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Un alto mando policial declara que la operación frustrada contra ETA del caso Faisán era "ficción"

  • El exjefe policial asegura que la operación no se iba a producir en esa fecha
  • El comisario Cabanillas dice que el investigador del soplo pidió destruir pruebas
  • Tercera jornada del juicio del caso Faisán sobre el presunto chivatazo a ETA

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Tercera jornada del juicio del caso Faisán con la declaración de varios policías
La Audiencia Nacional celebra este miércoles la tercera jornada del juicio del caso Faisán sobre el chivatazo a ETA.

El que era jefe de la Brigada de Información de San Sebastián cuando el 4 de mayo de 2006 un chivatazo frustró una operación contra ETA ha afirmado este miércoles en el juicio del caso Faisán que dicho operativo era una "ficción" y en realidad no se iba a producir ese día. El testimonio de este mando policial, junto a otros compañeros, ha respaldado las tesis de la defensa de los dos acusados, Enrique Pamies y José María Ballesteros.

En la tercera jornada del juicio han declarado varios policías y varios peritos. Entre los testigos, cinco mandos policiales han respaldado las tesis de defensa de los acusados sobre lo que ocurrió el día del chivatazo a ETA en 2006 y han cuestionado la labor del comisario Carlos Germán, que comandaba la operación contra ETA y luego pasó a encargarse de la investigación del chivatazo.

Manuel R. ha declarado como testigo en la tercera jornada del juicio contra el ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies y el exinspector de Álava José María Ballesteros por revelar secretos y colaborar con ETA como presuntos responsables del chivatazo, que desmontó un dispositivo contra el aparato de extorsión de la banda.

Según las acusaciones, Pamies envió al bar Faisán a Ballesteros, quien le entregó un móvil a su dueño, Joseba Elosua, a través del cual el ex jefe superior le alertó de la operación, en la que se iba a detener a un miembro del PNV, para no complicar la delicada situación política en plena tregua de ETA.

También ha declarado este miércoles como testigo, llamado por la defensa de Pamies, José Cabanillas, comisario jefe de la Unidad  Central de Inteligencia (UCI) cuando se produjo el chivatazo que  desmontó una operación contra ETA, quien ha ratificado que Carlos  Germán, su subordinado y jefe de la investigación del soplo, quiso  destruir pruebas.

Cabanillas se ha ratificado así en sus declaraciones del 8 de febrero de 2011, cuando aseguró ante el juez Pablo Ruz que  Germán le pidió hasta tres veces destruir la grabación de la  conversación en la que el dueño del bar Faisán y presunto miembro de  ETA, Joseba Elosúa, le cuenta a su yerno en el coche la llamada del  chivatazo que mantuvo supuestamente con Pamies.

Operación simulada

Según Manuel R., el operativo, comandado por Carlos Germán -el mismo policía que luego dirigió la investigación del chivatazo-, no se iba a producir el 4 por la mañana y las gestiones de ese día para prepararla "forman parte de la simulación de un dispositivo de servicio que no tenia sentido".

"El día 4 por la mañana no se iba a producir nada, nosotros estábamos esperando que el paso del dinero (que debía entregar Elosua del impuesto revolucionario) se hiciera el viernes por la tarde", ha asegurado el testigo.

Ha apuntado que cuando en la noche anterior le dijo a Germán que iba a avisar a los jueces de guardia de las localidades donde se iban a producir las detenciones, le dijo que no avisara "a nadie", por lo que considera que en realidad no se estaban realizando los preparativos para "tirar" (poner en marcha la operación) y que ese día no había "nada" montado.

"Se produce una ficción de servicio, no sabemos por qué, en la Brigada de Información de San Sebastián nos tienen de alguna manera engañados", ha dicho.

Antes han declarado varios mandos policiales que han respaldado la  versión de Pamies de que se reunía a menudo con un confidente en  Francia, y uno de ellos ha confirmado su coartada de que el día del  chivatazo había concertado una cita con él.

Transcripción de la conversación en el coche

Mientras, se da la circunstancia, de que la conversación entre Elosua y su yerno, cuya destrucción solicitó Carlos Germán hasta en tres ocasiones,  según la declaración de Cabanillas, es precisamente en la que se ha basado Germán para enmarcar el soplo en el proceso de negociación con ETA, ya que en ese momento Elosua le relató a su yerno que la persona que le dio el chivatazo le dijo: "No vas a decir que te he llamado para fastidiar todo el proceso. No vamos a hacer un zipizape".

El comisario jefe de la Unidad Central de inteligencia cuando se produjo el chivatazo también se ha referido a los días posteriores al chivatazo, cuando Germán le entregó la transcripción de la conversación del coche. El primer día del juicio, Germán dijo que cuando le dio los papeles a Cabanillas le dijo que consideraba que era su deber informar al juez de la Audiencia Nacional porque había habido una filtración y "tenía claro" que era policial, pero su superior le contestó que "no fuera a ningún lado, que ya irían ellos".

Agregó que el juez Fernando Grande-Marlaska le llamó unos días después para hacerse cargo de la investigación, después de haber recibido la información de manos de Cabanillas.

Este miércoles, Cabanillas ha sostenido una versión diferente ante el tribunal. "¿Es cierto que usted ordena a Carlos Germán no comunicarle al juez lo que había ocurrido el 4 de mayo?", le ha preguntado un abogado, a lo que ha contestado: "Al contrario, le estuve diciendo los días anteriores que fuera a denunciarlo, y el último día, en vista de que no había ido, fui yo".

"Fui porque él no había ido, que era quien, con arreglo a la ley, tenía la obligación jurídica de comunicárselo al juez", ha añadido Cabanillas.

Reunión con un confidente

El que entonces era jefe de la Brigada en Francia de la Comisaría General de Información, Alberto L., ha asegurado que "por supuesto" que ese día Pamies se iba a citar con el confidente y que el encuentro iba a tener lugar en la zona del sur de Francia.

Otros dos mandos, que han reconocido su amistad con Pamies, han corroborado que se reunía a menudo con el confidente. El entonces jefe de la Brigada de Información de Vitoria ha explicado que fue él quien le envió a Ballesteros porque Pamies le pidió un "hombre de confianza" para un "trabajo en la frontera".

Ha asegurado que esto ocurrió porque normalmente era él quien acompañaba al ex jefe superior cuando se reunía con el confidente, pero que ese día no pudo porque estaba en Granada.

La inspectora jefe de San Sebastián Teresa H., quien supuestamente alertó a Pamies de la conversación pinchada a Elosua en la que se descubrió el chivatazo, ha negado que supiera esa información y ha considerado normal que el 3 y 4 de mayo mantuviera quince llamadas y mensajes con Pamies y en los 88 días siguientes solo 33.

La testigo ha comparecido ante el tribunal con una peluca rubia y ha indicado que dio en ocasiones cobertura a Pamies en Francia para reunirse con el confidente examinando la zona donde se iban a producir los encuentros.