Enlaces accesibilidad

Le Pen condiciona su apoyo a Sarkozy a que respalde al Frente Nacional en las legislativas

  • Quiere que apoye a sus candidatos que se enfrenten con la izquierda en junio
  • Los votos de Le Pen se hacen indispensables para la supervivencia de Sarkozy
  • El centrista Bayrou critica los guiños del presidente y se acerca a Hollande

Por
Montaje de dos imágenes de Marine Le Pen y Nicolás Sarkozy.
Montaje de dos imágenes de Marine Le Pen y Nicolás Sarkozy.

La presidenta del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, ha condicionado este jueves el voto de su militancia a favor de Nicolás Sarkozy en la segunda vuelta de las presidenciales al apoyo que pueda recibir de éste en las legislativas de junio.

En una entrevista concedida a la emisora RTL, ha indicado que antes de pronunciarse espera del presidente y aspirante a la reelección, Nicolás Sarkozy, y del secretario general de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean François Copé, una respuesta clara al respecto.

"Espero a que Sarkozy y Copé respondan si en caso de duelo entre el FN y el Partido Socialista en las legislativas preferirían que fuera elegido un diputado socialista o uno del Frente Nacional", ha apuntado la ultraderechista.

Tras los resultados históricos logrados el pasado domingo, el Frente Nacional tiene ahora como principal objetivo volver al parlamento por primera vez desde 1986, cuando un breve experimento con la representación proporcional le proporcionó 35 diputados.

El reto de las legislativas

Las elecciones a la Asamblea Nacional se articulan en dos vueltas, como las presidenciales, de forma que las candidaturas más votadas -en este caso las que superan el suelo del 12,5%- pasan a la segunda vuelta.

Según las cifras del domingo, el Frente Nacional podría pasar a esa segunda vuelta en 345 de las 577 circunscripciones, lo que dividiría el voto de la derecha,

Varios miembros del gobierno de Sarkozy y sus asesores han rechazado cualquier alianza con el Frente Nacional, aunque no han descartado la posibilidad de que la UMP deje al partido de Le Pen luchar en solitario con los socialistas en ciertas circunscripciones.

Tradicionalmente, el partido de Le Pen ha visto cómo sus buenos resultados en las presidenciales se han visto eclipsados por sonoros fracasos en las legislativas, que se celebran unas semanas después de las primeras desde 2002.

En esa fecha su padre, Jean-Marie Le Pen, consiguió el hito histórico de pasar a la segunda vuelta por delante de los socialistas, pero después solo consiguieron pasar nueve de sus candidatos, que no lograron ningún escaño.

Pide respeto a sus votantes

Además, Marine Le Pen ha lamentado que los proyectos que  ofrecen tanto Sarkozy como el socialista François Hollande ofrezcan una  futura presidencia del país que vaya a estar marcada a su juicio por la "dictadura" de la Unión Europea.

"No habrá una presidencia, sino una gestión vaga bajo la dictadura de  la UE", ha indicado en esa emisora, donde ha considerado que la única  capacitada de ejercer la jefatura del Estado es ella por ser la única  capaz de defender la soberanía del país.

La ultraderechista ha criticado también el "desprecio" con el que ambos candidatos, aseguró, han tratado a sus electores.

Para la líder del FN, el hecho de que ambos indicaran que el voto dirigido a su partido fuera "de cólera y desesperanza" refleja que los dos finalistas "no han entendido nada" sobre las aspiraciones de la población.

"Mi voto fue uno de esperanza y de adhesión a los principios  expresados desde hace años", ha asegurado Le Pen, que ha criticado  además que históricamente se haya tratado a sus militantes de xenófobos y  de estar fuera de la República y por cuestiones electorales se busque  ahora el apoyo de ese mismo colectivo.

Lo cierto es que ahora esos 6,4 millones de votos son cortejados por ambos candidatos, aunque fundamentalmente por Sarkozy, que está a entre seis y diez puntos de distancia de Hollande

Críticas centristas

Sarkozy necesita en torno al 80% de los votantes de Le Pen para evitar la derrota, según las últimas estimaciones, pero las encuestas realizadas el pasado domingo mostravan que solo entre el 44 y el 60% de los votantes de Le Pen tenían planeado votar a Sarkozy en 2012, menos del 70% que lo hicieron en 2007.

Mientras, su cortejo a la extrema derecha parece que empieza a pasarle factura por el centro, donde su candidato, François Bayrou, que logró un 9,1% de los votos, ha acusado al presidente saliente de ser "absurdo" y "ofensivo" por comparar a sus votantes con los del Frente Nacional.

En una carta abierta hecha pública el pasado miércoles ha hecho un llamamiento a una política más civilizada, limpia y moderada, en lo que parece ser una forma de inclinarse hacia Hollande sin apoyarle de manera explícita.