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Japón quiere recortar el gasto público en 132.000 millones de euros en dos años

  • El Gobierno aprueba una reforma fiscal que debe aún ratificar el Parlamento
  • Tokio podría aprobar un alza gradual del IVA para ganarse confianza del G-20
  • El primer ministro se compromete a limitar el gasto de la Seguridad Social

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El ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso
El ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso.

El Gobierno japonés ha aprobado este jueves una reforma fiscal con la que pretende reducir el presupuesto del país en 17 billones de yenes (132.307 millones de euros) durante los próximos dos años. El nuevo plan fiscal prevé recortar los gastos destinados a proyectos públicos en un 10% durante 2014 y crear un fondo de reserva para impulsar el crecimiento. El Ejecutivo se compromete también a no emitir más deuda hasta 2015 y a limitar el gasto de la Seguridad Social.

El objetivo prioritario del Ejecutivo liderado por Abe es ajustar las cuentas públicas en un  país lastrado por la deflación desde hace más de 15 años y con una deuda pública superior al doble de su PIB.

La decisión de este jueves supone un giro en la actuación de Tokio, que se había centrado hasta ahora en agresivas políticas de estímulo -conocidas con el nombre de Abenomics, en relación al nombre del primer ministro Shinzo Abe- que, conjugadas con las ambiciosas medidas aprobadas  por el Banco de Japón, parecen haber colocado a la economía nipona en la senda de  la recuperación y que persiguen lograr una inflación sostenida del 2% en un período de dos años.

Hacerla "creíble" para el G-20

El documento aprobado este jueves por el gabinete -que debe ser ratificado aún por la Dieta (Parlamento)- no detalla cómo se concretarán esos recortes ni tampoco si, finalmente, el Ejecutivo seguirá adelante con el plan de subir los impuestos sobre el consumo. Japón estudia aumentar, por primera vez en 15 años, el IVA desde el 5% actual hasta el 8% en 2014,  y el 10% en 2015, con el fin de cubrir los costes cada vez más elevados de la Seguridad Social del país, uno de los más envejecidos del mundo.

A pesar de que todo apuntaba a que en abril de 2014 se empezaría a aplicar la polémica medida para subir los impuestos sobre el consumo (el principal pilar de la economía nacional, ya que supone aproximadamente el 60% del PIB), el Gobierno ha recalcado que tomará una decisión definitiva después de analizar cautelosamente su impacto en la economía.

En el caso de que Japón finalmente no apruebe esa subida de impuestos, aconsejada por instituciones como el FMI, la reforma aprobada para revitalizar la debilitada salud fiscal nipona, corre el riesgo de no resultar "creíble" para el resto de países del G-20, cuya próxima reunión de líderes está prevista para el 5 y 6 de septiembre.