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Caso Faisán

El dueño del bar Faisán dijo por teléfono que eran policías quienes le dieron el chivatazo

  • Según la llamada que hizo tras el supuesto soplo de la operación contra ETA
  • Según el fiscal, hay pruebas de que Pamies y Ballesteros dieron el chivatazo

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El dueño del bar Faisán aseguró por teléfono que fueron policías los que le dieron el chivatazo

El tribunal de la Audiencia Nacional que juzga el caso Faisán sobre el chivatazo a ETA de una operación antiterrorista, ha escuchado este jueves la grabación de la conversación en la que Joseba Elosua, dueño del bar donde se produjo el chivaatazo, le cuenta a su yerno el contenido de la conversación telefónica en la que le habían alertado del dispositivo para la detención de un miembro de la banda terrorista.

Según la transcripción de la llamada, informa TVE, Elosua comienza advirtiendo a su yerno: "No vayas a decir que te he llamado yo para fastidiar todo el proceso", y poco después se puede escuchar como llega a la conclusión de que son policías: "Son maderos. Además me ha dicho...tienes policía ahí en la frontera para cogerle, a José Antonio". Después detallaba: "Si pasa van a detenerle, van a mirar el coche de arriba a abajo".

Después de escuchar la grabación de la conversación, las declaraciones de los dos altos mandos policiales acusados de haber dado el chivatazo de la operación contra ETA y a los testigos, el fiscal de la Audiencia Nacional, Carlos Bautista sostiene que hay pruebas de que ambos acusados dieron el chivatazo.

La sesión ha comenzado con la escucha de la grabación, efectuada en el coche de Elosua -propietario del bar Faisan de Irún- cuando acababa de recibir el chivatazo por teléfono.

Al otro lado de la línea se encontraba, según las acusaciones, el entonces jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies, acusado en el juicio junto al exinspector de Álava José María Ballesteros, que le entregó el móvil en el interior del local.

Después se visionará el vídeo grabado por la Policía en el que se ve a Ballesteros entrando y saliendo del bar cuando se produjo el soplo.

El fiscal no descarta que participaran "otras personas"

Bautista ha asegurado que no puede descartar que "haya otras personas que no sabemos" que participaron en el chivatazo a ETA del bar 'Faisán' y ha confiado que, al igual que en el caso de los GAL, algún coimputado acabe hablando para poder "ir más arriba".

"No vamos a ir más arriba, ¿para qué, para que lleguen y consigan una absolución? Vamos a esperar si hay sentencia condenatoria a que algún coimputado haga como pasó en el GAL con el señor Amedo", ha dicho Bautista durante la exposición de su informe de conclusiones definitivo, que pide entre uno y medio y dos años de cárcel por revelación de secretos o cinco por colaboración con organización terrorista.

El representante del Ministerio Público, que ha utilizado la expresión "solos o en compañía de otros" utilizada en la sentencia sobre el crimen de los marqueses de Urquijo, ha señalado que el exjefe de Policía del País Vasco Enrique Pamies era el "táctico, el que decide cómo se hace en el terreno la estrategia" pero "la estrategia la hace alguien que no está en el terreno".

En este sentido, ha considerado "claro" que con la filtración se produjo "por medios criminales, ilícitos y delictivos una coadyuvación a un objetivo que entonces era legítimo: acabar con ETA a través de un proceso".

"Solos o en compañía de otros"

"Todo el mundo sabe que en el 2006 había un acuerdo parlamentario que daba el visto bueno a dialogar con una organización terrorista y la estrategia de lucha contraterrorista pasaba por eso", ha apuntado.

El fiscal también ha afirmado este jueves que en la Fiscalía han sido "especialmente cuidadosos a la hora de formular una acusación" y "mantenerla hasta el final" contra los altos mandos policiales Enrique Pamies y José María Ballesteros, ya que hay pruebas suficientes de que son los autores del chivatazo a ETA en 2006.

Lo ha dicho durante la exposición de sus conclusiones en el último día del juicio del caso Faisán que se celebra en la Audiencia Nacional contra el ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies y el exinspector de Álava José María Ballesteros,  que se enfrentan a penas carcelarias por revelar secretos y colaborar con ETA.

"Debo decir que en la vista del recurso de procesamiento de hace unos cuantos meses escuché la siguiente frase, en esta misma sala de vistas, en la que se decía, a la sala, que tuviera en cuenta que el señor Pamies era 'uno de los nuestros'. Francamente, la primera reacción que tuvo este representante del ministerio fiscal fue:¿En qué parte del Padrino dice eso Vito Corleone? Me pareció una cosa bastante absurda", ha comenzado su exposición.

"Acusación rigurosa"

Acto seguido ha afirmado que "nadie" va a dejar "de impulsar el principio legal si eso equivale a una acusación" y ha garantizado que eso es lo que ha hecho la Fiscalía en este caso. "Llevo 16 años en la Sección Tercera, sé mantener una acusación rigurosa", ha añadido acto seguido, tras lo que ha comenzado a relatar las pruebas contra los policías.

La cuarta jornada del juicio del Caso Faisán se celebra este jueves en la Audiencia Nacional con la audición de la conversación pinchada por la Policía entre el supuesto miembro de ETA Joseba Elosua con su yerno, en la que le relata la llamada del chivatazo que tiró por tierra una operación contra la banda en 2006.

El juicio arrancó el pasado lunes con el interrogatorio de los dos acusados, el ex jefe superior del País Vasco Enrique Pamies y el exinspector de Álava José María Ballesteros, quienes negaron haber sido los responsables del soplo.

Los dos altos mandos policiales están acusados de los delitos de revelación de secretos y colaboración con ETA, por los que se enfrentan a una petición fiscal de entre 1 año y medio y 5 años de cárcel y las acusaciones populares hasta 10 años de prisión.

Joseba Elosua,  el dueño del bar Faisán de Irún donde supuestamente se produjo el chivatazo a ETA, declaró el martes como testigo y afirmó que el soplo le pareció "una tomadura de pelo" que seguramente provenía de un policía y que le dejó "abobado".