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Más de 50.000 egipcios reviven la "revolución" en Tahrir para protestar contra la junta militar

  • La mayoría de los partidos se unen contra el blindaje de los militares
  • Piden que cedan el poder a un gobierno de políticos civiles
  • Salafistas y Hermanos Musulmanes se miden en el epicentro de la revuelta

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Más de 50.000 egipcios reviven la "revolución" en Tahrir para protestar contra la junta militar

Una multitud de 50.000 egipcios han vuelto a llenar la plaza Tahrir de El Cairo este viernes para exigir a la junta militar que está en el poder tras la caída del régimen de Hosni Mubarak el pasado mes de febrero que transfiera el poder a dirigentes civiles electos ante las prerrogativas que se quiere conceder a la Junta Militar cuando se elabore la futura Constitución.

La manifestación, convocada por partidos de todo el arco político -desde los salafistas hasta liberales y laicos- se ha producido tras la oración del viernes y expresa el malestar creciente de una población cansada de la dilatación del calendario electoral por parte de los militares.

La protesta recuerda a las que se produjeron en la  misma plaza durante 18 días en el levantamiento popular que acabó con  treinta años de régimen de Hosni Mubarak y tiene como principal queja el blindaje  constitucional que pretende el ejército, de forma que estaría fuera de  la supervisión del parlamento, dándole el poder de desafiar a un  gobierno electo.

Borrador polémico

En concreto, el viceprimer ministro Ali al-Silmi mostró un borrador de Constitución a  los grupos políticos a comienzos de este mes en el que le daba al  ejército una autoridad exclusiva sobre sus asuntos internos y su  presupuesto.

En el plan se incluyen 23 puntos que debería respetar necesariamente  la nueva Carta Magna. Los más controvertidos hacen alusión directa al papel de las Fuerzas Armadas y a la autonomía respecto al poder Ejecutivo que le será garantizada.

El artículo 9 reserva al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas  -máxima autoridad del país en la actualidad- la competencia exclusiva  para supervisar "todo lo referente a las Fuerzas Armadas y a su  Presupuesto".

Además, si la Junta Militar considera que el borrador de la  Constitución contradice alguno de los principios básicos del Estado,  tendría la potestad de pedir su revisión y, en última instancia, de disolver a la Asamblea Constituyente y encargar la redacción del texto a una nueva.

Los Hermanos Musulmanes han señalado que el borrador, propuesto por el viceprimer ministro, "ha causado una peligrosa crisis en la sociedad política egipcia porque incluye cláusulas que quitan soberanía al pueblo y consagran una dictadura".

La decisión ha sido la gota que ha colmado el vaso para las ya  impacientes formaciones políticas, de forma que 39 partidos y grupos se  han unido en un comunicado conjunto en el que aseguran que lucharán por  "proteger la democracia y transferir el poder" después de que las  negociaciones entre los grupos islamistas y el Gobierno fracasaran.

Los  partidos y movimientos salafistas, situados en el extremo de la  ortodoxia islaámica, fueron los primeros en pedir apoyo para las  manifestaciones del viernes, pero lo le ha dado su carácter decisivo ha  sido el apoyo de los Hermanos Musulmanes, la principal formación  islamista y clara favorita para los comicios legislativos que arrancan  el 28 de noviembre, y de un importante número de partidos liberales.

Poder salafista

"¿Quiere el Gobierno humillar al pueblo? El pueblo se rebeló contra Mubarak y se rebelará contra la Constitución que quieren imponernos", ha declarado un miembro de un partido salafista por un altavoz, jaleado por miles de manifestantes.

Miles de manifestantes salafista han llegado a El Cairo desde diferentes partes del país, ondeando banderas y cantando el himno nacional.

"Hemos venido en autobús del Delta del Nilo.  No han pedido que vengamos y mostremos nuestro rechazo al papel del ejército y apoyar el papel de los civiles", ha declarado Mohamed Ali, miembro del partido salafista Al Asalah.

Sin embargo, pese a los llamamientos a la unidad, la plaza Tahrir ha estado dividida entre los salafistas, los Hermanos Musulmanes, que pugnan por hacerse con la primacía islamista, y el Partido de la Justicia, la principal formación liberal.

"Nuestros deseos son los mismos pero hay diferencias entre nosotros como grupos islamistas", ha asegurado Abdulá Galil, un joven salafista.

De hecho, los Hermanos y los salafistas han colocado diferentes escenarios y ha dado diferentes discursos y pronunciado cánticos diversos, aunque se han unido para la oración del viernes.

"No hay otra alternativa sino volver a las peticiones de la revolución que hemos vuelto a poner en marcha a través de una única voz política", ha concluido Mohamed Anis, confundador del Partido de la Justicia.