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Grecia, Irlanda y Portugal: los rescates de la zona euro no han dado los resultados previstos

  • Los dos rescates a Grecia (240.000 millones) no evitan la depresión
  • La posibilidad de que Atenas abandone el euro ya no es un tabú
  • Irlanda pidió ayuda (85.000 millones) al caer su banca 
  • El principal problema de Portugal (78.000 millones) es el paro

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Tres miembros de la zona euro que se han visto obligados hasta ahora a pedir un rescate a sus socios de la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI): Grecia (que ha recibido 240.000 millones de euros en total), Irlanda (85.000 millones) y Portugal (78.000 millones).

Los tres fueron rescates al conjunto del país al no poder acceder a los mercados para financiarse a un interés asumible. Entonces, UE y FMI acordaron prestar una cantidad millonaria para suplir esa falta de dinero del exterior a cambio de reformas, recortes y reestructuraciones varias.

A día de hoy no está claro que alguno pueda acceder a los mercados en el plazo previsto para cada uno. Es más, Grecia ha tenido que solicitar un segundo plan de ayuda (quita de su deuda incluida) y ya se habla de un tercero o de su salida del euro. 

Portugal, según algunos analistas, también podría necesitar más ayuda en 2013. Irlanda es el caso más prometedor, pero el país no puede salir a los mercados aún. La mayoría de sus ciudadanos han sufrido un empobrecimiento generalizado.

Irlanda: los bancos hundieron al país

El caso de Irlanda es el más parecido, aunque a diferente escala, al de España porque ambos países se han visto afectados por el estallido de una burbuja inmobiliaria que ha afectado a su sistema financiero.

Dublín pidió auxilio en noviembre de 2010 por la desastrosa situación de sus bancos, afectados por el 'ladrillo' y la quiebra de Lehman Brothers. Comenzó inyectando 5.500 millones de euros en sus tres principales bancos en diciembre de 2008 y acabó dando ayudas estatales por valor de 50.000 millones de euros (una tercera parte de su PIB, mucho más inferior al de España), lo que elevó el déficit público irlandés desde el 14,3% de 2009 hasta el 32,4% del PIB en 2010.

Sus socios aprobaron 85.000 millones de euros en ayudas, parte de los cuales vinieron de fuera de la eurozona (Reino Unido, Dinamarca y Suecia), con los que sanear y reactivar su economía.

El paro en Irlanda se mantiene en el 14% desde hace año y medio

Un año y medio después, la situación económica del país tiene sus luces y sus sombras. La deuda pública de Irlanda, que pasó del 65,6% (2009) al 96,2% (2010), sigue subiendo y en 2011 fue del 108,2% de su PIB. El déficit, sin embargo, se ha reducido de forma considerable y ha caído hasta el 13,1% del PIB en 2011.

Desde noviembre de 2010, el paro se ha mantenido más o menos igual. La tasa ha bajado una décima, hasta el 14,2%. El comportamiento del desempleo juvenil ha sido mejor y se ha reducido desde el 29,1% al 27,5% de abril, último dato ofrecido por Eurostat.

La economía irlandesa se encuentra en recesión después de haber salido de ella en el primer semestre de 2011: Dublín acabó el pasado año con dos caídas trimestrales del PIB.

Dublín también ha logrado reducir su prima de riesgo, que llegó a  superar los 1.000 puntos básicos, hasta los 700 actuales.  La  rentabilidad de su bono a 10 años en el mercado secundario es ahora del  8,3%, un nivel aún insostenible y que no permite al país salir a los  mercados.

A cambio de todo esto, más impuestos, despidos de funcionarios y recortes en los Presupuestos para cumplir con los compromisos monetarios.

Portugal: efecto contagio y el paro desbocado

Ajustes muy duros también los que está sufriendo la población portuguesa a cambio de recibir los 78.000 millones de euros de sus socios aprobados en mayo de 2011.

Entre otras medidas, el Gobierno de Pedro Passos Coelho, que ganó las elecciones celebradas tras la petición de rescate, suspende las jubilaciones anticipadas hasta 2014, privatiza empresas públicas, suprime las dos pagas extra a los funcionarios y pensionistas, aumenta la jornada laboral en el sector privado, reduce el número de festivos, sube impuestos como el IVA, congela salarios, recorta el gasto sanitario y rebaja las prestaciones por desempleo.

Portugal fue el tercer país en pedir el rescate europeo y se vio arrastrado por las crisis de Grecia e Irlanda. Era el eslabón más débil entonces del euro y los mercados le exigían una rentabilidad del 8,5% para su bono a 10 años en el mercado secundario, un nivel insostenible.

Portugal ha subido impuestos, bajado sueldos, privatizado empresas...

Un año después, y a pesar de que Lisboa está cumpliendo con todos los ajustes impuestos, la situación macroeconómica del país es peor. Con la prima de riesgo en el entorno de los 1.000 puntos básicos, la rentabilidad del bono es del 11% (si bien llegó al 17% durante estos meses pasados).

El paro es la mayor preocupación en Portugal, que ve cómo mes a mes supera todos los récords. La tasa ha pasado del 12,6% al 15,2% en un año.  Más ha subido el desempleo juvenil: hasta el 36,6%, ocho puntos más en solo doce meses.

La deuda pública es otro aspecto que ha empeorado: del 83% de su PIB en 2009 al 107,8% en 2011. Y el país no ha logrado salir de la recesión en la que entró a finales de 2010.

Lo positivo, que lo hay también, es la reducción del déficit público del 9,1% del PIB en 2010 al 4,2% en 2011, por debajo de lo previsto (5,9%). Y otro dato prometedor es la reducción del interés en sus emisiones de deuda a tres, seis y doce meses a niveles, en algún caso, anteriores al rescate.

Grecia: problema sin solucionar

Grecia fue el primer país del euro en tener que pedir el rescate. Lo hizo en el mes de abril de 2010. Desde entonces el país heleno ya ha visto cómo la zona euro ha aprobado dos rescates para su economía, incluida una quita de su deuda pública, por valor de más de 240.000 millones de euros.

A cambio, una economía tutelada y una infinidad de medidas austeridad que no permiten vislumbrar el final de su grave crisis. Desde 2010 no para de subir el coste de la vida, aproximadamente un 10%  según los datos oficiales de inflación. Se han subido impuestos y se han  creado otros.

El país heleno vive en una depresión. La economía se ha hundido aproximadamente un 20% desde finales de 2008. En los dos últimos años de recortes, según Efe,  el salario medio de los griegos se ha reducido en torno a un 30%.

Uno de cada tres griegos vive por debajo del umbral de la pobreza relativa

Uno de cada tres griegos vive por debajo del umbral de la pobreza relativa (ingresos menores de 4.264 euros anuales para un hogar de un solo miembro) y el número de personas sin hogar supera ya los 20.000, algo desconocido en el país hasta hace pocos años, señala Efe.

Con todas esas medidas el déficit público solo ha logrado pasar del 15,4% en 2009 al 9,1% en 2011. Pero ese es el menor de los problemas para un país cuya tasa de paro ha pasado del 12,2% al 21,7% en dos años y cuyo desempleo juvenil es el más alto de la UE (52,7% frente al 31,9% de hace dos años).

Sin un Gobierno que pueda tomar decisiones, Grecia está a la espera de que se repitan las elecciones generales el próximo 17 de junio después de que los comicios de mayo no otorgaran la mayoría ni a los partidarios de seguir aplicando las medidas de austeridad ni a los que apuestan por un cambio.

Y mientras, los mercados no dan tregua: la prima de riesgo helena ronda los 2.700 puntos básicos y el bono a 10 años renta a casi el 30%.

Con estos datos, en estas condiciones, la salida del euro de Grecia ha dejado de ser un tabú y ya se ha planteado abiertamente por todos los organismos internacionales. Si Atenas deja la moneda común, el proyecto del euro e incluso la propia UE estarían en peligro.