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Los manifestantes de Tailandia entran en la sede del Gobierno en Bangkok

  • Han accedido de manera pacífica y de momento no hay incidentes
  • La Policía ha retirado las barricadas 
  • La primera ministra ha calificado como "inaceptables" sus demandas

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Los manifestantes entran en la sede de la Policía y Casa del Gobierno en Bangkok

Los manifestantes anti-gubernamentales de Tailandia han entrado este martes en el edificio que alberga la sede del Gobierno, en Bangkok. La multitud ha penetrado también en la sede de la Policía, situada en el mismo complejo. De momento el acceso se ha producido de forma pacífica y no se ha informado de incidentes.

El paso, saludado como una gran victoria por la oposición, se ha producido después de que la Policía retirara las barricadas que protegían los edificios oficiales asesiados y anunciara que no se enfrentaría a los manifestantes.

"Los manifestantes afirman que quieren tomar los edificios gubernamentales, pero el Gobierno no quiere que haya lucha ni confrontación, así que hemos ordenado a la Policía que retroceda", ha explicado a la prensa el portavoz gubernamental, Teerat Ratanasevi.

También el jefe de la Policía Metropolitana, el general Kamronvit, ha indicado a los medios que en la presente jornada los agentes no utilizarán gases lacrimógenos  y permitirán a los manifestantes entrar en la sede de las autoridades  para que permanezcan el tiempo que quieran, indica el diario Bangkok  Post.

"Asalto final"

Los manifestantes antigubernamentales iniciaron este lunes lo que ellos mismos han bautizado como "asalto final" a la sede de la Policía Metropolitana de Bangkok, para forzar la caída de la primera ministra, Yingluck Shinawatra.

Desde hace dos días, manifestantes y agentes gubernamentales se enfrentan en una batalla campal donde los policías intentan dispersar a los alborotadores con gases lacrimógenos, cañones de agua y disparando pelotas de goma.

Los manifestantes responden con el lanzamiento de piedras, botellas y explosivos caseros, mientras intentan quitar las barreras de cemento que rodean la sede policial y la Casa de Gobierno en la capital tailandesa. Al menos cinco personas han muerto en las manifestaciones.

A pesar de estos incidentes violentos en estas calles de Bangkok, la normalidad y la calma reina en otras zonas de la metrópoli donde comercios, bares y restaurantes continúan con el horario regular.

El Centro Erawan para Emergencias ha indicado en su último informe que 119 personas resultaron heridas durante las escaramuzas del domingo, tres de ellos por herida de bala, la mayoría con problemas derivados de la inhalación de gases tóxicos.

La primera ministra dice que no dimitirá

La primera ministra de Tailandia, Yingluck Shinawatra, indicó el domingo ante la prensa que no piensa dimitir del cargo tal como le exigen los manifestantes antigubernamentales a los que volvió a ofrecer la salida al diálogo para superar la crisis política.

Yingluck ha calificado como "inaceptables" y contrarias a la Constitución las demandas del líder de las protestas para que ceda el poder a un consejo popular, después de reunirse con Suthep la noche del lunes en un encuentro propiciado por los jefes del Ejército.

Los antigubernamentales acusan al Gobierno electo de corrupción y estar manejado en las sombras por el depuesto primer ministro y hermano mayor de la actual primera ministra, Thaksin Shinawatra.

Al menos cinco personas murieron durante los enfrentamientos entre seguidores y detractores del Ejecutivo el pasado sábado por la noche en torno a la Universidad de Ramkhamhaeng y el estado Rajamangala, en el noroeste de la capital.

Tailandia arrastra una grave crisis política desde el golpe militar incruento que en 2006 derrocó al Gobierno de Thaksin.

Thaksin y su hermana cuentan con gran respaldo entre las clases bajas y las áreas rurales del noreste, mientras que gran parte de sus opositores proceden de las clases medias y altas urbanas y de sectores cercanos al Ejército y la monarquía.