Enlaces accesibilidad

Gonzalo Moliner, un nuevo presidente progresista para el Tribunal Supremo y el CGPJ

  • Especialista en derecho laboral y social, muy crítico con la reforma laboral
  • Cuenta con un perfil totalmente distinto al de su predecesor Carlos Dívar

Por

Gonzalo Moliner Tamborero, que ha sido elegido presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, es un juez especialista en derecho laboral de tendencia progresista, miembro de Jueces para la Democracia y crítico con la reforma laboral.

Moliner ha ocupado el cargo de presidente de la Sala del TS de lo Social desde 2008, puesto designado por el CGPJ donde ejercía como magistrados desde 1998. Además, es miembro de la junta de gobierno del tribunal desde 2004.

Ha sido elegido presidente del CGPJ y del TS este martes 17 de julio con los 12 votos necesarios de los magistrados. Afronta su nuevo cargo “con ilusión” y “por otra parte con miedo”.

El magistrado, de tendencia progresista, comenzó su carrera en 1969 como juez de Primera Instancia en los Juzgados de Mataró y Alzira.

Su campo de actuación se ha visto muy afectado por la reforma laboral, que ha provocado una “avalancha” de recursos por los despidos colectivos, y por la Ley de la Jurisdicción Social, en vigor desde diciembre.

Sustituye a Carlos Dívar

En 1983 entró a formar parte en la Asamblea Constituyente de la Asociación de Jueces para la Democracia, una asociación profesional de Jueces y Magistrados adherida al CGPJ, donde repitió cargo el año siguiente.

Moliner ha sido nombrado presidente del CGPJ para sustituir a su predecesor Carlos Dívar, conservador de fuertes convicciones religiosas que nunca formó parte de ninguna asociación judicial y que provocó un escándalo por los viajes de fin de semana.

Sobre estos sucesos, ha admitido que "la responsabilidad la tenemos todos, después de Dívar o antes de Dívar. Yo creo que la responsabilidad es de todos."

Este consiguió la unanimidad de los votos en 2008 y su dimisión ha provocado grandes divisiones internas en el Poder Judicial, que se han visto reflejadas en las dificultades para elegir al nuevo presidente.

Han sido necesarias tres votaciones plenarias intensas para llegar a esta decisión, con 12 votos a favor, cinco en contra y tres en blanco.

Críticas a la reforma laboral

El nuevo presidente ha mostrado desde el comienzo de su carrera judicial un gran interés y especialización en el derecho laboral y ha escrito en muchas revistas especializadas y en varios libros, como “El recurso laboral de duplicación" (1991), "Los recursos en el proceso laboral de ejecución" (1996) y "Recurso laboral para la unificación de la doctrina” (2003).

Entre sus críticas a la reforma laboral destaca aspectos "especialmente problemáticos", como el "nuevo contrato de trabajo que permite al empresario rescindirlo en un tiempo indeterminado y sin causa, y que puede generar problemas ya que no todo el mundo pensará que se ajusta a la ley".

Puede rayar la inconstitucionalidad

El pasado mes de mayo, Gonzalo Moliner declaró que algunos aspectos de la reforma laboral "puede rayar la inconstitucionalidad, ya que la Carta Magna reconoce el derecho al trabajo y a la continuidad en él, es decir, a no ser despedido sin causa justa".

Además, ha subrayado que esta reforma provoca una "importante limitación de la autonomía sindical, lo que supone una devaluación del derecho del trabajo en cuanto derecho compensador de las desigualdades".

Devaluación del derecho del trabajo en cuanto derecho compensador de las desigualidades

Sin embargo, subraya que la reforma "no puede ser descalificada sin más, ya que se produce en un momento de crisis económica brutal, y es posible que esta situación justifique una normativa de igual gravedad para contrarrestarla". A pesar de ello ha mostrado sus dudas sobre la capacidad de la nueva normativa para "contribuir de alguna manera a salir de la crisis".