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30 años de las matanzas de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila

  • Entre 1.000 y 2.500 personas fueron asesinadas en Beirut
  • Falangistas cristianos perpetraron la matanza bajo la mirada del Ejército israelí
  • Ariel Sharon dimitió como ministro de Defensa pero volvió a la política

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El 16 de septiembre de 1982, grupos de milicianos cristianos iniciaron en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, en Beirut, una operación de "limpieza" que sería la peor matanza de la guerra civil libanesa.

Entre 1.000 y 2.500 personas, según las fuentes, fueron asesinadas a sangre fría durante 48 horas, entre ellas ancianos, mujeres y niños. No solo palestinos, también refugiados libaneses chiíes que habían abandonado el sur del país tras la invasión israelí.

Según relata el periodista británico Robert Fisk, uno de los primeros entrar en los campos y dar testimonio de lo sucedido, en la salvaje guerra sectaria que desgarró Líbano había habido crímenes similares, "pero nunca en esta escala, y nunca bajo la mirada de un ejército regular y supuestamente disciplinado".

Aunque quien ordenó la matanza fue el "señor de la guerra" cristiano Eli Hobeika, que había perdido a su familia en una masacre anterior perpetrada por los palestinos en la aldea cristiana de Damour, el Ejército israelí fue cooperador necesario. Los militares hebreos dejaron hacer a los extremistas cristianos en una zona bajo su control. Mientras los asesinos peinaban el campo, los israelíes iluminaban el cielo con sus bengalas.

La Comisión Kahan, en Israel, realizó un informe que criticó especialmente la actitud del entonces ministro de Defensa, Ariel Sharon, que fue obligado a dimitir. Sharon volvió a la política, no obstante, y en 2001 fue elegido primer ministro.

Los sucesos de Sabra y Chatila, recordados por los palestinos y por todo el mundo árabe, han dado lugar a numerosas demandas contra Israel, sin éxito. La Asamblea de las Naciones Unidas lo calificó de acto de genocidio.