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Seúl no retomará la caza científica de ballenas por las críticas internacionales

  • El país asiático anuncia que el plan para cazar ballenas se ha descartado
  • La decisión no era firme y estaba pendiente de aprobación del CBI
  • Alegaban el estudio de las especies y combatir la sobrepoblación de cetáceos

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Las protestas han paralizado los planes de Corea del Sur de reanuda la caza científica de ballenas
Las protestas han paralizado los planes de Corea del Sur de reanuda la caza científica de ballenas

Corea del Sur ha descartado la posibilidad de reanudar la caza de ballenas para la investigación científica por las críticas internacionales desatadas tras anunciar que lo estaba estudiando, según ha indicado una fuente oficial a la agencia local Yonhap: "El plan para permitir la caza de ballenas en las aguas costeras se ha descartado.

Funcionarios de Presidencia, de la Oficina del Primer Ministro y del Ministerio de Agricultura y Pesca celebraron recientemente una reunión para abordar el posible visto bueno a la reanudación de la caza de estos cetáceos.

"Aunque se trate de investigación científica, debemos tener en cuenta que el asunto se ha convertido en un tema sensible en el país y en el extranjero", declaró la fuente a Yonhap.

El plan para permitir la caza de ballenas en las aguas costeras se ha descartado

El Gobierno surcoreano notificó a principios de mes a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que estudiaba reanudar la caza de ballenas con fines científicos en sus aguas territoriales.

Tras las críticas internacionales desatadas por el anuncio, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación recalcó la semana pasada que aún no se había tomado una decisión al respecto.

Corea del Sur alegó entonces que el principal objetivo de la caza sería identificar y estudiar las especies que habitan en aguas surcoreanas y, a la vez, combatir la sobrepoblación de ballenas, que consumen aproximadamente un 12% de la pesca anual del país.

La CBI impuso una moratoria internacional a la caza de ballenas a mediados de la década de 1980, pero esta medida contempla una excepción que permite la captura con fines científicos, lo que permite a ciertos países como Japón aprovechar la legalidad de este tipo de capturas para poner a la venta su carne.