, demócrata, y Paul Ryan, republicano, en el anuncio del acuerdo.

Republicanos y demócratas han logrado un principio de acuerdo en el Congreso de EE.UU. sobre el presupuesto federal que proporcionará estabilidad fiscal los próximos dos años, ya que fija el techo de gasto disponible hasta octubre de 2015. Si es ratificado por ambas Cámaras del Congreso, este pacto proporcionará capacidad de financiación al Gobierno estadounidense durante todo ese período, por lo que, entre otras cosas, se evitarían cierres de la Administración como el vivido el pasado octubre y amenazas de suspensión de pagos como la sufrida en ese mismo mes.

Esa última crisis fiscal se solucionó in extremis, cuando el país estaba a punto de declarar la suspensión de pagos, gracias a un pacto temporal que aumentó el tope de deuda de Gobierno federal hasta el próximo 15 de enero para dar tiempo a que un grupo de congresistas de ambos partidos negociaran un acuerdo a más largo plazo, que es el anunciado ahora.

La senadora demócrata Patty Murray y el republicano Paul Ryan han anunciado en una rueda de prensa que el acuerdo para los presupuestos reducirá de manera automática el gasto público en 63.000 millones de dólares durante esos dos años, lo que ayudará a reducir el déficit público en 23.000 millones adicionales a lo largo de diez años.

Ahorro en pensiones y presupuesto militar

Murray ha añadido que, de ser aprobado el acuerdo presupuestario, parte de ese ahorro pactado saldrá de los planes de pensiones -6.000 millones de dólares- y otros tantos del presupuesto militar.

Por su parte, el presidente de EE.UU., Barack Obama, ha dicho que este acuerdo es un "buen primer paso" y ha urgido al Congreso a aprobar un presupuesto completo basado en el consenso.

Además, el acuerdo deroga parcialmente para 2014 y 2015 los abruptos recortes del gasto público que entraron en vigor el pasado marzo y que, según Obama, han sido "un lastre sin sentido" para la economía.

Asimismo, "despeja el camino para inversiones críticas" en campos como la investigación científica, "es equilibrado" e incluye aumentos de tasas y recortes de gastos "de una manera que no dañará a nuestra economía", ha destacado el presidente.

No incluye todo lo que me gustaría

Este pacto "no incluye todo lo que me gustaría", ha admitido Obama, pero "es una buena señal de que los demócratas y los republicanos en el Congreso han sido capaces de unirse" después de varios años de sucesivas crisis presupuestarias.

Obama ha añadido que con este acuerdo "el pueblo estadounidense no debería tener que soportar el dolor de otro cierre del Gobierno" como el ocurrido en octubre pasado.

Evitar el cierre de la administración

La falta de acuerdo en el Congreso para aprobar un nuevo presupuesto anual para el Gobierno de Estados Unidos provocó el cierre parcial de la administración el pasado 1 de octubre. Esta situación duró 16 días y puso al país en jaque con un gasto estimado de 10.000 millones y 120.000 empleos.

Esta insólita situación derivó de la falta de acuerdo sobre el presupuesto para el ejercicio fiscal, un asunto que ha llevado al país a una situación límite cada dos meses.

Debido a la forma de estructurar las cuentas públicas del país, la negociación presupuestaria es independiente de la del tope fijado al endeudamiento. Ese techo no se negocia cada año, sino que se aborda según las necesidades.

Sin embargo, ambas cuestiones son política fiscal y, en los últimos tres años, los republicanos han logrado vincularlas porque han condicionado su apoyo al aumento del umbral del endeudamiento al recorte del gasto incluido en las cuentas públicas. Durante el último año, además, también han intentado condicionarlo a un retraso en la aplicación de la reforma sanitaria de Obama, cuya financiación no está incluida en el presupuesto federal.