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Los bonos de proyecto y el refuerzo del BEI, únicos acuerdos de la Cumbre europea

  • La fase piloto de los llamados 'mini-eurobonos' contará con 230 millones
  • Se quiere ampliar el capital del Banco Europeo de Inversiones en 10.000 millones

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Uno de los pocos acuerdos de la Cumbre informal de este miércoles ha sido el respaldo a los llamados 'bonos de proyecto', instrumentos que se utilizarán para financiar proyectos europeos de infraestructuras, y cuyo objetivo es atraer a los inversores privados hacia planes para el desarrollo de los transportes, la energía y las tecnologías de la información.

Los líderes políticos de los Veintisiete han bendecido el acuerdo cerrado ya con el Parlamento Europeo para poner en marcha este verano la fase piloto de esos bonos, que contará con una garantía financiera de 230 millones de euros durante 2013 aportada por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la UE.

En el actual contexto de una fuerte restricción del crédito, las instituciones europeas confían en que esas garantías -respaldadas por una solvencia de triple A- ofrezcan suficiente seguridad a los inversores privados para que aporten su dinero. Así, sus cálculos multiplican por 15 o 20 esos 230 millones de euros, lo que significa que se podrían movilizar hasta 4.600 millones de euros de inversión privada.

Según las últimas estimaciones de la Comisión Europea (CE), se necesita 1,5 billones de euros para atender las necesidades en infraestructuras de transporte, energía y redes de tecnologías de la información en la UE durante el decenio 2010-2020.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha apoyado estos bonos y ha defendido que se destinen a proyectos a países "que necesitan inversiones con urgencia, como Grecia, Portugal, Italia y España".

¿Germen de los eurobonos?

Aparte de la movilización de fondos, estos bonos de proyecto cuentan con un fuerte valor simbólico, ya que con ellos -por primera vez- se captará dinero en el mercado utilizando la garantía de la UE como conjunto.

Eso podría ser el germen -según los expertos más europeístas, que los llaman 'mini-eurobonos'- de los eurobonos, es decir, de la emisión de deuda soberana conjunta de los países de la zona euro, la apuesta más fuerte del nuevo presidente francés, François Hollande, que le ha enfrentado a la canciller alemana.

Merkel es firme detractora de esos títulos que, al mutualizar la deuda de los 17 miembros del euro, unirían la suerte de todos ellos en el mercado de la deuda, compensando el elevado riesgo de países como Grecia, Portugal, Italia o España con la seguridad que garantizan Estados como Alemania o Holanda.

Esos países con menos problemas de deuda son más reticentes con los eurobonos y, por extensión, se han resistido a la creación de los bonos de proyecto. Finalmente, han aceptado estos últimos a cambio de algunos cambios, como el de evaluar su funcionamiento en 2013, en lugar de hacerlo en 2015 como proponía la Comisión Europea.

El BEI, nuevo actor principal del crecimiento

La Cumbre informal sobre Crecimiento celebrada este miércoles en Bruselas también ha pedido al BEI que amplíe su capital el próximo mes de junio "para poder financiar proyectos en la UE", según la declaración del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que lo encuadra en un paquete de medidas destinadas a impulsar la inversión y facilitar el acceso de las pymes a financiación.

La Comisión Europea propone que esa ampliación podría alcanzar los 10.000 millones de euros. Ese incremento "permitiría al BEI aumentar su capacidad de préstamo en 15.000 millones al año durante los próximos 4 años, hasta dejarla en 65.000 millones anuales", ha calculado el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso.

Según ha explicado Durao Barroso, ya se ha debatido con el BEI "la posibilidad de utilizar los fondos estructurales de la UE como garantía, para que el BEI pueda realmente desempeñar un papel aún más importante al servicio de la economía real".

El presidente del BEI, Werner Hoyer, se muestra de acuerdo con esa ampliación y ya ha mantenido contactos con varias direcciones generales de la CE para que el Banco ocupe un papel central en las nuevas políticas de crecimiento.

Sin embargo, varios países -Alemania, Suecia y Austria- se muestran contrarios a esa ampliación, ya que los fondos para realizarla deberían salir de los preuspuestos nacionales, lo que repercutiría en los niveles de deuda pública. Además, recuerdan, en la actualidad no hay suficientes proyectos con la calidad adecuada listos para ser financiados.

Avanzar en la Unión Económica y Monetaria

Desde hace meses, la CE ha pedido a los diferentes gobiernos que definan una lista de proyectos viables y lo suficientemente importantes como para ser financiados con los nuevos fondos del BEI.

Finalmente, aunque con menos concreción, los Estados Miembros se han puesto de acuerdo en la necesidad de iniciar una nueva fase de la Unión Económica y Monetaria, que refuerce la unión económica de modo que respalde a la monetaria.

Sobre ese punto, los presidentes del Consejo, de la CE y del Banco Central Europeo presentarán un informe sobre las formas para lograrlo que incluya las debatidas en esta cumbre informal, como los eurobonos, una mayor integración en la supervisión bancaria y un sistema comunitario de seguros de depósito.