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Grecia y la banca vuelven a negociar los detalles de la quita de la deuda

  • Las dudas van más allá debido a la voluntariedad de someterse al acuerdo
  • Al mismo tiempo, la troika supervisa los ajustes para dar el OK a otro rescate

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El Gobierno griego afronta con optimismo las negociaciones con la banca para cerrar en breve la condonación del 50% de la deuda del país, donde se suceden las protestas por los nuevos recortes que pretende aplicar el Gobierno en su intento de evitar la bancarrota.

Este miércoles se han reanudado en Atenas las conversaciones al más alto nivel entre el Gobierno y el Instituto Internacional de Finanzas y se han citado el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, junto al primer ministro, Lukás Papadimos, con una delegación de esa organización que representa a los bancos, al frente de la cual está Charles Dallara.

Las negociaciones había sido suspendidas el pasado viernes, pero fuentes del Ejecutivo han expresado su confianza en cerrar un acuerdo antes del próximo fin de semana. No obstante, al implicar a entidades financieras de todo el mundo, en Washington otra delegación griega buscaba en las últimas horas una salida al problema en diálogo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La condonación de la deuda es parte esencial del pacto alcanzado en la cumbre de la Unión Europea del pasado octubre, por la que se acordó una nueva ayuda a Grecia para evitar la bancarrota del país --que tendría consecuencias imprevisibles en toda la eurozona-- a cambio de seguir y profundizar en las durísimas medidas de ajuste que se están llevando a cabo desde hace dos años, como el despido de miles de funcionarios, recorte de sueldos y pensiones, cierre de servicios sanitarios y educativos, subidas de impuestos, etc.

El plan, bautizado como Participación del Sector Privado, supone en concreto la eliminación del 50% del valor nominal de la deuda y la sustitución de los bonos por títulos depreciados, más una compensación financiada con ese nuevo préstamo de la troika (FMI, UE y Comisión Europea).

¿Mejor la quiebra?

La banca prefiere teóricamente eso a la quiebra del Estado, lo que implicaría el impago total de sus deudas; y tras admitir ese porcentaje del 50% la negociación se centra el interés de la nueva deuda. El FMI se niega a financiar títulos con un interés superior al 4%, según ha informado a Efe una fuente cercana a la negociación, mientras la banca pretende no menos del 5%.

No obstante, tras un eventual acuerdo seguiría un periodo para que los acreedores se acojan a la oferta, ya que, según ha reconocido a Efe una fuente ministerial griega, "nadie sabe con exactitud" la cantidad de deuda que posee cada acreedor, a excepción del 34% en manos de los bancos griegos.

Varios fondos de riesgo ya han dado a entender que no tienen intención de someterse a la quita --en principio voluntaria--, esperando que Grecia quiebre o fuerce la aplicación del acuerdo mediante una ley, informa Efe. Cualquiera de estos dos casos podría ser considerado una suspensión de pagos, lo que activaría el pago de las Permutas de Incumplimiento Crediticio (CDS) con las que muchos de estos fondos tienen asegurados sus bonos.

Este tipo de productos financieros (derivados), que se cambian en mercados opacos, permiten apuestas contra los países y su regulación es un asunto postergado por gobiernos e instituciones internacionales.

En total, la quita de la deuda griega se ha valorado en 100.000 millones, que se suman a otro paquete de ayudas concedidas por el Fondo Monetario Internacional y la UE de 130.000 millones euros; y que a su vez siguen al primer rescate de más de 100.000 millones, cuya aplicación no sirvió para sacar al país de la crisis financiera y hundió aún más su economía.

Esta negociación con la banca se produce al mismo tiempo que una delegación de la troika supervisa en el país la aplicación de los ajustes del gobierno del tecnócrata Papadimos, que fue recibida el martes con una nueva jornada de huelga y protestas en Atenas.

Este miércoles, la patronal tenía previsto reunirse con los sindicatos mayoritarios para negociar la reducción de los costes laborales no salariales, aunque el encuentro hubo de ser suspendido después de que el sindicato comunista PAME ocupara el edificio donde se iba a celebrar la cita, informa Efe.