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Los bomberos ya controlan tres de los cuatro incendios declarados en el Pirineo

  • Ya se han quemado más de 1.000 hectáreas en la zona afectada
  • En Girona el fuego ha obligado a desalojar a un centenar de personas

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En el Pirineo catalán se han calcinado ya 1000 hectáreas

Los Bomberos han podido controlar este viernes tres de los cuatro incendios que se declararon el jueves en el Pirineo de Lleida, y la alerta se centra ahora en Santa Cristina d'Aro, en la costa de Girona, donde un fuego que quema sin control ha obligado a desalojar a 120 vecinos de la zona.

Este incendio, avivado por el fuerte viento, se ha declarado sobre las 14.00 horas junto a la carretera GiV-6128 y ha calcinado por ahora cuatrocientas hectáreas de bosque, según han informado los Bomberos de la Generalitat.

Un total de 55 dotaciones terrestres, entre ellas dos unidades del Grupo de Emergencias Médicas y cuatro del Grupo de Actuaciones Forestales trabajan en la extinción de las llamas, que de momento han obligado a desalojar a 120 personas de núcleos urbanos y urbanizaciones de los municipios de Tossa de Mar y Llagostera.

La cabeza del incendio, que comenzó en Santa Cristina d'Aro, ha desprendido un foco secundario a 1,5 kilómetros que se ha activado en la falda de la montaña de En Bonet.

En este punto, las llamas avanzan en dirección a la carretera de Llagostera, hacia el Puig de les Cadiretes, y han afectado el Valle de la Riera de Sant Baldiri, donde tiene con un fuerte potencial de propagación por el potencial de vegetación existente.

Las complicadas condiciones meteorológicas y la sequía que afectan a Cataluña han favorecido que en las comarcas de Girona se haya declarado este viernes otro incendio, en este caso en Olot, en la zona de Torres de les Bisaroques, en el que trabajan siete dotaciones terrestres.

Pequeña tregua en Lleida

En el Pirineo de Lleida, en cambio, el viento ha dado este viernes una pequeña tregua y ha permitido a los Bomberos controlar tres de los cuatro incendios que se originaron este viernes en las comarcas de la Alta Ribagorça, el Pallars Sobirà y el Alt Urgell y que han calcinado unas 800 hectáreas de vegetación, principalmente bosque.

En la parte Catalana del Pirineo, en Lleida, se han calcinado ya 1000 hectáreas y de los cuatro incendios que se declararon ayer dos siguen sin control. Los bomberos están a punto de arrinconar uno de ellos pero otro, el mayor, en Gerri de la Sal, está descontrolado.

Aquí, los medios aéreos se han podido sumar este viernes por la mañana a las tareas de extinción y han sido decisivos para conseguir el control de las llamas.

Los incendios de Coll de Nargó, en Montanissell, y Viu de Llevata, en El Pont de Suert, están ya totalmente controlados, mientras que el de Calbinyà, en Valls de Valira, se encuentra en fase de control.

En el Pirineo, los esfuerzos se centran ahora en el único frente que continúa activo, el de Gerri de la Sal, en el término de Baix Pallars, que ha calcinado más de 380 hectáreas.

En este fuego siguen trabajando medio centenar de dotaciones terrestres y un medio aéreo, que tratan de asegurar el perímetro para dar por controlado el incendio lo antes posible.

El conseller de Interior, Felip Puig, se ha desplazado este viernes por la mañana hasta La Pobla de Segur (Lleida), donde se ha instalado el Centro de Comandancia Avanzada de los equipos de emergencia, y ha sobrevolado algunas de las zonas afectadas por las llamas.

Varias hipótesis con el viento de protagonista

Puig ha confirmado que una de las principales hipótesis que se barajan como causa de alguno de los incendios del Pirineo es que el viento haya reavivado alguna quema controlada y autorizada que se daba por apagada desde hacía días.

También que las fuertes rachas de viento, que en esta zona han llegado a los 130 kilómetros por hora, hayan provocado la caída de algún árbol sobre líneas de alta o media tensión.

Ha subrayado, además, que la sequía, la baja humedad, el viento y las heladas han convertido los bosques en combustible altamente inflamable, por lo que ha hecho un llamamiento a extremar las precauciones para evitar nuevos incendios.  Ha aumentado un 25 % con respecto al año anterior

"Cataluña vive un episodio histórico de incendios sin precedentes", ha asegurado Puig, que ha recordado que esta situación afecta también a Aragón, donde desde ayer quema un incendio que está muy próximo a la Alta Ribagorça y que ha arrasado ya unas 500 hectáreas, obligando a desalojar a unos cien vecinos.

Protección Civil ha emitido este viernes un comunicado pidiendo que se extremen las precauciones y se eviten actividades con fuego durante el fin de semana ante el riego elevado de incendios por las condiciones meteorológicas y el estado de la vegetación.

Las zonas con mayor riesgo de fuego son las comarcas del Empordà (Girona), el Pirineo y Prepirineo. Los cuatro incendios forestales han obligado a desalojar a más de mil personas.

Respecto a las causas del incendio, que tiene distintos focos, los expertos creen que ha sido fruto de una chispa eléctrica, pero también destacan la importancia de la sequía que sufre la zona, en la que no ha llovido desde hace varios meses, y el fuerte viento, con rachas de hasta cien kilómetros por hora.

Incendios en Extremadura

También en Extremadura, los efectivos del Plan de Lucha  Contra los Incendios Forestales (Plan INFOEX) trabajan para controlar  el incendio forestal declarado esta madrugada en el Valle del Jerte.

En Cáceres, el consejero de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía, José Antonio Echávarri, ha asegurado que "en principio" el incendio declarado en la zona de Navaconcejo y Piornal, en el Valle del Jerte, "no es importante", aunque ha pedido "cautela" hasta que no esté controlado.

En las últimas horas se han declarado dos incendios forestales en Extremadura, uno en la zona de Gata, que ya está controlado, y otro en el Valle del Jerte, sobre el que se está trabajando.

Echávarri ha señalado que desde que finalizó el período de alto riesgo de incendios en Extremadura, el pasado mes de octubre, se han declarado en la región cerca de 300 incendios, diez veces más de lo habitual en esta época, que atribuyó a la ausencia de lluvias en un invierno "que de invierno solo ha tenido el nombre".