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Científicos geoposicionan la felicidad a través de una aplicación móvil

  • El experimento buscaba introducir los móviles en la investigación
  • Midieron la felicidad relacionada con la ubicación con 270 personas
  • Las aplicaciones permiten recabar datos en tiempo real y con coste bajo

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Una pareja joven y feliz con sus smartphones.
Una pareja joven y feliz con sus smartphones.

Todo empezó a raíz de una conversación entre científicos de Princeton en 2008 sobre cómo entender mejor la movilidad humana con la ayuda de la tecnología. Llegaron a la conclusión de que a través de los móviles podría ser posible saber dónde pasa el tiempo la gente y al cabo de un tiempo emprendieron un proyecto de crear una aplicación muy sencilla, entre investigadores y desarrolladores, centrada en la movilidad humana.

El primer experimento en el que pusieron a prueba este innovador, efectivo y 'barato' método de investigación, en 2010, fue con una aplicación para medir la felicidad en un período muy concreto -tres semanas- y teniendo en cuenta la ubicación de los sujetos que usaran la aplicación.

Las conclusiones de este proyecto y de la metodología de usar una aplicación de móvil para llevar a cabo estudios demográficos se ha publicado recientemente en la revista Demography con el título de Nuevas aproximaciones a la movilidad humana: Usar teléfonos móviles en investigación demográfica.

El estudio se ha llevado a cabo entre científicos de Princeton y otros expertos, con la colaboración del especialista en movilidad del Centro de Estudios Avanzados de Blanes adscrito al CSIC, Frederic Bartomeus.

Un experimento muy sencillo

El líder del proyecto, de la Oficina de Investigación de Población de Princeton, John Palmer, ha explicado a RTVE.es que crearon una aplicación que se pudo descargar durante 21 días a principios de 2010 en el mercado de aplicaciones de Android (ahora Google Play).

Según ha apuntado el investigador entonces era muy fácil viralizar una app sin hacer publicidad, por lo que 869 personas se la descargaron, de las cuales, 270 procedentes de 13 países diferentes se registraron y aceptaron participar en el experimento. La aplicación empezaba a funcionar en los teléfonos en intervalos de entre 2 minutos y una hora enviando señales de GPS al servidor de Princeton -gastando poca batería, ha asegurado Palmer-.

El servidor, a su vez, enviaba una pregunta muy sencilla al usuario en momentos y lugares predeterminados: "¿Cuánto eres de feliz?", y tenían que valorar de 0 a 5. Aunque el objetivo final no era conocer los niveles de felicidad de los participantes en el experimento -no se trataba de una muestra representativa, sino de usuarios aleatorios que se descargaron la app-, aunque los científicos consiguieron probar las posibilidades usar los teléfonos móviles en la investigación demográfica.

Sin embargo, uno de los datos curiosos aunque no representativos que ha revelado Palmer es que detectaron que los hombres, cuando más felices se mostraban, era cuando llegaban a casa, mientras que entre las mujeres participantes no registraron lugares destacables. "La felicidad depende de dónde estás y de lo alejado que estés de casa", ha sentenciado el científico.

Un experimento parecido es el que está llevando a cabo la London School of Economics, llamado Mappiness y que consiste en ir registrando en una aplicación para iOS el estado de ánimo en los momentos y lugares en los que avisa la propia app.

Más investigaciones sobre movilidad

Tras esta primera investigación, Palmer y Bartomeus, entre otros, están llevando a cabo desde Blanes otros dos estudios. Por un lado Space Mapper, una aplicación que busca detectar las desigualdades sociales en las ciudades a través de los movimientos de sus habitantes.

Por otro lado, este verano pusieron en marcha un programa piloto de ciencia ciudadana para localizar el mosquito tigre en Girona. Con la aplicación Tigatrapp las familias podían fotografiar y localizar a los mosquitos tigre para ayudar a hacer un seguimiento eficaz del proceso de dispersión del mosquito, y también dar datos de movilidad en coche para relacionarlos con su proceso de dispersión.