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Triunfa Pepa Salazar y asombra Eva Soto Conde

  • Salazar, premio a la mejor colección por segunda vez consecutiva
  • Los jóvenes de la pasarela EGO dejan el listón muy alto
  • Eva Soto Conde se desmarca con un brillante trabajo

Por
DESFILE DE MONTSE BASSONS
Una modelo luce las creaciones para la primavera-verano 2014, de la diseñadora Montse Bassons.

Pepa Salazar ha cerrado el día y la pasarela y, además, se lleva por segunda vez consecutiva el premio a la mejor colección de EGO.  Ahora podrá presentar su colección en Zurich, será en 2014. 

. “Estoy un poco nerviosa”, decía horas antes, “se me ha perdido una modelo”. Pablo Bartolomé, que desfiló para Carlos Díez,  la estaba ayudando y salío en busca de la chica. Pepa se relajó entonces.

“He querido desvincularme de la costura occidental que tiende al patrón estructurado y volver al principio”, cuenta, “quiero jugar con esas formas que se crean con los nudos”. 

Se refiere a esas culturas, orientales y africanas, en las que las mujeres y hombres cogen un trozo de tela y envuelven su cuerpo con él sujetándolo con nudos, moldeando figuras, formas, siluetas. 

Tejidos de nueva generación

Su gama de colores, como en esas culturas, es vibrante, impactante: rojo, blanco, negro y marino. Colores sencillos, pero no ocurre lo mismo con la bandera de tejidos. 

Salazar propone texturas tecnológicas de distinto acabado. Vemos rejilla acolchada, tejidos plásticos, puntos aneoprenados… “Estoy muy contenta con la colección y con estar aquí”, dice. 

Hace seis meses su colección de invierno 2013/14 se llevó el premio de EGO y gracias a él ha podido participar en la semana de la moda de México. 

México- Madrid, intercambio

Salazar desfiló en México y de allí vienen Lorena Saravia. Dice que en su tierra la MBFWM es un gran evento y pretende aprovechar la repercusión mediática. Viene avalada por el Who´s On Next de su país y lucha para que su moda sea comercial, que se venda. “Tengo una visión muy clara de negocio”. 

La colección es puro Saravia. Ella nunca tiene llama a las musas y trabaja solo en una dirección, “solo me interesa el mensaje que quiero dar”, dice. 

Su moda es para una mujer todoterreno y para un hombre muy especial, “es una línea que complementa a la de mujer”. Dice que sus piezas tienen la virtud de encajar en diferentes armarios, “distintos closets”. 

Siempre utiliza los mismos colores, negro y beige. “Este último lo uso un punto arriba o un punto abajo, y como es verano he metido matices de magenta y azul acero”.

También suele trabajar con la piel, ahora concretamente con el ante, y sus señas son los patrones asimétricos, el corte sencillo y los detalles. 

Eva Soto Conde, impresionante

No hay palabras que puedan definir el trabajo de Eva Soto Conde. La gallega vuelve a EGO y lo hace superándose. En 2012 dejó a todos con la boca abierta con una colección impactante, de estructuras mágicas que ella, con sus manitas, va construyendo día a día. 

Si entonces nos conquistó, con la propuesta y con su personalidad,  ahora nos tiene a sus pies. 

La diseñadora, aunque sería mejor decir la artista, comienza partiendo de un exhausto estudio del patronaje. Después corta metros y metros de tela en tiras, las entretela y las pega para conseguir unas cintas. Con las cintas hace lazos, trabajando de forma matemática, plegando y entramando para, poco a poco, ir formando la estructura deseada: un vestido, una falda, un cinturón. Es alta costura.

Dedicación, pasión

Destaca un vestido que lleva 30 metros de tela con los que ha hecho cerca de 8.000 nudos durante dos meses. Repito, es alta costura. Una experiencia personal que aúna arte y moda. 

La colección va en rosas, desde el tono más claro hasta el más oscuro. Con esta paleta de color contrapone conceptos como el ser humano y la arquitectura. Por eso pinta a mano edificios y después borda a mano algunos de sus perfiles. 

El trabajo de Soto Conde puede verse desde el 19 de octubre en una exposición conjunta de diseñadores noveles en el Museo de Artes Decorativas de Madrid. 

Diego Estrada, del atelier a la pasarela 

Difícil lo tenía Diego Estrada después. Este extremeño tiene atelier en una estupenda zona de Madrid y llega a EGO arropado por la prensa y con Tamara Falcó en la primera fila, aunque la simpar señorita iba vestida de Gucci. 

Estrada trabaja a medida desde hace un año y sobre la pasarela se ha visto un trabajo cuidado, certero en el color y con patrones sencillos que visten sin complicaciones. Su tijera es recta, decidida, y trabaja con dos tipos de tejido. 

El diseñador propone enfrentar texturas rígidas (en georgette, crêpe) con otras más ligeras, como los gazares que se reducen hasta parecer papel. 

El vestido como complemento  

Su base cromática es verde y azul, y sobre ella salpica gotas de amarillo, naranja, blanco y coral. Inspirado por las culturas de La India y Tailandia borda con hijo a mano detalles en algunas prendas, que presentan así una factura de costura.  

Le gusta jugar a mezclar y propone vestidos con pantalón y camisa. También diseña pantalones con una sobrefalda que sale del mismo patrón. Para las prendas coral aplica pequeños cristales y con lentejuelas hace rayas de colores para vestidos de noche. 

Tiene 23 años, busca proyección y visibilidad. Y este es el sitio.

De la Roche, otro debut

Su paisana Andrea de la Roche ha hecho un buen trabajo con una colección para hombre y mujer inspirada en los ballets rusos.  Todas las prendas van muy trabajadas, y están llevadas al terreno de la sastrería.

Los colores aportan un plus a las texturas. Rojo borgoña, nude, lavanda y navy colorean una propuesta marcada por la plasticidad. 

La parte masculina es quizá más tosca, más dura, debido a la selección de tejidos. La femenina es naif, melancólica y, a veces infantil. El desfile se articula siguiendo estilos; primero el pijamero, luego el deportivo- marcado por las sudaderas- , y se termina por las piezas que beben de la sastrería tradicional.

Este ha sido su primer desfile y lo vive “con ilusión, con presión”. La producción es difícil y por eso muchas de sus prendas son atemporales. Por ejemplo, una camisa que parece de verano que lleva una aplicación de piel.

Destaca la labor de bordado y pintado a mano,  y también las aplicaciones patchwork de estilo arty que llevan algunas prendas.

Lady Cacahuete viste a Rizzo

Lady Cacahuete se estrena en EGO pero esta es su cuarta colección, inspirada en los cócteles, en las chicas Grease y también en los 50. Tonos refrescantes, estampados  vichy y detalles retro visten a una mujer muy femenina, que lleva faldas tubo de talle alto que marcan, de forma sensual, sus curvas.

“Así es el estilo de mi firma”, dice Eva Arinero, la diseñadora. Tiene tienda en el madrileño barrio de Malasaña y este ha sido su primer desfile. “Me ha servido para celebrar, además, que mi tienda cumple un año”.

Un éxito en estos tiempos. Arinero utiliza tejidos naturales como algodón y seda que mezcla con otros de aire vintage como el charol. Los estampados están en consonancia con el look buscado.

Lunares y cuadritos vichy, femeninos y coquetos, salpican todo tipo de prendas. Siempre potenciando la sensualidad y musicalidad de la ropa. Los vestidos, incluidos los de noche, van en corto. “No me gustan los vestidos largos”, dice. Normal, son incomodísimos para bailar.

Víctor Von Schwarz, la perversión

Conocimos a Victor Von Schwarz en septiembre de 2012. Era muy tímido, los nervios  le impedían hablar y tuvimos que tirarle de la lengua para que nos hablara de su trabajo, una colección en blanco hielo titulada La Reina de las Nieves.

Hoy, un año después, se expresa con soltura, con firmeza. Sabe lo que quiere y lo que vende. Pensando en sus clientes asiáticos (vende en Taiwan) ha hecho más ropa de día que de calle. Ha madurado y su trabajo también. Del blanco de la nieve pasa al negro, de la pureza a la perversión.

El diseñador se inspira en el deseo sexual de los ejecutivos japoneses  por mujeres jóvenes y lo materializa en prendas muy estructuradas en tonos de la noche, algunas con estampado de flores rojas – con intencionalidad- que mezcla con otras de corte y estilo infantil.

Del negro se pasa así al amarillo y rosa, tonos inocentes, infantiles, tanto como los corazoncitos que estampa en algunas prendas.  En EGO solo se puede participar hasta un máximo de tres ediciones pero esta joven, para alargar su estancia,  se ha propuesto venir una vez al año.

Heridadegato, un nuevo reto

Hemos aprendido de nuestros aciertos y sobre todo de nuestros errores”, confiesa Jacobo, creativo de Heridadegato. En febrero presentaron una colección realizada con ropa de mercadillo, prendas de segunda mano. Una decisión que ha pesado demasiado.

Para desprenderse de ciertos adjetivos y del temido encasillamiento han optado por cambiar de registro y han trabajado la colección a todos los niveles. “Era un reto”, añade, “queremos profesionalizar la firma y volver a vender”.

La ropa del desfile anterior, prendas únicas dado el origen de los materiales, ha sido un éxito. “Hemos vendido el 85% de la colección; no queríamos desprendernos de algunas prendas pero las hemos tenido que vender”.

Con lo recaudado y con la ayuda de un patrocinador han podido hacer su nueva colección que, incluso, tiene joyas que han hecho con Sargadelos; pendientes y colgantes con pequeñas esculturas que son dedos de pie.  

Subliminar lo hortera

Para el verano de 2014 han revisitado la estética musical de los 90,  recreando colores y texturas de los videos de la MTV. Britney, Atomic Kitten, Janet Jackson o Destiny´s Child son algunos de sus referentes, “nos gusta lo cutre de esa época, el barroco hortera”, cuenta Jacobo.” En esos años forrabas la carpeta con esos artistas y ahora te vistes con ese look”

Así vemos prendas tornasoladas, algunas en PVC, plástico. Trabajan una propuesta un tanto andrógina que mezcla varios estilos que van desde la estética deportiva y la espacial.

EGO ya ha celebrado 16 ediciones y por ellas han pasado diseñadores como María Escoté, Sara Coleman, Etxeberría, Maya Hansen, Martin Lamothe y Moisés Nieto, ahora en la pasarela principal. Distintas referencias para los que vienen detrás.

POL, recreando Sin City

POL es la firma de Paula de Andrés, que trabajó con Moisés Nieto. Repite en EGO porqu e “estar aquí aporta difusión”, dice, “además las ventas van bien, está siendo guay”.

Para su colección cuenta con una breve bandera de tejidos, aparentemente básicos pero con mucha calidad, y esto “me permite pedir más metros”.

De Andrés sigue fiel a su patrón recto pero intenta modificarlo añadiendo circunferencias en los bajos de las faldas o a modo de capa, lo que aporta movimiento.

Inspirada en la estética oscura y gótica de Sin City de Frank Miller tiñe su colección, como en el comic, en blanco y negro, y aporta toques de granate.”No puedo con el rojo”, dice.

Los monos, todos cortos, son su pieza favorita porque “puedes llevarlos de noche con zapatos y de día con deportivas”. Deportiva es también gran parte de la propuesta, en la que vemos detalles de la ropa para hacer ejercicio. El calzado, claro, son zapatillas y sandalias.

Manémané, buen comienzo

También es la segunda vez para Alejandro Becer, creativo de Manémané. Llega contento, la repercusión de la anterior ha sido muy buena. “Superpositiva”,dice, “es el principio de lo que queremos conseguir”.

Las ventas, tímidas, acompañan y la próxima semana ya se podrán comprar algunas prendas de este desfile, “hay que aprovechar el tirón”. Esta colección es fiel reflejo del espíritu de la firma pero en esta ocasión ha combinado extremos, jugando con los puntos de fricción.

Becer traslada códigos andróginos a una colección de sexualidad contenida en “un discurso encontrado”: tejidos rígidos y suaves, masculino y femenino, marino/rosa.

Las geometrías están presentes en cortes y aplicaciones. La martingala, banda decorativa que se coloca en la espalda- a la altura de la cintura- de abrigos, uniformes y los babies de los colegiales.  Prenda que inspira conjuntos de mil rayas, sencillos, fáciles de llevar. 

Vemos detalles militares, en las prendas y en el calzado, reinterpretando los uniformes, tanto los marciales como los escolares. Otra de las dualidades de esta coherente y contenida colección.