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El Congreso del Partido Comunista Chino cruza el ecuador de sus debates

  • Los principales dirigentes del futuro chino ya están designados
  • Se elegiran los órganos piramidales del poder en China
  • Xi Jinping será el secretario general del partido

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Continúa el Congreso del Partido Comunista Chino que anunciará el nuevo presidente y primer ministro

En una nueva señal del papel que espera a Xi, el vicepresidente ha sido nombrado ya secretario general del XVIII Congreso.

El XVIII Congreso del Partido Comunista de China (PCCh) ha entrado este domingo en el ecuador de sus debates, que se centrarán ahora en la designación de los líderes que dirigirán la formación durante el próximo decenio.

La lista de los candidatos al Comité Central, el más amplio de los tres principales órganos de dirección del Partido, está ya en manos de los 2.268 delegados para su examen, después de que el Presidium del Congreso diera su aprobación a los nombres este sábado,  según divulgó la agencia oficial Xinhua.

"Las delegaciones al XVIII Congreso han comenzado a deliberar sobre la lista de candidatos propuesta para los puestos de miembros y sustitutos del 18 Comité Central, y miembros de la Comisión Central para la Supervisión de la Disciplina", informó Xinhua.

A lo largo de los próximos días, los delegados tratarán este listado y emitirán sus votos.  El miércoles, el día de clausura del Congreso, se dará a conocer quiénes han quedado incluidos en este órgano directivo, de cerca de 350 miembros.

A su vez, los integrantes del Comité Central elegirán a los miembros del Politburó, de una treintena de asientos.

El jueves, un día después de la clausura del Congreso, se darán a conocer los integrantes, nombrados por el Comité Central, del selecto puñado que compone el Comité Permanente, el máximo órgano de dirección colegiada del Partido que rige los destinos de la segunda economía del mundo.

Los puestos principales ya están elegidos

El proceso de selección y votación, no obstante, es poco más que una formalidad, por cuanto hay pocos candidatos más que número de puestos, con lo que los delegados tienen poco que debatir.

Los nombres principales están ya decididos de antemano. A menos que haya una mayúscula sorpresa,  al frente del Partido, como secretario general, se encontrará Xi Jinping, el actual vicepresidente del país.  Como "número dos" le acompañará el viceprimer ministro Li Keqiang.

Ambos nombres están pactados desde hace años en las altas esferas del partido, en un prolongado proceso negociador que este año se vio sobresaltado por el escándalo en torno a Bo Xilai, el secretario general del Partido en la ciudad de Chongqing caído en desgracia tras saberse que su esposa había dado muerte a un empresario británico y él mismo quedara como sospechoso de corrupción.

El Comité Central del Partido Comunista chino (PCCh) ha aprobado "formalmente" la expulsión del ex dirigente Bo Xilai del Partido Comunista (PCCh), una semana después de que la Fiscalía iniciara una investigación penal en su contra.

El año próximo, cuando se complete el proceso de transición con la celebración de la Asamblea Nacional en marzo, Xi quedará nombrado presidente del país, en sustitución de Hu Jintao, mientras que Li reemplazará a Wen Jiabao como primer ministro.

China investiga la "fortuna oculta" de Wen Jiabao a petición del propio líder chino

La negociación para escoger a los líderes y a quienes les acompañarán en el Comité Permanente -formado hasta ahora por nueve miembros, aunque al parecer en esta ocasión quedará reducido a siete- ha sido objeto de intensos regateos por parte de las facciones del Partido,  que se han alargado hasta el último momento.

Así, Xi Jinping está considerado un hombre de Jiang Zemin,  el expresidente del país que aún mantiene una considerable influencia entre bambalinas, mientras que Li Keqiang, al que se percibe como un mayor simpatizante de las reformas,  pertenece a la esfera del actual jefe de Estado, Hu Jintao.

En China ha comenzado el decimoactavo congreso del partido Comunista y en él se renovará la cúpula de entre siete y nueve personas que dirige el país, algo que se produce cada diez años. El acto supone la salida del poder del actual presidente, Hu Jintao y arranca marcado por los casos de corrupción que han salpicado recientemente al país. En el discurso de apertura, el presidente Hu Jintao, ha advertido que si no se lucha contra la corrupción podría provocar la caída del Partido y del Estado. Según las encuestas, la sociedad china considera que la corrupción es la mayor amenaza contra la estabilidad social.

En una señal de la influencia que aún mantiene Jiang, el jueves, día de la inauguración del Congreso y en una ceremonia medida al milímetro como pocas, el ex mandatario, todo sonrisas, entró al plenario inmediatamente detrás de Hu.

En sus debates de este domingo, las delegaciones abordaron también asuntos como el informe del Comité Central actual sobre la situación del país, las recomendaciones de la Comisión para la Supervisión de la Disciplina y la adopción de enmiendas a la Constitución del Partido.