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Hollande compite con Sarkozy por el voto de Le Pen y dice que "viene de la izquierda"

  • Sarkozy promete reducir a la mitad el número de extranjeros cada año
  • Hollande se niega a celebrar el debate propuesto por cuatro radios generalistas

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Sarkozy se centra en la segunda vuelta de las elecciones con más guiños a la extrema derecha

"No podemos seguir recibiendo tantos extranjeros". Con esta frase, apenas 48 horas después de la primera vuelta de las elecciones, el candidato a su reelección en la Presidencia de Francia, Nicolas Sarkozy, ha dejado claro que tratará de conquistar el voto de la extrema derecha sin tapujos.

El 17,9% de apoyos al Frente Nacional de Marine Le Pen jugarán un papel clave en la segunda ronda de los comicios presidenciales. El respaldo del electorado ultraderechista es la única opción de Sarkozy -que perdió ante François Hollande en primera vuelta- para ganar el próximo 6 de mayo.

Y para ello, el aspirante conservador no ha dudado en escorarse a la derecha en su discurso sobre inmigración y seguridad. Así, en una de sus primeras declaraciones públicas ha señalado a la televisión pública "France 2" que quiere reducir a la mitad el número de foráneos llegados cada año y someter a "un examen de francés a toda persona que quiera venir a Francia" para garantizar que será capaz de integrarse, al tiempo que ha advertido de que la intención su rival es "regularizar a todo el mundo".

Además, le ha acusado de querer "escaparse" de celebrar debates.  Más allá de la confrontación de ideas, Sarkozy parece querer llevar a cabo una estrategia para desestabilizar a Hollande con ataques personas personales, aprovechándose de la inexperiencia de su adversario, que ha ocupado casi todos los cargos posibles en el Partido Socialista, pero nunca ha desempeñado una función ministerial.

"¿Por qué quiere Sarkozy los debates? Porque está en mala posición,  pero eso no justifica que se cambien las reglas", ha respondido el  socialista, que se ha negado a celebrar el debate propuesto por las cuatro grandes radios generalistas francesas "Europe 1", "France Inter", "RMC" y "RTL". Sin embargo, sí asistirá al tradicional cara a cara en la televisión pública que, seguramente, tendrá lugar el próximo 2 de mayo, aunque no hay confirmación oficial de la fecha todavía. 

Sarkozy, que cosechó un 27,18 % de los votos en primera vuelta, por detrás del candidato socialista (28,63 %), ha negado Le Pen vaya a ser "el árbitro de la segunda vuelta", a pesar de haber logrado un resultado histórico en la primera ronda,  con casi el doble de votos respecto a los últimos comicios presidenciales.

"Nadie piensa que Marine Le Pen, ha señalado el presidente-candidato, quien ha estimado que esos 6.421.802 electores depositaron en la urna "un voto de crisis". El ascenso de la extrema derecha en Francia responde a "una forma de decir a los otros: 'tened cuenta de nuestra situación'", ha agregado. Se trata, según el análisis del candidato, del la consecuencia de "cuatro años de crisis fenomenal".

Sin embargo, lo cierto es que sin el voto del electorado de Le Pen, Sarkozy no tiene posibilidades de competir con Hollande, que cuenta con el respaldo del bloque izquierdista-ecologista y que también tiene opciones de ganarse los apoyos del centrista François Bayrou y de parte de los votantes ultraderechistas.

Hollande, a por el voto agrícola y descontento

De hecho, el socialista a la Presidencia de Francia, no ha dado ni mucho menos por pérdido al electorado de la extrema derecha, y este martes, ha asegurado que una parte del apoyo de Le Pen, viene "de la izquierda" y que parte de sus votantes reflejan la "cólera social".

En una entrevista publicadaen el diario Libération, Hollande ha afirmado que parte del electorado de Le Pen "viene de la izquierda y debería volver a encontrarse al lado del progreso, de la igualdad, del cambio, del esfuerzo compartido y de la justicia, porque está contra los privilegios, contra la globalización financiera, contra una Europa desfallecida".

"Me toca convencerles de que es la izquierda quien les defiende", ha señalado Hollande, quien entiende que la radiografía del electorado del ultraderechista Frente Nacional ha cambiado en los últimos años.

"Es menos alto en un cierto número de ciudades y más fuerte en los territorios rurales", ha indicado Hollande, cuya conclusión es que existe "un voto de descontento agrícola" y electores de derechas que "han querido sancionar" al presidente saliente dirigiéndose hacia Le Pen. Según su análisis son un "electorado de sufrimiento, compuesto de asalariados, artesanos y obreros que viene en un verdadero sentimiento de abandono".

"Es mi responsabilidad dirigirme rápidamente a esos electores que no se adhieren necesariamente a las ideas del Frente Nacional, la obsesión de la inmigración, en particular, pero que expresan, sobre todo, una cólera social", ha afirmado, al tiempo que ha subrayado que su prioridad es reunir el voto de izquierda en torno a su candidatura en la segunda y definitiva vuelta, el próximo 6 de mayo.

"El error que no cometeré será hablar a los otros y olvidarme de los nuestros", ha afirmado Hollande, lanzando un guiño a los votantes del candidato del Frente de Izquierdas, Jean-Luc Mélenchon, y a los ecologistas.

Sarkozy vuelve a atacar a España

Sarkozy, por su parte, no ha querido desaprovechar la oportunidad, como viene siendo habitual en campaña, de comparar la  situación de Francia con los países de la Unión Europea más  afectados por la crisis y, en particular, ha vuelto a fijar sus críticas en España.

"Miren la situación de España, de Portugal, de Grecia, de Irlanda.  ¿Creen que el poder adquisitivo de los españoles ha sido preservado?",  se ha pregundao el aspirante conservador, recordando que hace unos años a España se le  presentaba como "el milagro de Europa" mientras que ahora tiene "un 23 %  de paro", una tasa netamente superior al dato de Francia, que ronda el  10 %.

Sarkozy ha destacado, además, las dificultades del país vecino en materia de  déficit público, pues "había prometido 6 % de déficit y está al 8".