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La Audiencia Nacional rechaza extraditar a Suiza al informático que reveló miles de evasores fiscales

  • Señala que en España no existe el delito de revelación de secretos bancarios
  • Hervé Falciani accedió a los datos cuando trabajaba en el banco HSBC
  • El informático tiene libertad de movimientos y puede abandonar España

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La Audiencia Nacional rechaza extraditar a Suiza a Falciani, el informático que reveló miles de evasores fiscales

La Audiencia Nacional ha rechazado extraditar a Suiza al informático italofrancés Hervé Falciani, que reveló una lista de cientos de miles de presuntos evasores fiscales, argumentando que en España no existe el  delito de revelación de secretos bancarios por el que le reclama la justicia suiza.

Los delitos  que imputa Suiza a Falciani -espionaje financiero, vulneración del  secreto bancario, vulneración del secreto comercial y  apropiación de  datos relativos a clientes- no están penados en España. Es decir, que no  se cumple el principio de doble incriminación, requisito esencial para  acceder a una extradición.

La sección segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional considera  además que la información que facilitó se refiere a actividades  sospechosas de ilegalidad y de infracción penal "gravemente irregulares"  que "de ninguna manera son susceptible de legítima  protección". 

La resolución también supone que a Falciani se le han levantado las  medidas cautelares, por lo que tiene total libertad de movimientos y  puede abandonar España. Desde el pasado 18 de diciembre, día en el que el informático había abandonado la cárcel, éste ha contado con  protección policial. El informático había estado recluido en la prisión madrileña de Valdemoro desde que fue detenido en España el pasado 1 de julio.

Se regularizaron en  España 300 millones

De hecho, gracias a la información de Falciani, que llegó a la  Agencia Tributaria en mayo de 2010 y que sacó a la luz la identidad de  659 defraudadores fiscales españoles, se consiguieron regularizar en  España 300 millones de euros.

Falciani accedió a los datos de 130.000 cuentas de presuntos evasores fiscales -entre ellos, los que desvelaban que el extesorero del PP Luis Bárcenas guardaba 22 millones en Suiza- cuando trabajaba en la filial de ese banco en Ginebra, el HSBC Private Bank, una información que permitió abrir procedimientos administrativos y  penales en Francia, Italia y España por delitos contra la hacienda  pública, blanqueo de capitales y corrupción.

Sin embargo, Falciani está reclamado por Suiza por los delitos contra el  servicio de inteligencia económica, sustracción de información,  violación del secreto comercial y violación del secreto bancario, todos ellos recogidos en el Código Penal del país helvético.

Suiza estaba protegiendo un interés  jurídico propio

En relación al secreto bancario, los magistrados de la Sección  Segunda -Angel Hurtado, Julio de Diego y José Ricardo de Prada- señalan: "En nuestro derecho no existe una protección penal específica del secreto bancario como tal". 

En cuanto al delito de espionaje  financiero, la sala entiende que Suiza estaba protegiendo un interés  jurídico propio frente a los de otros estados, "dotando al precepto de  un innegable  carácter político que no puede servir de base a una  petición de extradición".

El tribunal señala que los dos únicos delitos que podrían justificar  la doble incriminación serían los de revelación de secretos  en relación  a la protección de la intimidad  de los clientes y al propio secreto  comercial del banco. Pero, para los magistrados, la intimidad de los  clientes o el secreto comercial del banco no pueden amparar actividades  sospechosas de ilegalidad.

La resolución hace referencia a la reciente sanción que el Senado de Estados Unidos impuso al HSBC y una sentencia del Tribunal Supremo que confirma otra sanción a su filial española. Utiliza estas sanciones como argumento para reflejar que en el momento en que ocurrieron los hechos hay fundadas sospechas de que "existían políticas de empresa en la entidad de actuaciones gravemente irregulares".

La sala no cuestiona el sistema bancario suizo sino la actuación  del HSBC, que "realizó un número significativo de operaciones  irregulares que contravenían las normas internacionales".