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Los socialdemócratas, favoritos en las elecciones legislativas de la República Checa

  • Podrían llegar a poder con un pacto con los comunistas
  • Los checos denuncian la corrupción de sus políticos

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Andrej Babis, lider del partido ANO 2011, reparte bollos en el metro de Praga
Andrej Babis, lider del partido ANO 2011, reparte bollos en el metro de Praga.

La República Checa elige entre este viernes y este sábado un nuevo Parlamento en unas elecciones anticipadas, en las que los socialdemócratas son favoritos, lo que augura un Gobierno de coalición liderado por ese partido junto a un número no determinado de socios.

De confirmarse en las urnas los resultados de los últimos sondeos, el Partido Socialdemócrata (CSSD) cuenta con el apoyo de entre el 23 y 26%, por delante de los Comunistas de Bohemia y Moravia (KSCM), con entre el 16 el 18%.

Los comicios, que se celebran entre este viernes por tarde y este sábado por la mañana, se adelantaron después de que cayera en agosto en una moción de censura el ejecutivo de expertos que sucedió a un Gobierno conservador salpicado por un escándalo de corrupción.

Posible pacto con los comunistas

El líder socialdemócrata, Bohuslav Sobotka, se ha mostrado convencido de que el presidente checo, Milos Zeman, le "designará para formar gobierno".

Esas fueron las palabras que el influyente diario Právo ha puesto en su boca y que habrían sido pronunciadas durante una reciente reunión con dos líderes comunistas.

No obstante, una decisión interna del CSSD impide formar una coalición con los comunistas, aunque no excluye aceptar el apoyo tácito de esa formación para gobernar en minoría.

Sobotka apuesta por el efecto persuasorio de cuatro millones de cartas a particulares para apuntalar su éxito, solicitando el apoyo ciudadano para romper una cadena de siete años en el poder del centroderecha.

Un período que ha estado ligado a una creciente crispación y a una brecha social - con cotas de desempleo del 9% - inéditas en el país, con una riqueza repartida desigualmente, y regiones al norte y noreste bastante desfavorecidas.

Denuncias de corrupción

Además de este legado, una de las palabras que más se ha usado contra los círculos políticos ha sido la de "corrupción". En esta legislatura son seis los diputados checos que han perdido su inmunidad parlamentaria, todos ellos acusados o convictos por asuntos de corrupción.

El multimillonario Andrej Babis, cuya Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO 2011) puede llegar al 16% de apoyo en la encuesta, ha irrumpido en el sombrío panorama de manera espectacular, y se ha hecho acreedor del voto protesta.

Babis, que dirige un complejo de empresas que emplea a 34.000 personas y engloba 200 firmas, repartía el jueves bollos gratis en distintos lugares de Praga y repetía sus consabidas consignas en contra de la ineptitud y el egoísmo de los políticos profesionales.

El conservador TOP 09, liderado por el veterano aristócrata Karel Schwarzenberg, ha visto reducido su apoyo al 9% y es otro de los partidos de la antigua coalición gubernamental que paga las consecuencias de una clase política desprestigiada.

A pesar de ello y de la avanzada edad de su incombustible líder, de 75 años, este se ha vestido de "Agente TOP 007", siempre en lucha enconada contra los totalitarismos de izquierda y con el eslogan "quiero democracia después de estas elecciones".

Schwarzenberg ha sido de los más duros al criticar las ínfulas de "antiguo monarca" de Zeman, un ex comunista que nombró este verano un Gobierno de expertos sin el apoyo del Parlamento, lo que fue considerado como una injerencia y una vulneración del sistema democrático.

Zeman nombró, asimismo, a varios ministros que hoy militan en su propia formación, el Partido de los Derechos Ciudadanos (SPOZ), que aspira a entrar en el Parlamento.

De ahí la peineta en pleno río Moldava que le dedicó el inconformista artista David Cerny, quien erigió una gigantesca escultura de un dedo enhiesto.

El partido de centroderecha liberal, el exgubernamental ODS, ha visto dilapidado su apoyo electoral hasta límites insospechados, ya que ahora sólo cuenta con el 6,5% de intención de voto, tras el 20% del año 2010.

Hay otros dos partidos en el umbral del 5%, necesario para entrar en la Cámara baja: los democristianos del KDU y el Alborada Democracia Directa, otro partido protesta, que lidera el checo de origen japonés Tomio Okamura, y que no tiene una ideología definida.