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La caza masiva y no el cambio climático acabó con los canguros gigantes

  • Se pensaba que la megafauna australiana se extinguió por otras causas
  • Ahora un estudio señala que la caza fue lo que acabó con ellos

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Un mega-marsupial hervívoro, el 'Diprotodon optatum'.
Un mega-marsupial hervívoro, el 'Diprotodon optatum'.

Hace unos 40.000 años, desaparecían los canguros gigantes de Australia. Lo mismo pasó con otros enormes marsupiales, aves y reptiles supergigantes. La megafauna se extinguió en el continente. Ahora un nuevo estudio señala como únicos culpables a los cazadores humanos y la pista la han dado los restos de un hongo que se extinguió con los enormes animales.

Hasta ahora existían varias hipótesis sobre la extinción de los  vertebrados gigantes de Australia pero un equipo de  investigación australiano confirma ahora, en un estudio que se publica  en Science esta semana, que los cazadores acabaron con estos  animales.

Estos animales sufrieron un declive a lo largo de 2.000 a 3.000 años

La llegada de los humanos a Australia supuso un antes y un después en  la vida de los grandes vertebrados. Estos animales sufrieron un declive  a lo largo de 2.000 a 3.000 años, y se extinguieron debido a la  persecución realizada por los humanos.

“Estos grandes animales pudieron haber sido muy susceptibles a los  efectos de la caza, porque se reproducían muy lentamente y necesitaban  mucho tiempo para crecer y tener crías”, asegura a la agencia SINC Christopher  Johnson, uno de los autores del estudio e investigador en la Escuela de  Zoología de la Universidad de Tasmania (Australia).

Según el estudio incluso  bajos niveles de caza hubieran impedido a las poblaciones de estas  especies recuperarse. Los investigadores se basaron en el estudio de los  restos de esporas de Sporormiellaun hongo que crecía en el estiércol  de los herbívoros que desapareció hace unos 41.000 años, para confirmar  que el declive de los animales empezó con la caza.

Hasta ahora, los científicos pensaban que la megafauna se extinguió  por un cambio climático, por los incendios y la fragmentación del  hábitat provocados por la llegada de los humanos, o por la caza.

El análisis de Sporormiella demuestra que “la megafauna no se vio muy  afectada por los cambios climáticos anteriores a la llegada de los  humanos, y no hubo un cambio climático significativo en el momento en el  que se extinguieron”, apunta Johnson quien descarta la hipótesis del  cambio climático.

Con la llegada de los humanos hubo un aumento de los incendios y un  cambio en la vegetación. Sin embargo, según el investigador, estos  eventos sucedieron después del declive de los animales, por lo que “no  pudieron causarlo”.  “La caza es entonces la explicación más plausible”,  confirma Johnson.

Cambios ecológicos tras la extinción

La desaparición de marsupiales gigantes y otros grandes animales  conllevó consecuencias “dramáticas”. Gracias al análisis de restos de  polen y carbón vegetal, los autores detectaron en el momento de la  extinción una transición de la selva mixta a una disminución de la  vegetación y un aumento de la actividad de los incendios.

“La selva empezó a desaparecer y fue sustituida por bosques de  eucaliptos, que ahora están muy expandidos por Australia”, concreta el  investigador. Los cambios ecológicos ocurrieron probablemente por la  combinación de la reacción de la vegetación (ya que hasta ese momento  los grandes animales habían controlado la estructura y composición de  las comunidades de plantas) y el aumento de los incendios debido al  material vegetal seco que se acumuló tras la desaparición.