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Israel, más preocupado por la seguridad que por relanzar la negociación con los palestinos

  • Israel está más preocupado por defenderse de amenazas exteriores
  • Construye 1.450 km de muros para separarse de sus vecinos
  • Irán es la prioridad en la agenda internacional de Netanyahu

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Bitahon, "seguridad". Esta es la palabra más repetida por los políticos israelies, sobre todo cuando viajan al exterior o reciben en casa a insignes invitados, como ocurre este martes con el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry. Kerry se entrevistará con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y con el presidente palestino, Mahmud Abás, para intentar reactivar el proceso de paz en Oriente Medio.

En su anterior visita, en abril, Kerry afirmó que la paz entre israelíes y palestinos es posible, pero no obtuvo ningún compromiso concreto para que se sentaran a una mesa. No hay ningún signo de que las cosas vayan a ser distintas en esta ocasión, pese a las palabras del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el primer encuentro con Kerry. 

"Sobre todo, lo que queremos es reiniciar las conversaciones de paz con los palestinos (..) Es algo que yo quiero, es algo que usted quiere y es algo que espero que los palestinos quieran también", ha declarado Netanyahu. 

Pero el asunto de la agenda que más le interesa es el programa nuclear de Irán, un día después de que el Senado de EEUU aprobase por unanimidad una resolución para aumentar las sanciones por su programa nuclear. De nuevo, la seguridad. En la resolución, el Senado expresó también su apoyo a Israel en caso de sufrir un ataque iraní.

"Quiero felicitar al Comité de Exteriores del Senado por elevar las sanciones contra Irán", ha dicho el primer ministro israelí.

Israel se rodea de muros

La mayoría de países árabes y musulmanes (y Hamás) sigue sin  reconocer al estado hebreo. Los dirigentes iraníes incluso abogan por su desaparición. La persistencia de esta amenaza existencial  es la razón, insisten en Tel Aviv, para que Israel aumente continuamente su capacidad militar (incluyendo la bomba atómica), lleve a cabo ejecuciones sumarias y "ataques preventivos".

La autoprotección es también la justificación para construir más y más kilómetros de muros para separarse de su entorno. Los tramos ya levantados o en proyecto suman 1450 kilómetros de paredes de hormigón: casi la distancia entre Madrid y Bruselas.

La valla más larga es la que discurre por Cisjordania (748km), arrebatando suelo palestino y separando a las comunidades, según ha advertido la ONU. A los tramos ya existentes en la frontera con Líbano (80km), Egipto (230km) y Gaza (50km) se sumarán en breve una barrera de separación con Siria (56km) y otra con Jordania (335km).

Desde finales de 2011 no ha habido bajas dentro de Israel salvo las producidas por los cohetes lanzados desde Gaza. Para neutralizar ese peligro, Israel se ha dotado de otro muro, en este caso tecnológico: la Cúpula de Hierro, el sistema de interceptación de cohetes que se demostró tan eficaz en la Operación Pilar Defensivo, el pasado noviembre.

"El palestino no es un problema de seguridad ahora mismo", explica Félix Arteaga, analista del Real Insituto Elcano. "Cisjordania está contenida dentro de los muros, la población está muy desanimada y si se produjera una radicalización perderían la ayuda internacional de la que viven". "Estos últimos años Israel ha vivido en el mejor de los mundos", subraya.

"La valla o muro no es la panacea. Pero es una medida de protección. No les queda más remedio", explica por su parte el teniente coronel Mario Laborie, analista del Insituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), dependiente del Ministerio de Defensa.

Sarit Michaeli, portavoz de la ONG israelí pro-derechos humanos B'Tselem, apunta a otros factores, además del muro, que podrían explicar el descenso de ataques de Cisjordania. Uno de ellos, la cooperación palestina.

"El muro podría y debería haberse construido sobre la Línea Verde (la línea de armisticio entre 1948 y 1967, y que delimita los territorios ocupados) o en territorio israelí. Con ello se habría evitado una violación masiva de los derechos humanos de los palestinos, el muro habría sido más corto y se hubieran ahorrado millones de sheckels", explica la activista en conversación telefónica con RTVE.es desde Jerusalén.

Aislamiento frente a negociación

Thomas L. Friedman, columnista del New York Times, advertía pocos días después de la primera visita de Barack Obama a Israel de los peligros del aislamiento. "Hay una fina línea entre mantener el peligro a raya y encerrarse en una fantasia,  entre mantener viva a tu gente y mantener vivos sueños locos. Israel  está cerca de cruzar esa línea". El "sueño loco" de Israel, según  Friedman, es creer que puede mantener eternamente la ocupación de  Cisjordania, donde viven 2.5 millones de palestinos.

"Mientras siga la división interna palestina, y protegido por los muros, Israel puede continuar mucho tiempo, pero al final el crecimiento demográfico juega en su contra", explica Félix Arteaga. Además, el estado hebreo "corre el riesgo de quedarse solo" en la arena internacional.

El teniente coronel Mario Laborie no cree que Tel Aviv  haya perdido el incentivo para negociar con los palestinos: "Desde el  punto de vista diplomático, Israel sigue buscando una solución, aunque es muy difícil".

Los palestinos han advetido que la congelación de las colonias ilegales   de Cisjordania y la liberación de prisioneros no son condiciones sino  obligaciones que Israel debía cumplir. "Nadie se beneficiaría más del  éxito de Kerry que los palestinos, y nadie pierde más con su fracaso",  dijo el negociador principal, Saeb Erekat.

La última iniciativa ha llegado de la Liga Árabe, que se ha manifestado a favor de que un eventual acuerdo incluya un intercambio de territorios a uno y otro lado de la Línea Verde. Hamás ya ha rechazado de plano esa posibilidad.

La principal preocupación: Irán

El teniente coronel Laborie recuerda que "la seguridad total no existe". El analista reconoce que ningún ejército regular de la zona puede hacer sombra a las Fuerzas de Defensa de Israel (conocidas como Tsahal, por sus siglas en hebreo). Pero recuerda que existen grupos armados muy organizados, como Hizbulá o Hamás, y otros descontrolados.

"En la frontera con Líbano, desde 2006 Hizbulá se ha reforzado por la ayuda recibida a través de Siria", afirma Laborie. "Se calcula que en 2006 tenía 4.000 cohetes y que ahora tiene unos 70.000".

Precisamente para evitar que la milicia chií aumente su arsenal, Israel ha bombardeado recientemente instalaciones cerca de Damasco. "La política de israel es mantenerse fuera del conflicto sirio. Lo único que le preocupa es el traspaso de armas a Hizbulá", dice Laborie, que cita los misiles SA17 de fabricación rusa y los Fateh 110 iraníes, estos últimos con un alcance de 250km.

Pero para el gobierno de Netanyahu la amenaza principal no puede aislarse con una pared. Se trata de Irán.

Precisamente este miércoles, un día antes de la llegada de Kerry, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aseguraba tener informes "creíbles" que apuntan a que la República Islámica intenta obtener armamento nuclear.

"Los israelíes en parte creen que no es un actor racional, y luego temen que un paraguas nuclear iraní pueda cubrir a otros 'ejes de resistencia', como Hizbulá", explica el teniente coronel Laborie.

Arteaga, en cambio, cree que los israelíes "instrumentalizan un poco" la supuesta amenaza del programa nuclear de la República Islámica.

"Israel tiene capacidad nuclear suficiente para anular a Irán. El objetivo real de Irán es prevalecer frente a Arabia Saudí y a sus enemigos occidentales, como Estados Unidos (...) Israel podría vivir con un Irán nuclear, pero igual Arabia Saudí no", asegura.

En ese enfrentamiento contra Irán, Israel coincide por tanto con las monarquías del Golfo, lo que podría abrir una ventana a Kerry para acercar posturas entre las dos partes.