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Portugal: el alumno modelo de la troika choca contra el muro de la austeridad

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Pintada en una pared de Lisboa
Pintada en una pared de Lisboa

Portugal, hasta ahora alumno modelo en la aplicación de las recetas económicas de la troika  (FMI, Comisión Europea y Banco Central Europeo) se encamina hacia un otoño de protestas que van más allá de la oposición a la propuesta de bajada de salarios.

El pasado día 15, miles de personas salieron a la calle en la mayor movilización desde la Revolución de los Claveles, y este sábado la principal central sindical, la CGT, ha convocado una nueva manifestación en Lisboa, a la que también acudirán los "indignados" portugueses. El secretario general del sindicato, Armenio Carlosno descarta una huelga general en noviembre, según explicó en una entrevista con RTVE.es.

Hasta los militares han mostrado su malestar, y han advertido que no serán "instrumento de represión" ante posibles revueltas ciudadanas.

El consenso sobre el sacrificio se ha roto. Durante casi dos años, los portugueses han aceptado con resignación los recortes para reducir el déficit público y cumplir con las condiciones impuestas en el memorando firmado con la troika a cambio de un préstamo de 78.000 millones de euros. En recompensa por sus esfuerzos, la troika dio más tiempo para reducir el déficit.

Pero el anuncio de una bajada general de sueldos, a la que el primer ministro, Pedro Passos Coelho, ha tenido que renunciar,  parece haber colmado la paciencia de los ciudadanos y la oposición habla ya de "ajustar" el memorando.

Descontento popular

El Ejecutivo de coalición (PSD-CDS/PP) ha dado marcha atrás en la rebaja de sueldos, la llamada Tasa Social Única (TSU), que implicaba una transferencia de rentas de los trabajadores a los empresarios), pero el malestar es más profundo, según las fuentes consultadas por RTVE.es

"No vemos la luz al final del túnel, la gente ha sentido que todos los sacrificios no han sido suficientes y empieza a dudar del camino que se ha tomado", afirma Eurico Brilhante Dias, secretario nacional del Partido Socialista (PS), la principal organización opositora.

El Partido Comunista, cuarta fuerza en el Parlamento, cree que la TSU fue "la gota de agua que hizo desbordarse la indignación latente", en palabras de Paulo Raimundo, miembro de su Comisión Política. "La tendencia será el aumento de las protestas", vaticina.

Por su parte, desde el Bloco de Esquerda, Jorge Costa interpreta que "la gente se mantuvo en silencio esperando resultados, y lo que ha visto es el cambio del contrato social, la destrucción de los servicios públicos, la contención salarial y una sociedad más mercantilizada". "La idea de Portugal como un rebaño de ovejas camino del matadero solo se le puede ocurrir a la troika", ironiza.

"No hay rebelión contra la troika", pero sí un "cambio de compromiso con el Gobierno", opina por su parte Pedro Neves, administrador de empresas tecnológicas.

"Hay medidas que el Gobierno no ha logrado a explicar a los portugueses y si no las comprenden concluyen que los sacrificios que se hacen no producen los resultados esperados", explica.

Fuentes del PSD contactadas por RTVE.es explican que el partido no hará declaraciones hasta que se aprueben las cuentas públicas para 2013, el 15 de octubre.

En la página web del CDS/PP, pueden leerse las reacciones de su líder, Paulo Portas, quien tras la manifestación del 15S reconoció que los ciudadanos necesitaban "ver un fin y un objetivo claro" a la política económica. El jefe de su grupo Parlamentario, Nuno Magalhaes, ve necesaria una "reconciliación con las instituciones".  Magalhaes cree que el país se encuentra en un "camino de de  recuperación de la credibilidad" que dará "sentido útil a los muchos  sacrificios".

La última medida propuesta por ambos partidos ha sido un proyecto de ley para reducir un 10% las subvenciones a las fuerzas políticas y a las campañas.

El límite de la austeridad

Para muchos de los consultados, las políticas centradas meramente en la austeridad están mostrando sus límites en Portugal. La economía lusa se contrajo un 3,3% en el segundo trimestre de 2012, aumentando las dificultades del país para reducir el déficit fiscal al 4,5%, como le exigen las condiciones del rescate. El índice del paro es del 15% y superior entre los jóvenes.

Passos Coelho puede verse forzado a levantar el pie del acelerador. Incluso The Economist reconocía que "no se puede presionar hacia la austeridad más allá de un límite, determinado por los votantes".

Desde la izquierda, tanto el PCP como el Bloco creen que hay que denunciar el memorando alcanzado por la troika, donde se recogen las condiciones de austeridad.

El PS, el partido del exprimer ministro José Sócrates, que dimitió tras pedir el rescate, aboga ahora por "ajustar" el memorando. "Es imposible un ajuste de esta dimensión con un escenario macroeconómico peor - advierte Brilhante -Tendríamos que hacer un ajuste más lento, con políticas orientadas al empleo, usar bien los fondos europeos y generar empleo para recaudar impuestos".

El dirigente del PS precisa que no plantea "una renegociación del memorando". "Queremos cumplir con sus objetivos y metas: hacer de Portugal una economía competitiva, y volver a los mercados. Pero hay que hacer ajustes que hagan posibles esos objetivos", precisa. Y añade: "hay que ajustar el memorando a la realidad económica del país, y no al revés".

Según Pedro Neves,"ahora es tiempo de una austeridad diferente" que produzca resultados en el largo plazo, con medidas como el apoyo a las PYMES. Una austeridad que se aplique también a los privilegios de los políticos y que "reduzca la dimensión del estado en la economía".

La Confederación Empresarial Portuguesa (CIP), que representa a la patronal, no ha respondido a los requerimientos de RTVE.es y ha remitido a su página web, donde puede leerse su último comunicado, difundido en relación con la TSU. En él insiste en "una reforma profunda del Estado y de la administración pública" y en rechazar nuevas subidas de impuestos.

Aviso para España

Las protestas en Portugal llegan cuando el gobierno español se plantea pedir también un rescate.

"La implementación de medidas rápidas de austeridad en periodo de recesión no produce crecimiento, sino más recesión y desempleo. Eso es lo que ahora podemos confirmar nosotros en Portugal, aunque tengamos señales positivas como el aumento de exportaciones, la mejora de las cuentas externas o la bajada de intereses de la financiación externa", explica el empresario Pedro Neves.

Eurico Brilhante advierte: "Si España tiene que pedir un rescate, la medicina que hemos tomado no está produciendo resultados satisfactorios. Espero que España no cometa alguno de los errores típicos de estos ajustes".