Enlaces accesibilidad

La Junta Militar afianza su poder en vísperas de las elecciones presidenciales en Egipto

  • Retoma el control del poder legislativo al disolverse el Parlamento
  • El Constitucional permite que Shafiq pase a la segunda vuelta
  • Los comicios presidenciales serán los próximos 16 y 17 de junio

Por
La Junta Militar afianza su poder a dos días de las presidenciales en Egipto

Cuando la Junta Militar egipcia asumió el poder el pasado 11 de febrero de 2011, día de la caída de Hosni Mubarak, prometió abandonarlo en un plazo de medio año. 15 meses después, lejos de cumplir lo anunciado, sigue dirigiendo las riendas de Egipto y conservando sus privilegios (controlan entre el 30 y el 35% de la economía del país).

Disuelto el Parlamento por el Tribunal Supremo al considerar que su composición surgió de unos comicios convocados por una ley inconstitucional, y a dos días de la segunda vuelta de las presidenciales, la Junta Militar ha anunciado que retoma el control del poder legislativo. La decisión ha sido calificada como “golpe de Estado” por parte de la Hermandad Musulmana.

El Supremo también ha declarado inconstitucional la ley de aislamiento político, aprobada por el Parlamento, que contemplaba la exclusión de la carrera electoral de los altos cargos del antiguo régimen.

De esta manera, se allana el camino al candidato mubarakista, Ahmed Shafiq (último primer ministro), que se enfrentará en segunda vuelta este fin de semana al líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi.  Las competencias que tendrá el nuevo presidente aún se desconocen al no haberse redactado una Constitución.

"La situación de Egipto ha alcanzado cotas surrealistas"

“La situación en Egipto ha alcanzado cotas surrealistas -apunta el investigador del Mediterráneo y Mundo Árabe del Real Instituto ElCano, Haizam Amirah-Fernández- Lo que aún está por ver es si la sociedad egipcia aceptará esta forma de ‘legitimar’ el poder que tiene la Junta Militar”.

Para el activista egipcio Basel Ramsis, el fallo conocido este jueves "no aporta grandes sorpresas". Afirma que "es lo mismo que ocurrió el 11 de febrero, cuando el Consejo Militar llegó al poder. Hoy hemos asistido a la afirmación del golpe de estado,  y ahora volvemos al punto de inicio”.

A todo ello hay que añadir que esta semana, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas aprobaba un nuevo decreto por el cual los militares pueden arrestar e interrogar a civiles sin orden judicial.“Supone un retorno a la ley de emergencia, que dijeron que acabó el 1 de junio. Y además vuelven a considerar delitos la difamación, la manifestación ilegal, la huelga no reconocida, lo que certifica que Egipto es un estado militar”, explica el periodista sobre el terreno Marc Almodóvar.

Elecciones amparadas por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas

Los grupos revolucionarios se muestran divididos ante los comicios. Algunos, como un sector del movimiento 6 de Abril, llaman al boicot porque consideran que unas elecciones celebradas bajo el paraguas de la Junta Militar no pueden tener legitimidad. Otros, sin embargo, apuestan por un voto anti-Shafiq.

“No queremos ni el fascismo del régimen ni el fascismo de la religión” o  “no queremos escoger entre los dos demonios” son algunos de los lemas más escuchados en la calle egipcia. Difícil vaticinar lo que ocurrirá en los próximos días, aunque sí se prevé una baja participación electoral (en la primera vuelta fue de un 46,4%).

“Lo que es significante es que el futuro presidente de Egipto sólo habría conseguido en torno al 11% del total de votos potenciales en la primera vuelta, que refleja un apoyo muy minoritario del conjunto de la población”, argumenta Haizam Amirah-Fernández.

La Comisión Electoral, papel central

A pesar de que siete de los doce candidatos que concurrieron en los comicios presentaron recursos ante la Comisión Electoral por fraude e irregularidades (difuntos en las listas, compra de votos, etc…), no pudo llevarse a cabo ninguna investigación independiente porque las resoluciones de dicha Comisión son inapelables.

Y hay que añadir el bajo número de observadores internacionales que vigilaron la primera vuelta: “Los del Instituto Carter fueron 102  para 13.000  centros electorales. Y los observadores egipcios, todos juntos, llegaban con suerte a cubrir uno por centro”, cuenta Marc Almodóvar.

“Tampoco hay que olvidar –matiza la investigadora de Casa Árabe, Rocío Vázquez- que el presidente de la Comisión es un exmilitar, un alto oficial nombrado por Mubarak en 2009 y que tiene que preservar sus intereses”. Se trata de Faruk Sultán, quien también preside el Tribunal Supremo Constitucional.

“Si algo ha caracterizado el proceso electoral ha sido la falta de transparencia, la confusión y el incumplimiento de normas básicas en cualquier elección democrática”, apunta Amirah-Fernández.

Violaciones de derechos humanos

Muchas organizaciones internacionales siguen denunciando violaciones cometidas a los derechos humanos en este país, donde cerca de un millar de personas perdieron la vida en 2011, víctimas de la represión.

Otros 12.000 civiles han sido juzgados por tribunales militares. "Varios activistas han pasado por la cárcel por el simple hecho de criticar a los altos mandos de las Fuerzas Armadas o por denunciar los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad", relata la periodista y especialista en Mundo Árabe, Olga Rodríguez.

Encima de la mesa, la promesa del Ejército (que recibe 1.300 millones de dólares anuales de EE.UU.) de ceder el poder a una autoridad civil el 1 de julio. Tarea complicada con un Parlamento disuelto. Muchos hablan ya del 'secuestro de la revolución egipcia'. Seguramente este viernes, en las marchas que ya se han convocado hacia Tahrir, se vuelvan a escuchar consignas que pidan la caída de la cúpula militar puesto que las demandas de los manifestantes continúan sin cumplirse.