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Gu Kailai, la Jackie Kennedy de China se prepara para el juicio del siglo

  • Acusada de asesinar al empresario británico con veneno
  • La imputada se defenderá argumentando que lo hizo en defensa de su hijo
  • En su libro Ganar un caso en EEUU elogia el sistema judicial de China

Por
kailai

La mayor telenovela china de los últimos 30 años está a punto de llegar a su final. Gu Kailai, la esposa del defenestrado líder comunista Bo Xilai, será juzgada este jueves por asesinato en un caso con amplias ramificaciones políticas y económicas.

La apodada “Jacqueline Kennedy china” antes del escándalo por ser la esposa de uno de los políticos más ascendentes del régimen y una abogada de renombre, está acusada de haber envenenado al empresario británico Neil Neywood, un amigo de la familia.

Según los relatos del caso, Kailai mató a Neywood en colaboración con su asistente, Zhang Xiaojun, después de que un “conflicto económico” acabara enfrentando al empresario con la abogada y su hijo Bo Guagua, actualmente estudiante y refugiado en EE.UU.

La "Lady MacBeth china" en el banquillo

La vista del juicio se hará a puerta cerrada y podría concluir a lo largo del día. La prensa no tendrá acceso al proceso y únicamente se ha autorizado la presencia de dos diplomáticos británicos en funciones consulares.

Podría ser condenada a muerte (pena conmutable a cadena perpetua) o a  15 años de prisión

En un país donde el 98% de los juicios encuentra culpable al acusado, y donde ya la propia agencia de noticias oficial, Xinhua, ha indicado que "los hechos son claros y las pruebas irrefutables y sustanciales", el veredicto de culpabilidad contra Gu se da prácticamente por seguro. La gran duda es qué pena se le pueda imponer. Aunque el asesinato es uno de los delitos que pueden acarrear la pena de muerte en China, los analistas descartan que el proceso vaya a acabar con la ejecución de la que fuera una abogada de gran renombre y esposa de uno de los políticos más en alza del país hasta el momento de su caída.

Las apuestas se inclinan más bien por una larga pena de prisión, o una condena a muerte suspendida, es decir, conmutable a cadena perpetua en dos años si la acusada muestra buena conducta y arrepentimiento.

Algo en lo que los analistas también parecen de acuerdo es en que Gu será juzgada solo por la muerte del empresario y no se incluirán delitos económicos en su pliego de cargos.

Las autoridades chinas tienen prisa por poner punto final a esta "patata caliente" que ha representado el escándalo en torno a Bo y Gu, dos meses antes del Congreso del Partido Comunista de China que se celebrará en octubre y en el que se renovará por completo su cúpula directiva. Hasta entonces, las autoridades chinas habían corrido un tupido velo sobre la muerte de Heywood, e incluso llegaron a sugerir que se había debido a una ingesta excesiva de alcohol, a pesar de que familiares del británico aseguraron que era abstemio.

Kailai, una luchadora nata

Inteligente, glamourosa, fría y atractiva: son los adjetivos que han acompañado durante meses a la novelesca figura de la esposa del caído líder comunista Bo Xilai, Gu Kailai, quien se sentará en el banquillo para el "juicio chino del siglo".

La abogada es un típico ejemplo de la llamada "segunda generación de comunistas" o "príncipes", que evitaron los duros primeros años de lucha y, en un ambiente privilegiado, cultivaron una personalidad ambiciosa y sagaz para la política más que para la guerra. Gu se inclinaría sin embargo por una carrera jurídica.

Protagonizó importantes casos de renombre en la jurisprudencia china

Ayudada por su carácter fuerte y avispado, y tal vez beneficiada por su matrimonio con un político de personalidad igualmente ambiciosa, Gu fue progresando en la abogacía hasta que en 1995 fundó su propio bufete de abogados, que protagonizó importantes casos de renombre en la jurisprudencia china.

La letrada escribió más tarde un libro llamado "Ganar un caso en EEUU", donde contaba su exitosa experiencia ante unos tribunales foráneos y aprovechaba para elogiar el sistema de China, del que destacaba, curiosamente, la rápida sentencia en caso de asesinato, frente a la lentitud americana. Poco se imaginaba Gu que dos décadas después iba a probar esa "eficiencia", cuando mañana comience un juicio que, según los expertos, durará apenas un día, dos a lo sumo, y en el que salvo sorpresa la culpabilidad está ya escrita: "los hechos son irrefutables", decía al respecto la prensa oficial, hace unos días.

Un espinoso asunto para el régimen

Gu está acusada de haber asesinado junto a su asistente Zhang Xiaojun, con veneno, al empresario británico Neil Heywood, un amigo de la familia desde que Bo Xilai era alto cargo en Liaoning. Heywood llegó a amenazar a Gu con poner en peligro la vida de Bo Guagua, por lo que espera que la acusada utilice el recurso de la defensa de una madre a su hijo para intentar reducir la sentencia.

Las autoridades chinas habían corrido un tupido velo sobre la muerte de Heywood

 

Gu, sin quererlo, se ha convertido en una peliaguda cuestión para el régimen comunista, por su matrimonio con uno de los que estaban llamados a gobernar China tras el relevo de la cúpula comunista de octubre, y por las ramificaciones europeas -británicas- de un caso que, no por casualidad, se celebra cuando el Reino Unido se encuentra inmerso en unas Olimpiadas

Bo Xilai, un dirigente ejemplar

El exministro de Comercio y dirigente provincial chino, era, hace menos de un año, una estrella comunista en ciernes llamada a formar parte de la cúpula que dirigirá el país la próxima década, pero la implicación de su esposa en un asesinato le ha hundido en un enorme escándalo político.

El dirigente es conocido por su lucha sin cuartel contra las mafias locales, que en Chongqing dominaban la policía, los transportes y los tribunales, que se saldó con miles de detenidos, altos cargos municipales condenados o hasta ejecutados y aún más proyección mediática para Bo. El hasta marzo secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) en Chongqing fue siempre famoso por su carisma, su popularidad ante la prensa extranjera y su ambición, pero todo ha caído en una espiral de sucesos digna de un guión cinematográfico.

El dirigente es conocido por su lucha sin cuartel contra las mafias locales

En esta lucha contó con la ayuda de Wang Lijun, un incorruptible "Eliott Ness" local que, como jefe de policía y vicealcalde ayudó a que Chongqing quedara limpio de mafias. Sería el mismo Wang quien precipitara la caída de Bo cuando, en febrero de 2012, se refugió en el consulado de EEUU en Chengdu (vecina a Chongqing) para revelar que la mujer de Bo había asesinado al empresario británico Neil Heywood en noviembre de 2011, por lo que estaba siendo perseguido por la familia y necesitaba protección.

Pocas semanas después, el 15 de marzo, Bo era destituido de su puesto, y el 10 de abril suspendido del Politburó del PCCh, después de que se hicieran públicas las acusaciones contra su esposa. Su sueño de ser parte del todopoderoso Comité Permanente, el grupo de nueve políticos que gobernará China a partir de octubre, se había hecho añicos.