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Los líderes europeos muestran sus cartas para aliviar la presión de la deuda de España e Italia

  • Finlandia propone emisiones de bonos de deuda garantizada
  • Monti quiere compra de bonos por parte de los fondos de rescate
  • Alemania no aceptará un programa que no esté sujeto a condicionalidad

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Los líderes europeos muestran sus cartas para aliviar la presión sobre España e Italia

Europa necesita una acción rápida y concreta para estabilizar de forma decisiva la deuda soberana de países como Italia y España y reducir su coste de financiación. Tanto es así que Mario Monti y Mariano Rajoy se han atrevido a lanzar un órdago a sus colegas europeos: Roma ha pedido ayuda para rebajar la prima riesgo y Madrid la recapitalización directa de los banco a cambio de dar su visto al pacto de crecimiento de 120.000 millones de euros.

Todas las opciones están sobre la mesa, pero no hay consenso. Por ello, los llamados sherpas, los técnicos económicos de cada país, tratan en Bruselas de abrir vías de entendimiento entre las posturas enfrentadas del eje latino -Francia, España e Italia- y el eje del norte -Alemania, Austria, Finlandia y Holanda-.

Los mercados han vueto a tensar la cuerda este jueves, disparando la prima de riesgo española hasta los 550 puntos y la  rentabilidad del bono a 10 años al temido 7%. El mensaje es claro: ya no tiempo para más dilaciones. 

Italia no solo le ha marcado un gol (bueno dos) a Alemania en las semifinales de la Eurocopa, sino que también está tratando de ganarle la partida de la 'Eurocumbre'. Monti, acompañado de Rajoy, insiste en la propuesta que ya planteó en el G-20: la compra de deuda soberana de Estados en problemas por parte de los fondos de rescate europeos. Pero los halcones triple A (Alemania y sus socios del norte) ya han hecho público su nein a esta fórmula.

Berlín solo estaría dispuesto a decir ‘sí’ y a regañadientes a una compra de deuda soberana si implica condicionalidad económica, esto es, la firma de un memorando de entendimiento que obligue al país en cuestión a someterse a un programa de ajustes y reformas.  Esta fórmula ya está prevista en los tratados europeos, pero es inaceptable desde el punto de vista del primer ministro de Italia, cerrado en banda a cualquier solución que se parezca a un rescate.

La canciller alemana, Angela Merkel, no ha descartado que los fondos de rescate europeos compren deuda, pero ha recordado que esta actuación implicaría imponer condiciones al país del que se comprara deuda. "No hay ningún plan concreto, pero existe la posibilidad de comprar deuda de los países en el mercado secundario, tanto en el Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera como en el Mecanismo Europeo de Estabilidad, pero naturalmente siempre ligado a una condicionalidad", ha dicho.

La propuesta finlandesa

Como propuesta a medio camino ha aparecido Finlandia como estrella invitada. El primer ministro Jyrki Katainen plantea que los países de la zona euro sometidos a la presión de los mercados financieros emitan bonos de deuda garantizada.

“Los bonos garantizados están respaldados por bienes del Gobierno o por ingresos fiscales ya asignados para el servicio de los bonos", ha señalado Katainen en un comunicado divulgado por su Gobierno. Esto quiere decir que España e Italia responderían no solo con todo su patrimonio, sino que deberían dejar un depósito de garantía con una parte de los ingresos que recauden, por ejemplo, con impuestos como el IRPF o el IVA.

En este caso, la responsabilidad del pago de la devolución de los bonos sería nacional, pero "en caso de problemas" -es decir, si los bonos no se colocan o el país sigue sin rebajar el coste de su deuda- se usarían los fondos europeos de rescate para intervenir en el mercado primario o secundario como respaldo.

Esta idea, que el Gobierno finlandés ha querido dejar claro que no puede entenderse como una “mutualización de la deuda”, está obteniendo cierto apoyo y podría servir de base para llegar a algún tipo de compromiso aceptable para todas las partes.

Las cartas de Monti

España está abierta a cualquiera de las opciones que están sobre la mesa y no da prioridad a  ninguna de ellas, según han confirmado fuentes de La Moncloa a la agencia Efe. Mariano Rajoy va a defender "un compromiso para garantizar la  sostenibilidad de la deuda, por la vía que sea", han señalado.

Sin embargo, Italia, el otro gran protagonista del debate, ya ha señalado que no ve "útil" la propuesta finlandesa porque, a su juicio, no serviría para "resolver los problemas" ni podría avanzar como alternativa a los eurobonos.

A estas ideas, se ha sumado otra propuesta que ya se discutió en su momento cuando se reforzó el Fondo Euroepeo de Estabilidad Financiera (FEEF): la de dar una licencia bancaria a los fondos. Esa posibilidad que tiene el visto bueno de Monti permitiría al fondo de rescate comprar los bonos soberanos y depositarlos  como garantía ante el Banco Central Europeo y de esta forma, tendría una  capacidad ilimitada para comprar deuda de países en dificultades.

Por otro parte, según las mismas fuentes de Moncloa, otro de los temas que se están tratando, según las mismas fuentes de La Moncloa, es la posibilidad de recapitalizar de forma directa los bancos españoles, es decir, sin pasar por el Estado y por tanto limitando el impacto del préstamo en las cuentas públicas y la deuda soberana. Este es el otro caballo de batalla de Madrid.

Los caballos de batalla de España

Según fuentes diplomáticas citadas por la agencia Efe, Alemania y otros países hasta ahora contrarios a esta fórmula, han abierto la puerta a permitir esa opción de forma excepcional para el caso español. Berlín habría aceptado, según la misma fuente, incluir esa opción en un  borrador preparado por expertos de los países del euro, aunque aún estarían por negociar las "muchas condiciones" y "garantías" que  quiere incluir Alemania al acuerdo.

Además, Rajoy también ha puesto sobre la mesa la posibilidad de  modificar, también de forma excepcional, las normas del fondo de rescate  permanente (conocido como  MEDE) para la ayuda financiera a la banca española. De esta forma,  los acreedores europeos no tendrían preferencia sobre los privados a la hora de cobrar, como ocurre con el fondo temporal (FEEF), solventando así una de las principales preocupaciones de los inversores.

Todo está en el aire, pero Roma y Madrid no están dispuestas a marcharse de Bruselas sin un respaldo explícito de la UE a la estabilidad de su deuda soberana. No quieren enfrentarse el lunes a los mercados con las manos vacías. Y ya han mostrado estar dispuestos a forzar la máquina hasta el final.