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El partido de Juncker vuelve a ganar en Luxemburgo, pero pierde apoyos

  • El CSV pierde tres escaños con respecto a los comicios de 2009 

   El riesgo para Juncker es una posible coalición de liberales,  socialistas y verdes

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El partido de Juncker vuelve a ganar en Luxemburgo, pero pierde apoyos

El partido democristiano CSV,  liderado por el veterano Jean-Claude Juncker, se ha impuesto una vez más en las elecciones legislativas de Luxemburgo, aunque ha perdido varios escaños, según las estimaciones hechas con una buena parte del voto ya escrutado.

El CSV, con un 33,4% de los votos, pierde tres escaños con respecto a los comicios de 2009 y se queda con 23 de los 60 asientos del parlamento.

El gran beneficiado de la jornada es el partido liberal DP,  hasta ahora en la oposición, que gana cuatro escaños y suma un total de 13, los mismos que el partido socialista LSAP, socio de Juncker en el Gobierno y que forzó su caída al retirarle el apoyo el pasado julio.

"Si estos primeros resultados se confirman, una cosa está clara: en estas elecciones hay un gran vencedor y es el DP", ha señalado el líder de la formación liberal, Xavier Bettel, en una primera reacción ante sus simpatizantes.

Bettel, alcalde de la capital del país, ha recogido gran parte del voto descontento con Juncker, que se vio obligado a adelantar las elecciones tras perder el apoyo de sus socios en el Gobierno por un escándalo en los servicios secretos nacionales.

Posible coalición

Los Verdes se mantienen como cuarta fuerza, según las estimaciones, con 6 diputados, uno menos que en 2009.

Juntos, socialistas, liberales y ecologistas sumarían 32 escaños y, por tanto, tendrían posibilidades de gobernar bajo una coalición tripartita con la que han especulado durante la campaña.

Esa posibilidad supondría un hecho inédito en Luxemburgo, donde los democristianos han gobernado el país de forma casi ininterrumpida desde la Segunda Guerra Mundial.

Juncker, tras 18 años como primer ministro, deberá tratar de negociar una coalición que le permita seguir al frente del Gran Ducado, un pacto que se presenta más difícil que nunca para el veterano dirigente.