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Lugo interpondrá recursos internacionales contra el jucio político que le costó la Presidencia

  • El Supremo de Paraguay ya ha desestimado un recurso de inconstitucionalidad
  • El exmandatario ve "muy difícil" regresar al poder en las actuales condiciones

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El expresidente de Paraguay, Fernando Lugo, ha anunciado que recurrirá a la justicia internacional para recuperar la presidencia del país, aunque ha admitido que "ve muy difícil" regresar al poder en las actuales condiciones. El Senado paraguayo destituyó a Lugo el pasado 22 de junio por "mal desempeño del cargo" tras la apertura de un juicio político por la matanza de seis policías y 11 campesinos durante el desalojo de una hacienda del nordeste del país.

En una entrevista con la agencia Efe, el exmandatario paraguayo ha indicado que "la última palabra no está dicha" y que uno de sus últimos recursos es "pelear" en el exterior. "Vamos a demandar el hecho que ocurrió el viernes pasado, si es posible a estrados judiciales a nivel internacional", ha hecho saber Lugo desde la sede el partido País Solidario --del minoritario Frente Guazú-- una formación izquierdista que continúa apoyándole.

Tras la apertura del juicio político en su contra, Lugo presentó una "acción de inconstitucionalidad" ante el Tribunal Supremo de Paraguay en un intento de conservar la presidencia del país. Sin embargo, la Corte Suprema ya ha anunciado la desestimación de ese recurso.

La Corte Suprema de Paraguay ha desestimado este lunes "sin más trámite" el recurso de inconstitucionalidad planteado el pasado viernes por Fernando Lugo contra el "juicio político" que terminó con su destitución como presidente, según ha informado un portavoz del Poder Judicial. Lugo, sustituido por el vicepresidente Federico Franco tras ser considerado culpable de "mal desempeño" en sus funciones por el Legislativo, acató el veredicto en principio, pero ahora ha manifestado su intención de oponer "resistencia" y recuperar el poder. El Gobierno de Franco ha jurado este lunes en una ceremonia en el palacio presidencial mientras Lugo ha reunido a un gabinete paralelo.

Rodeado de sus más cercanos colaboradores, muchos de ellos exministros que le acompañaron hasta su repentina salida del poder, el exjefe de Estado ha desvelado también que nunca vislumbró que no completaría su gestión ni tampoco el momento ni la forma en que concluyó.

Lugo ha admitido que sintió más cercana esa posibilidad en el ecuador de su mandato --de cinco años e iniciado en 2008-- cuando "la clase política consideraba que yo no tenía en cuenta a los partidos", sino "que quería gobernar solamente con los grupos sociales, los campesinos y los obreros".

Mercosur y la comunidad internacional

En la entrevista con Efe, Lugo se ha mostrado en contra de que el Mercosur --el bloque que su país conforma con Argentina, Brasil y Uruguay-- imponga sanciones económicas a Paraguay en la cumbre que celebrará este viernes en la ciudad argentina de Mendoza para analizar la crisis. Sin embargo, si se ha mostrado partidario de que la clase política de su país reciba "una llamada de atención de la comunidad internacional".

"Algo tienen que hacer", ha advertido el exmandatario, que no obstante ve "muy difícil" volver a la Presidencia y aclara que ese no es el objetivo de las movilizaciones pacíficas que él ha impulsado desde comienzos de la semana. Según Lugo, las marchas tienen como objetivo "que la gente demuestre su descontento"."Tienen el derecho a manifestarse, a demostrar su indignación y que no están de acuerdo con lo que ha acontecido", ha añadido.

Sin abandonar su habitual tono conciliador pese a la difícil situación en la que se encuentra, Lugo ha defendido la postura asumida en el proceso por las Fuerzas Armadas, "una de las instituciones más creíbles del país". "Son las que más se han adaptado al proceso democrático paraguayo y siempre han actuado institucionalmente. Tienen una gran madurez y su reacción institucional es digna de admirar", ha apuntado.

Precisamente este miércoles, el nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, que ascendió al cargo tras la destitución de Lugo, ha ordenado el relevo de los altos cargos del Ejército y la Armada. "Ellos han interpretado que lo mejor que podían hacer era darle el apoyo al presidente que asumió el sábado pasado", ha observado Lugo.

El nuevo Gobierno, liderado por Franco --que hasta entonces había sido vicepresidente de Paraguay-- se topó con el rechazo generalizado de los países latinoamericanos, que calificaron la destitución de Lugo de golpe de estado.