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El Parlamento de Guatemala ratifica su adhesión a la Corte Penal Internacional

  • Permitirá enjuiciar a acusados de genocidio y crímenes de lesa humanidad
  • En 1998 suscribió el Estatuto de Roma, pero el parlamento no lo había ratificado
  • En la guerra civil, 200.000 personas murieron por actos de genocidio, según la ONU

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El Parlamento de Guatemala ha ratificado este jueves la adhesión del país a la Corte Penal Internacional (CPI), lo cual permitirá enjuiciar a acusados de genocidio y crímenes de lesa humanidad cometidos en esta nación.

El decreto fue aprobado por 137 de los 158 diputados del Congreso, por iniciativa del gobernante Partido Patriota (PP), que asumió así el ofrecimiento hecho por el presidente Otto Pérez Molina, quien en su discurso de toma de posesión propuso la ratificación de la adhesión a la CPI, según informa Efe.

Entonces el nuevo mandatario expuso su interés por ratificar el Estatuto de Roma y formar parte de la CPI en función de su "compromiso con el Estado de Derecho" y con el objetivo de "un futuro donde impere la ley y el respeto" por los derechos humanos de "todos los pueblos y de todas la naciones".

Aunque Guatemala suscribió el Estatuto de Roma, por el que se creó la CPI en 1998, los grupos parlamentarios que han controlado el Congreso se habían opuesto a su ratificación por temor a que pudiera dar paso a proceder contra antiguos altos cargos militares que han sido acusados o involucrados en violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil que padeció este país durante 36 años.

La CPI tiene como objetivo ventilar casos de lesa humanidad como genocidio, tortura y terrorismo de Estado, entre otros, pero no puede proceder con carácter retroactivo.

En Centroamérica, El Salvador y Nicaragua son ahora los únicos países que no han ratificado la adhesión a la CPI. La CPI tiene jurisdicción para procesar penalmente a violadores de los derechos humanos de los países que hayan ratificado el Estatuto de Roma, así como a quienes decida el Consejo de Seguridad de la ONU.

El genocidio guatemalteco

Entre 1960 y 1996, Guatemala sufrió una de las más sangrientas guerras civiles del subcontinente americano. En ella murieron más de 200.000 personas y hubo más de 45.000 desaparecidos. El 80% de esos crímenes,  según el informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico de la ONU, fueron cometidos el ejército y grupos paramilitares de extrema derecha.

En ese genocidio, muchos de los muertos fueron indígenas mayas, que se convirtieron en el principal objetivo del ejército. Alrededor del 80% de los crímenes han quedado sin esclarecer. Una de las etapas más represivas fue la dirigida por el general golpista Efraín Ríos Montt entre 1982  y 1983.