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Detenidas 60 personas, entre ellas 16 jueces, por su relación con la Camorra napolitana

  • Se han confiscado bienes por valor de 1.000 millones de euros
  • La red lavaba dinero en bancos europeos con facturas falsas

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La Guardia di Finanza (policía financiera italiana) ha arrestado este lunes a 60 personas, entre ellas 16 jueces tributarios, otros funcionarios y miembros del clan Fabbrocino de la Camorra, la mafia napolitana, bajo la acusación de asociación criminal.

Según un comunicado de la Policía financiera, las investigaciones han permitido desmantelar una red criminal formada por miembros del clan camorrista Fabbrocino -que gestiona las actividades ilegales en las localidades de Nola y en el área vesuviana- , empresarios especializados en la compraventa inmobiliaria y hotelera y funcionarios que trabajaban en el sector tributario.

Según informa el corresponsal de RNE en Roma, Iñaki Díez, el clan operaba a través de un holding llamado Ragosta en todas sus versiones: Ragosta verano, Ragosta alimentación, Ragosta acero  y Ragosta hotel. El conglomerado factura del orden de 200 millones de euros y tiene 400 empleados.

Tras la operación que se ha realizado entre la región de Campania (sur) y Lombardía (norte) 22 personas han sido encarceladas, 25 puestas bajo arresto domiciliario y a 13 se les ha comunicado la orden de no abandonar la provincia de Nápoles.

Asimismo, se ha comunicado que han sido confiscados bienes por un valor de 1.000 millones de euros, entre cuentas corrientes, acciones, actividades financieras, terrenos, edificios y vehículos. Además de la asociación mafiosa, los detenidos están acusados de lavado de dinero procedente de actividades ilegales y corrupción en actos judiciales, entre otros.

Según las investigaciones, la organización había construido una red de facturaciones falsas para el lavado de dinero que después llegaba a bancos de Bélgica, Liechtenstein, Luxemburgo y Suiza. Si la Policía financiera lograba descubrir que se habían realizado falsas facturas y evasión fiscal, los empresarios impugnaban las multas y los jueces fallaban a su favor.