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La misión de Annan se vuelve casi imposible tras entrar su plan en vía muerta

  • Las nuevas condiciones del régimen alejan la posibilidad de su aplicación
  • Las cancillerías internacionales trabajan ya en una nueva fase
  • La táctica de dilación de Damasco puede enterrar la vía diplomática
  • Una guerra civil total empieza a dibujarse como inevitable

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Continúa la violencia en Siria pese al alto al fuego pactado con la ONU

Los seis puntos de Annan

1. Diálogo político: establecer un "proceso político abierto, dirigido por los sirios" y designar a un "interlocutor" válido para todas las partes.

2. Fin de la violencia: alto el fuego efectivo bajo la supervisión de la ONU.

3. Ayuda humanitaria: coordinar una pausa diaria de dos horas para garantizar la entrega de ayuda humanitaria a todas las áreas afectadas por los combates.

4. Fin de las detenciones arbitrarias: multiplicar los esfuerzos para evitar detenciones arbitrarias y facilitar la comunicación y el acceso de los lugares de internamiento.

5. Libertad de prensa: asegurar que los periodistas pueden circular con libertad por todo el país y establecer una política de visa de no discriminación hacia ellos.

6. Libertad para los sirios: respetar la libertad de asociación y el derecho a la protesta pacífica.

El plan de paz de seis puntos propuesto por el enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Kofi Annan, preveía que a partir de este martes 10 de abril los tanques y las tropas de Bachar el Asad se retirasen de los bastiones rebeldes pero los intensos bombardeos de los últimos días y las nuevas condiciones añadidas por el régimen sirio no hacen prever que el sonido de las bombas deje de ser parte de la vida diaria de los habitantes de provincias como Idleb o Hama.

Sobre el papel, el ejército debe empezar una retirada de dos días de duración que abonaría el terreno para un alto el fuego real a partir del 12 de abril. Sin embargo, el propio papel se ha convertido en el principal obstáculo de última hora, ya que Asad ha pedido garantías escritas a la oposición de que cumplirán con su parte, algo rechazado de plano por el Ejército Libre Sirio, que solo está dispuesto a darle esos compromisos a la comunidad internacional.

"Anunciamos el cese de nuestras operaciones contra el ejército del régimen a partir del 10 de abril y respetaremos esta promesa si el régimen se compromete a respetar las claúsulas del plan", ha declarado a Afp el portavoz del Ejército Libre Sirio, el coronel Kassem Saadeddine.

Táctica de dilación

Pero la brutal ofensiva desatada en las últimas jornadas sobre bastiones como Hama y la zona fronteriza de Idleb, que ha llevado incluso al ejército a atacar a refugiados dentro de suelo turco, muestran que al menos por el momento el cese de la violencia no está en la agenda de Damasco.

"El régimen pensaba que para el 10 de abril habría recuperado el control de las ciudades rebeldes. Como no ha sido el caso, trata de ganar tiempo", ha asegurado a Afp el presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, que considera que el fracaso del plan de Annan aboca a Siria "a una larga guerra civil".

La tactica, según el analista del centro francés de investigaciones Gremmo Frederic Balanche es "decir sí pero pensar no". "Aceptan el plan de Annan pero después empiezan a pedir pequeños detalles, claúsulas suplementarias", ha defendido en declaraciones a Afp.

Así, las garantías escritas pedidas por Asad sería, según Balanche, una condición que los rebeldes considerarian inaceptable, de forma que se pondría en peligro todo el acuerdo.

"Juega con el tiempo y se divierte con la diplomacia internacional. Al mismo tiempo, hay una escalada de violencia y el régimen gana el tiempo precioso", resume Salman Shaij, director del Centro Brookings de Doha (Catar) en una entrevista a Afp.

Este experto recuerda que no es la primera vez que Asad opera de esta forma: el pasado mes de noviembre aceptó "sin reservas" un plan de paz de la Liga Árabe que incluía observadores de la región y que preveía una paralización total de la violencia.

Sin embargo, la misión fracasó y la Liga Árabe radicalizó su postura tras constatar que el régimen no solo no cumplía los términos sino que aprovechaba el telón de fondo de la misión de paz para intensificar su ofensiva.

"El régimen sirio no entiende de compromisos. Su lema es 'domina o muere'", diagnostica el experto en Oriente Medio de la Universidad de Boston Richard Norton en declaraciones a la agencia Reuters desde Damasco.

¿Última oportunidad diplomática?

El problema es que la hoja de ruta del ex secretario general de la ONU guarda un delicado equilibrio entre las dos posturas enfrentadas en la comunidad internacional: la que defiende la caída del régimen de Asad e incluso proporcionar armas a los rebeldes (que sostienen las potencias occidentales y los países del golfo) y la contraria a cualquier intervención internacional y que coloca a ambas partes en igualdad de condiciones (China y Rusia, con Irán como principal sostenedor del régimen de los Asad).

Así, Annan ha condenado de la forma más firme posible la violencia del régimen y ha rechazado cualquier condición previa de Damasco, pero ha criticado por contraproducente el envío de armas a los rebeldes y ha enterrado de facto planes como el de la Liga Árabe,  que condicionaba el diálogo a la renuncia de Asad en favor del vicepresidente.

"Damasco ya no puede seguir mintiendo. El plan de Annan ha fracasado pero el régimen está aún más aislado.  Piensa que gana tiempo pero está al borde del volcán", añade el director de la Brookings en Doha.

De esta forma, su fracaso puede aumentar la polarización de la crisis, colocar a China y Rusia en una posición casi imposible y provocar una radicalización de los planteamientos de los países árabes.

"Es la hora de la verdad para Rusia y China. Se necesita un consenso para adoptar otra forma de diplomacia que ejerza presiones insufribles sobre el régimen", defiende Shaij.

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, ha asegurado que el plan de Annan es la "última oportunidad" que tiene el Gobierno de Bachar al Asad para lograr una "solución negociada" al conflicto y se ha mostrado poco optimista ante la perspectiva que Damasco cumpla los plazos pactados.

"Si el Gobierno sirio vuelve a rechazar el cumplimiento de sus  compromisos, si vuelve a romper las promesas hechas y a incrementar las  matanzas, entonces estará claro que no existe esperanza de lograr una solución diplomática", ha dicho Rice en una entrevista a la CNN.

La posibilidad de guerra civil gana fuerza

Pero el régimen sirio sabe también que, pese a que hay opciones sobre la mesa como una zona de exclusión aérea o un corredor humanitario, lo cierto es que Occidente es a día de hoy alérgico a toda intervención militar, el único factor que por el momento puede desequilibrar la balanza en favor de unos rebeldes que, según decía recientemente el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, no pueden ganar al ejército "ni armados hasta los dientes".

Por el momento, Annan visitará dos campamentos de refugiados en Hatay, al sur de Turquía, donde hay 35.000 personas. Hasta sus inmediaciones han llegado los disparos del régimen sirio, que ya no entiende de fronteras, conscientes de que apura sus últimas horas de 'tregua' diplomática.

"El 10 de abril ya no es válido",  sentenciaba el viceministro de Exteriores turco, Naci Koru, este lunes, para señalar a renglón seguido que a partir de ahora el conflicto entraba en una nueva fase a la que no ha puesto ni nombre ni apellidos.

El peor escenario, que sin embargo, es el más probable, es que la situación evolucione hacia una guerra civil

Richard Norton, de la Universidad de Boston, sí: "Siria continuará su camino inexorable hacia una guerra civil total especialmente dado que el riesgo de que una intervención extranjera pare el baño de sangre es cero".

En este sentido se ha pronunciado también la embajadadora de Estados Unidos ante la ONU. Susan Rice ha apuntado que "el peor escenario, que sin embargo es el más probable, es que la situación evolucione hacia una guerra civil a gran escala".