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Las primeras elecciones libres en Libia en seis claves

  • Son las primeras elecciones legislativas desde 1964
  • De su resultado saldrá el primer palamento de la Libia pos-Gadafi

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Primeras elecciones libias de la era post Gadafi

Ocho meses después de la muerte de Gadafi y la caída de su régimen, las urnas están listas en Libia. El país celebra este sábado sus primeras elecciones legislativas desde 1964 de las que surgirá el primer parlamento de la era post-Gadafi. A los comicios concurrirán más de 2,8 millones de ciudadanos, que ya se han inscrito para votar. Más de 40.000 agentes velarán por la seguridad y se decretará el estado de alerta para evitar incidentes. Estas son algunas claves de estas elecciones.

¿Para qué votan los libios?

Las elecciones determinarán los 200 diputados que formarán parte de la Asamblea Nacional, el nuevo parlamento libio. A las elecciones se presentan candidatos independientes, para los que están reservados 120 escaños, y candidatos de partidos políticos, para los que son los otros 80.

Según Efe, el número de candidatos independientes se acerca los 2.560 y los de los partidos políticos a 650. Este nuevo Parlamento elegirá a su presidente de la cámara así como al Primer Ministro, que formará un Gobierno que reemplazará en sus funciones al gobierno interino del Consejo Nacional de Transición (CNT).

Tras la caída de Gadafi, el poder en Libia ha residido en el CNT, un grupo formado por un amplio espectro de líderes opositores, que ha sido el encargado de gobernar de manera temporal y establecer los ritmos de la transición.

¿Quiénes son los favoritos en estas elecciones?

Aunque no hay encuestas, los favoritos son fundamentalmente tres partidos: el Partido de la Justicia y la Construcción (PJC), brazo político de los Hermanos Musulmanes libios; el Partido Nacional, de orientación salafista, y la alianza nacionalista Fuerza Nacional, del exprimer ministro Mahmud Jibril.

La formación de los Hermanos Musulmanes tiene su fuerza, especialmente, en Bengasi, en las poblaciones de más al este del país y en algunas zonas de Trípoli. Su líder es Mauhamad Sawan, un miembro de la hermandad de  Misrata, y el partido fue fundado el pasado 3 de marzo de cara a la transición política. Cuenta con el apoyo de la llamada Coalición de Brigadas Revolucionarias, una organizaición de milicias lideradas por Fawzi Bukatief.

La otra gran organización, el salafista Partido Nacional (Hizb al Watan, en árabe) fue fundado en noviembre de 2011. Su representante más importante y líder político, Abdelhakim Belhadj, es una figura controvertida que participó en luchas yihadistas en Afganistán y Pakistán y estuvo detenido en Guantánamo. El partido cuenta con muchos seguidores en los suburbios de Trípoli y algunas zonas de Bengasi. Está formado, entre otros, por antiguos militantes del Grupo Combatiente Islámico Libio (LIFG, en sus siglas en inglés), una organización yihadista vinculada con Al Qaeda en la que Belhadj fue su emir.

El Partido Nacional cuenta con el apoyo de Consejo Militar de Trípoli, una de las brigadas más poderosas del país que estuvo liderada por el propio líder islamista, formada durante la revolución que acabó con la dictadura de Gadafi.

La formación que más sombra puede hacer a las organizaciones islamistas y salafistas es la alianza Fuerza Nacional, liderada por Mahmud Jibril, antiguo líder del Consejo Nacional de Transición y exprimer ministro. La organización está formada por más de 40 grupos políticos y 200 organizaciones civiles y sociales.

Al igual que Jibril, varios exdirigentes políticos de la transición han apostado por fundar su propia agrupación, como el antiguo máximo responsable de Petróleo, Ali Tarhuni, que reúne también a numerosas personalidades y agrupaciones en la Corriente Nacional, o el exministro de Justicia Mohamed al Alaqi.

El espectro ideológico en Libia discurre fundamentalmente en torno es estas dos corrientes, la islamista y la nacionalista, aunque las características de estas fuerzas hace que no siempre sea fácil de diferenciarlas: las referencias al Islam por parte de los nacionalistas son bastante habituales, mientras que los grupos islamistas hacen continuas proclamas nacionalistas.

¿Qué papel juegan las milicias?

Pese a existir un gobierno central transitorio, el país se encuentran bajo el dominio de milicias armadas que lucharon juntas en la guerra civil y que ahora controlan cada feudo con muy pocos límites. Según comentaron a TVE fuentes oficiales de Libia al menos hay entre 100 y 300  milicias con más de 120.000 hombres armados.

Se cumple un año del levantamiento popular en Libia, que acabó con los 42 años de dictadura de Gadafi. El presidente del Consejo Nacional Transitorio ha pedido que este aniversario se celebre sin armas. El enfrentamiento entre milicianos y nostálgicos del régimen pone en peligro esa paz. Muchos de los milicianos, unos cien mil, que esperan ser parte del ejército o la policía, mantienen su ley en los territorios que controlan. Amnistía Internacional denuncia violaciones de derechos humanos en las cárceles.

Las más poderosas están ligadas a las grandes ciudades. En Trípoli, por ejemplo, las más importantes son el Consejo Revolucionario de Trípoli, y el Consejo Militar de Trípoli, que hasta el pasado 14 de mayo, estaba liderado por el actual líder el Partido Nacional, el salafista Abdelhakim Belhadj. En el resto del país también son importantes las Brigadas Zintan o las Brigadas de Misrata, mientras, en la Cirenaica libia  una de las más importantes es la Coalición de Brigadas Revolucionarias.

Los enfrentamientos entre ellas desde el comienzo de la transición han sido constantes. Sus líderes suelen ser jefes tribales, religiosos y milicianos que han adquirido prestigio durante del revolución, y que ahora, con el respaldo de sus milicias, han cobrado un gran protagonismo y poder político.

De cara a estas elecciones, las formaciones políticas buscan el apoyo de las milicias y sus líderes. Por ejemplo, según un informe del Brookings Doha Center, el salafista Partido Nacional cuenta con el apoyo de la milicia del Consejo Militar de Trípoli, mientras que el partido de los Hermanos Musulmanes tiene el respaldo de la Coalición de Brigadas Revolucionarias.

¿Cuales son los siguientes pasos de la transición?

Tras estos comicios y con la Asamblea constituída, el siguiente paso es elaborar una Constitución para Libia.  Para ello, los diputados elegidos en estos comicios formarán una  comisión que será la encargada de redactar un proyecto de Constitución.

Esta comisión deberá presentar el proyecto de Carta Magna 120 días después de la formación de este órgano. El texto presentado tendrá que ser aprobado en referéndum.

Esa nueva constitución tendrá que resolver dos incógnitas: el  papel que tendrá el Islam en el futuro estado libio y el rol que  jugarán las autonomías en la nueva estructura estatal,  especialmente debido a las disputas entre tribus y la tradicional  división entre las dos grandes regiones, la Libia Tripolitana (mitad  oeste) y la Libia Cirenaica (mitad este).

¿Pueden las milicias poner en peligro el proceso de transición?

La fuerza fuera de control de algunas de estas milicias ha generado en el país una gran sensación de inseguridad. Los enfrentamientos entre milicias así como de estas con las fuerzas estatales han puesto en tela de juicio la capacidad real del Gobierno central para controlarlas.

La mayoría aceptan el proceso electoral, aunque hay algunas, como el profederalista Consejo de Barqa, del este del país, que han amenazado con boicotear los comicios, según ha informado el International Crisis Group.

Una de las grandes incógnitas es saber si las milicias aceptarán los resultados que salgan de estos comicios. Algunas de ellas ya han mostrado su rechazo a las reglas de los comicios y demandan una revisión de los asientos que se concederán en la Asamblea Nacional, que según la distribución, daría mayor presencia a la libia Tripolitana.

¿Qué fue de los seguidores de Gadafi?

O ahora reniegan, o guardan silencio, pero no tienen gran presencia. Desde la muerte del líder libio, poco o casi nada se ha sabido de sus antiguos seguidores. Las localidades más fieles a su régimen, las que combatieron hasta las últimas consecuencias en la guerra civil, (Sirte, Banu Walid, Gadafa) están, como el resto del país, bajo el control del gobierno central, sin que se conozca ninguna organización en torno a la figura del fallecido líder libio.

Algunos de los exmiembros de sus gabinetes desertaron durante la revolución y participan en estas elecciones como reconvertidos políticos para la nueva Libia. Otros, los que huyeron, como el último primer ministro, Al Baghdadi al Mahmudi, extraditado desde Túnez a Libia en el mes de junio, ha pedido a los seguidores de Gadafi que "se olviden el pasado" ya que "el antiguo régimen ha terminado".