Enlaces accesibilidad

Un sensor de viento del Curiosity construido en España sufrió daños durante el aterrizaje

  • Los científicos creen que el sensor ambiental se golpeó con una piedra al aterrizar
  • El sensor comprueba la temperatura ambiental, la presión  atmosférica y el viento
  • Todo está preparado para que el explorador realice su primer paseo por Marte

Por
Imagen de alta resolución de la torreta de herramientas del rover de la NASA desplegado en Marte
Imagen de alta resolución de la torreta de herramientas del rover de la NASA desplegado en Marte

Las pruebas realizadas durante la puesta a punto del Curiosity han revelado que uno de los dos sensores de viento con los que cuenta la nave ha sufrido daños. Se trata de la Estación de Monitoreo Ambiental Rover, el componente aportado  por España a la misión y que comprueba la temperatura ambiental, la presión  atmosférica, el viento y otras  variables cada hora.

Los científicos creen que una de las tres tarjetas con las que cuenta el sensor se golpeó con una piedra durante el descenso del vehículo. "Tendremos que ser más inteligentes usando el sensor de viento que   conserva aún la nave", ha comentado Ashwin Vasavada, del Laboratorio de   Propulsión a Chorro de la NASA

REMS, el componente aportado por España a la misión sufrió daños durante el aterrizaje

Además, los científicos han señalado que el robot va a dar hoy sus primeros pasos por la superficie del planeta rojo tras haber "estirado" las juntas y poner sus instrumentos a punto. El director de la misión Michael Watkins ha explicado que han mandando los comandos al rover "para dar el primer paseo".

Si todo sale según lo previsto, el rover se moverá hacia adelante 3 metros, girará a la derecha y "aparcará" a la izquierda del punto de partida. Este test de prueba forma parte de las maniobras de puesta a punto que llevan realizando los ingenieros desde que la nave llegó al planeta el pasado 6 de agosto.

Dos semanas de puesta a punto

Desde que el rover de la NASA aterrizó en Marte el pasado 6 de agosto ha estirado su brazo robótico, una torreta de instrumentos que incluye cámara, taladro y espectrómetro entre otros aparatos.

La nave también ha utilizado su potente láser para pulverizar una roca y comprobar que el funcionamiento del telescopio y los tres espectrómetros que porta es correcto. Además, el robot ha movido sus seis ruedas para probar el sistema de navegación y ha enviado cientos de fotografías del planeta rojo.

Curiosity está equipado con tecnología punta, tiene el tamaño de un carrito de golf, pesa una tonelada y tiene por delante dos años de misión en los que buscará pruebas sobre la existencia de vida en la superficie de Marte.