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La rentabilidad del bono a 10 años y la prima de riesgo, indicadores de la confianza de un país

  • El interés del bono a 10 años es el termómetro de la confianza en un país
  • Su rentabilidad en el mercado secundario marca cómo irá la siguiente subasta
  • La prima de riesgo puede bajar y la rentabilidad del bono subir, lo que es malo

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La prima de riesgo de España por encima de los 500 puntos básicos es algo que no se veía desde que España entrara en el euro. El dato es aún peor si vemos que desde principios de abril no baja de los 400 puntos.

Que este indicador, que marca la diferencia entre la rentabilidad de los bonos alemanes a 10 años y la de otros países del mismo plazo (como España), sea tan elevado no es bueno: 100 puntos básicos equivalen a un 1%, lo que significa que 500 puntos es un 5%. Un 5% más de interés que exigen los mercados para comprar tu deuda en el mercado secundario.

Si sube la rentabilidad del bono indica que vas a pagar más en en la siguiente subasta de deuda

En noviembre, la prima era más baja (unos 480 puntos básicos) y el bono español a 10 años rozaba el 6,7%,  máximo histórico de la era euro. Para los analistas, lo más importante es que el bono no se dispare.

La prima de riesgo  puede subir por tres motivos: porque baje la rentabilidad del bono  alemán, porque suba la del bono español o por una combinación de ambas. Siendo importante que la prima de riesgo baje, lo es aún más que la rentabilidad del bono sea menor. De hecho el bono puede subir y la prima de riesgo bajar.

"El interés del bono a 10 años es un indicador de lo que vas a pagar en la siguiente subasta de deuda", indica Soledad Pellón, analista de IG Markets. "La rentabilidad del mercado secundario se ajusta al mercado primario, lo que el Tesoro Público va a tener que ofrecer para que los inversores compren los bonos", señala Ignacio Cantos, analista de atl Capital.

Mercado primario y mercado secundario

Hay dos tipos de mercado de deuda: el primario y el secundario. En el mercado primario, el Estado vende deuda a un tipo de interés. De manera general, y sin entrar en detalles más técnicos, el Tesoro pide una cantidad (por ejemplo 1.000 millones de euros) a devolver en un plazo (por ejemplo 5 años). 

Los bancos, los particulares y las empresas le piden una rentabilidad (por ejemplo, un 4,5%) para dárselo, cantidad que suele pagarse al final, cuando acaba el plazo.

"En el mercado secundario, los que han acudido a ese mercado primario (los que tienen bonos) pueden venderlos y comprar otros.  Es algo parecido a lo que ocurre en la bolsa, donde puedes comprar acciones de cualquier compañía", señala Soledad Pellón.

Y aquí entra en juego el sentimiento, la confianza o miedo, que te inspire un país. Si el bono vale menos,  la rentabilidad se dispara. "Pero el Estado no paga más por el aumento de ese interés", recuerda Pellón. El problema vendrá en la siguiente subasta de deuda, donde se le exigirá más remuneración.

Un incremento del tipo interés en el mercado secundario, que está abierto todos los días, pone de manifiesto el aumento de la desconfianza en un  país.

El punto de no retorno

Se considera que un país no puede continuar sin ayuda exterior cuando su bono se instala en el 7%. "Fue el nivel del rescate de Grecia, Irlanda y Portugal, por eso se marca", señala Nuria Álvarez, de Renta 4. "Se considera que es un punto de no retorno porque de ahí al 8%, al 9% o al 10% solo hay un paso por el pánico que se genera en los mercados", apunta Soledad Pellón, analista de IG Markets.

Se considera que es un punto de no retorno un interés del 7%

Para cada país es diferente porque para España puede ser más, depende de cuánto debas y cuántos sean tus ingresos. Al igual que en una familia no es lo mismo tener varios créditos ganando poco que solo tener uno cobrando mucho, lo mismo ocurre para un país. "Y España puede seguir endeudándose más respecto a su PIB: todavía está por debajo de la media europea", señala Pellón.

Ignacio Cantos, analista de atl Capital, considera fundamental "no obsesionarse con cifras" y recuerda que hace 10 o 15 años el interés era igual o superior, aunque bien es verdad que con la peseta, una moneda que, por ejemplo, se podía devaluar.