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Capriles propone un cambio tranquilo en Venezuela y Maduro perpetuar el chavismo

  • El opositor promete crear tres millones de empleos hasta 2019
  • El chavista aboga por aumentar la producción petrolera y minera

Por
Capriles y Maduro
Henrique Capriles, líder opositor, y Nicolás Maduro, presidente interino de Venezuela.

El presidente encargado venezolano, Nicolás Maduro, se presenta como hijo de Chávez a las elecciones del 14 de abril. Una cita a la que concurre sin cambiar ni una coma del programa con el que ganó el comandante presidente los últimos comicios y cuyos objetivos son "consolidar la independencia nacional y construir el socialismo bolivariano del siglo XXI".

El candidato opositor en Venezuela, Henrique Capriles, renueva sus propuestas con un ambicioso programa electoral para recuperar el tejido productivo de Venezuela y se compromete a crear tres millones de puestos de trabajo durante un sexenio. Se fija también como retos macroeconómicos mantener un ritmo anual de crecimiento del PIB de entre el 6% y el 7% y lograr reducir la inflación a cifras de un dígito en 2019.

Ambos programas son muy repetitivos. El bolivariano de manera literal repite cuatro párrafos al marcarse como reto que la mitad de la producción agrícola sea sostenible, mantiene la imagen de Chávez en portada e insiste obsesivamente en el control social, mientras que Capriles pone el acento en el empleo.

Capriles garantiza las pensiones y unos servicios públicos de calidad

El oficialismo ha difundido un texto sobre "el paquetazo de Capriles" pero se trata de un documento redactado en 2012 que pertenece a la anterior campaña electoral. Ahora el candidato de la oposición se compromete a mantener las misiones de Chávez, el empleo público y la propiedad pública de la petrolera estatal PDVSA. Además garantiza las pensiones para la tercera edad y unos servicios públicos de calidad sin que las tarifas aumenten.

No son las únicas coincidencias. Capriles lleva en su programa que el Estado se comprometerá a comprar  parte de las cosechas "en productos clave: arroz, pescado, frutas, carne,  maíz blanco, leche y azúcar" para que los campesinos tengan "una fuente  segura de ingreso". Maduro apuesta por "mantener e incrementar los sistemas de compras públicas" a pequeñas y medianas empresas y "desarrollar un sistema de estímulos para el fomento de las pymes privadas".

Cien días de gobierno

En los cien primeros días de gobierno, Capriles promete crear 100.000 nuevos empleosaumentar el salario mínimo y actualizarlo según la inflación, y poner en marcha un fondo para el empleo de jóvenes y adultos mayores. También empezar 22.000 obras comunitarias y acondicionar 82 hospitales en todo el país. En el programa oficialista no aparece ninguna mención a este periodo, solo se apunta que la producción de viviendas, ventanas y puertas "estárá disponible a partir del II trimestre de 2013".

La oposición asume el legado chavista y plantea iniciar el plan hambre cero, así como entregar tickets para alimentos y fármacos para personas mayores. Capriles también se compromete a resolver la situación de más de 25.000 familias que se encuentran en refugios en 100 días y promete regular la propiedad de las viviendas otorgadas y por entregar.

Objetivo común: Triplicar la cifra de turistas

La Mesa de la Unidad Democrática aboga por impulsar el desarrollo regional y la productividad aprovechando los recursos de cada región bajo el epígrafe "fuerzas regionales de progreso" y cifra en 675.600 los empleos que se generarán en seis años con estas medidas  que tienen como fin aumentar la producción, satisfacer el consumo  interno y que en 2019 el 70% de la cesta de alimentación sea hecha en  Venezuela.

Maduro defiende la soberanía alimentaria con un incremento de la producción nacional de alimentos (agricultura, ganadería, pesca) en un 45%, pasando de 29,4 millones de toneladas a 42,7 millones de toneladas al año.

Ambos candidatos se marcan como meta triplicar el número de turistas internacionales hasta llegar a los dos millones de visitantes al año. Maduro quiere fortalecer el turismo interno -pasar de 17 a 22 millones de viajeros por motivos turísticos-. Capriles pretende mejorar el atractivo turístico de Falcón, Mérida, Sucre-Anzoátegui y Nueva Esparta, crear 25.400 empleos al año y duplicar la oferta hotelera para 2019.

Petróleo e industria

El petróleo es la base de la economía venezolana. Con ambas opciones, PDVSA seguirá siendo una empresa pública y mejorará la producción. Hasta 5,5  millones de barriles de petróleo por día en 2018 con la creación de  2.000 empleos al año en la Faja del Orinoco, Falcón y  Zulia, según la oposición, y hasta 4 millones de barriles en 2014 y 6 millones en 2019, de acuerdo con el chavismo.

La principal diferencia es que el oficialismo considera prioritario mantener la diplomacia petrolera con China, Rusia e Irán y otros países iberoamericanos. Sin embargo, Capriles cree que los beneficios del crudo deben revertir en los venezolanos, sin hacer regalos a otras naciones.

Maduro se fija como meta duplicar las reservas minerales de bauxita, hierro, coltán, oro y diamantes y mantener una propiedad mayor del 55% de las empresas mixtas. En el ámbito industrial, el líder opositor aboga por recuperar las industrias básicas de Guyana que producen acero, aluminio y hierro, con cerca de 1.000 empleos de calidad anuales.

Educación y salud

El compromiso educativo más importante de Capriles es construir 1.000 liceos en todo el país, además de 400 centros preescolares y 800 multihogares. El oficialismo quiere que la matrícula en maternal pase del 13% al 40%, lograr la universalización en preescolar, primaria y educación media general, incrementar un 40% la educación técnica y en un 90% el acceso de bachilleres a la educación universitaria.

El programa chavista incluye fórmulas de difícil interpretación como incrementar en un 70% la financiación a "la investigación e innovación orientadas a proyectos que apuntalen la felicidad del pueblo". Fija como quinto objetivo nacional "contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana".

El heredero de Chávez pretende reducir la mortalidad maternoinfantil, también quiere impulsar en un 70% la lactancia materna exclusiva y llegar a 25.000 organizaciones populares de salud entre comités de salud y consejos comunales. Capriles propone "dotar y acondicionar 82 hospitales en las áreas: quirúrgica, sala de partos, emergencia y cuidados intensivos" y ejecutar obras de mantenimiento en los centros de diagnóstico y atención primaria.

Seguridad

Uno de los problemas que lastra el desarrollo económico y la vida cotidiana de los venezolanos es la inseguridad ciudadana. Capriles quiere atajarla con la depuración de los cuerpos policiales, la destrucción de armas ilegales y la formación de 20.000 nuevos policías.

El chavismo quiere acometer una política integral de seguridad pública en los 79 municipios con mayor incidencia delictiva con la instalación de casas de la justicia penal, lograr el control de armas y desplegar la Policía Nacional Bolivariana en todo el territorio venezolano.

En ambos programas aparece la necesidad de una transformación del sistema penitenciario para evitar el hacinamiento y mejorar la reinserción social de los presos.

La retórica del socialismo revolucionario contrasta con la redacción más cercana del programa de gobierno de la oposición. En la propuesta chavista se citan diversas autoridades desde el Eclesiastés, a Simón Bolívar, Albert Einstein o Antonio Machado. Capriles solo cuenta con su palabra.