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Alemania insiste en que no quiere la recapitalización directa de la banca española

  • El Gobierno alemán quiere que se conceda al Estado, que debe ser el garante
  • Esto significa que el rescate bancario computaría como déficit y deuda
  • Berlín señala, no obstante, que la decisión final europea no se ha decidido

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El Gobierno alemán ha reiterado que aboga por que la ayuda financiera a la banca española de hasta 100.000 millones de euros no vaya directamente al sector, sino que se conceda al Estado, que debe ejercer de garante y computarla en sus cuentas.

Así lo ha asegurado la portavoz del Ministerio de Finanzas, Marianne Kothé, a Efe: la "posición alemana" es que el rescate de la banca comprometido el pasado mes de junio entre España y el Eurogrupo "no pueda servir para recapitalizar directamente a la banca".

Esto no hace sino remarcar la postura ya expuesta esta semana por los ministros de Finanzas de Alemania, Holanda y Finlandia en una petición conjunta en la que se exigía que el MEDE solo  pudiese recapitalizar directamente a los bancos por las deudas  contraídas tras la puesta en funcionamiento del supervisor único, asunto clave para España porque concluyen que la factura de rescatar al sector financiero la tendrá que pagar el Estado y no la zona euro. 

La portavoz del Ministerio de Finanzas, Marianne Kothé, ha explicado a  la agencia Efe que el Ejecutivo de la canciller Angela Merkel apuesta  por que el fondo permanente de rescate, el denominado Mecanismo Europeo  de Estabilidad (MEDE), "solo  pueda prestar directamente a los bancos para sanear deudas contraídas  una vez que entre en funcionamiento el supervisor bancario único".

No es una decisión final consensuada a nivel comunitario

No obstante, ha agregado Kothé,  ésta es tan solo la postura actual del Gobierno alemán -y compartida por otros países-, pero no una decisión final consensuada a nivel comunitario.

La tesis que defiende Berlín es contraria a la mantenida por el Gobierno español, que ha abogado por que la línea financiera pudiese llegar directamente a las entidades crediticias con problemas y sin contaminar a la deuda soberana.

Lo contrario significa que España debe hacerse garante del total del préstamo a los bancos, responder en caso de impago y computar la ayuda financiera al sector bancario como deuda y déficit, lo que daña las cuentas del Estado.

Este nuevo organismo, que quedaría bajo el paraguas del Banco Central Europeo (BCE), aún no ha echado a andar, aunque la Comisión Europea (CE) considera viable que empiece a trabajar a comienzos del año que viene, algo que Alemania ve "improbable".